¡Proletarios de todos los países, uníos!
1° DE MAYO DE 2010:
¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA!
El primero de mayo es nuestro día, el día donde en el mundo entero marcha en esa inmensa legión humana que es el proletariado internacional. Nuestra clase representa lo nuevo en este mundo. Nosotros somos el progreso, la renovación y la promesa viva de un mundo sin explotación y opresión. Los señores del Capital y de la tierra pregonan incesantemente su supuesto triunfo y la instauración de la era eterna de su reino – sobrepasando así la soberbia de los fascistas alemanes que en comparación eran modestos en declarar su reino como milenario. Pero este “fin de la historia” es un cuento, una fantasía que no se sustenta en nada más que los sueños febriles de un monstruo agonizante. A igual que el reino milenario de los fascistas no demoro más que unos años hasta ser aplastado por el proletariado internacional y los pueblos del mundo encabezados por el Comunismo, este “triunfo” de los imperialistas es pasajero y hoy podemos ver como se cae a pedazos, mientras nosotros estamos en avance. Lo que ha caído no ha sido el socialismo o el comunismo, sino la traición revisionista, la charlatanería de quienes en nombre de nuestra clase, su ideología y su partido, actuaron al servicio de lo viejo, por sus propios intereses. Esta lacra social – el revisionismo –entró en bancarrota es cosa buena porque permite más claridad. Cuando hoy estamos marchando, lo estamos haciendo con la bandera roja con la hoz y el martillo izada al tope, llenos de optimismo y convicción de la justeza de nuestra causa y de su triunfo inevitable. Nunca lo viejo puede prevalecer contra lo nuevo. El imperialismo – junto con sus secuaces revisionistas y reaccionarios – pertenece al basurero de la historia. A nosotros nos pertenece el futuro.
Todos podemos sentir en nuestra propia carne la crisis mundial del sistema imperialista. Esta crisis no fue generada por la actitud irresponsable de algunos y mucho menos por culpa de la clase obrera o los pueblos, sino que esta crisis es una de estas crisis de sobreproducción que son inherentes al sistema mismo. Pero, hacen cargar la crisis sobre nuestras espaldas y muy particularmente sobre los pueblos oprimidos. Toda ilusión acerca de que el imperialismo lleva desarrollo y prosperidad para las muchedumbres, una vez más ha sido aplastada por la realidad contunde de más hambre y miseria en todo el mundo. Hasta en los mismos Estados Unidos, este pretendido gendarme mundial y superpotencia hegemónica única, hay millones de personas que no tienen ni para comer. En Europa la situación como en los países Bálticos y Grecia es que los Estados están prácticamente en quiebra – tiene que sujetar sus economías a los dictados de las potencias mayores – y están demoliendo a martillazos lo que era la supuesta “seguridad social”; en España ya hay 4 millones de desempleados, y esto según los datos oficiales, y no hay ningún país del Viejo Continente donde las condiciones de vida de las amplias masas populares no se haya deteriorado drásticamente. Así, si en los naciones oprimidas antes estuvimos mal, ahora estamos peor. En los países opresores la crisis del sistema imperialista amplía diariamente las filas del proletariado cuya precariedad es cada vez más alarmante. La repuesta del imperialismo a la crisis es más guerras de agresión, más represión, más reacción. Se lanzan como bestias salvajes sobre los pueblos y las naciones oprimidas perpetuando genocidio tras genocidio – Irak, Afganistán, Somalia, Pakistán, Yemen, etc. Por todas partes pretenden ahogar la resistencia popular en sangre. En su pugna por la hegemonía mundial usan como marionetas a reaccionarios locales, generando genocidios como en el Congo, y organizan golpes de Estado como en Honduras y otros lugares. Muy a pesar de los imperialistas y sus lacayos de todo pelaje, todo esto, la crisis y la agresión imperialista, acentúa, agudiza y fortalece la tendencia histórica de que los países quieren la independencia, las naciones quieren la emancipación y los pueblos quieren la revolución. En otros palabras, la revolución se expresa cada vez más como la tendencia principal en el mundo.
Nuestro problema principal como clase internacional esta en la falta de vanguardias organizadas, sin las cuales no podemos enfrentar, derrotar y enterrar al imperialismo. Nos hace falta los Partidos Comunistas en gran parte de los países.
Nuestro deber es luchar por la reconstitución de tales Partidos, así como, fortalecer y desarrollar los que ya existen. En ello, la cuestión clave es coger nuestra ideología como la fuerza viva que es, no como una fórmula muerta, ni como una caricatura engendrada por intelectualoides quienes sueñan ser grande teóricos; sino como ésta se ha desarrollado en la teoría y practica de más que 160 años de lucha de los comunistas. Eso es, coger el marxismo en su fase actual de desarrollo, el marxismo-leninismo-maoísmo, comprendiendo el maoísmo como principal por ser la nueva, tercera y superior etapa de la ideología del proletariado internacional. Es pues el maoísmo la ideología que diariamente confirma su validez en la pujante guerra popular en el Perú, la India y Filipinas así como las luchas armadas en Turquía, Bangladesh y otros lugares. Estas guerras populares son prueba fehaciente, material y concreta, digan lo que diga los revisionistas, que la revolución proletaria mundial avanza, que el marxismo es vigoroso y que tenemos perspectiva brillante. La guerra popular en el Perú es la que ha abierto el camino; es con el Partido Comunista del Perú, la Jefatura del Presidente Gonzalo, con su Pensamiento, persistiendo en la guerra popular, que tenemos una correcta aplicación del maoísmo que nos permite mantener el rumbo hasta el Comunismo.
La guerra revolucionaria en India en pujante avance hace cada vez más sentir su impacto en el mundo y demuestra que mientras más se encarne el maoísmo, más se avanza. Así, el maoísmo es la bandera de los que combaten, la bandera roja con el hoz y martillo para dirigir las revoluciones democráticas, socialistas y culturales con guerra popular hasta el comunismo. Por ello los maoístas rechazamos los “acuerdos de paz” y la supuesta “reconciliación nacional” que busca imponer el imperialismo en todos lugares donde el pueblo se ha alzado en rebelión armada. Por ello los maoístas rechazamos el cretinismo parlamentario que desde tiempo sólo sirve para desviar la lucha revolucionaria. Por ello los maoístas rechazamos los caudillos de “izquierda”, como el bufón Chávez, quienes no han hecho ni harán una revolución, que teatralmente se oponen a unos imperialistas para conchabarse con otros. Los maoístas estamos por la revolución proletaria mundial, no somos de medias tintas, somos los partidarios de la guerra popular mundial.
Así, el Movimiento Popular Perú – organismo generado del PCP para el trabajo partidario en el extranjero – saluda con fervor revolucionario a nuestra clase, el proletariado internacional, sabiendo que ésta sepultará al imperialismo y el comunismo triunfará.
¡APLICAR EL MAOÍSMO!
¡APLASTAR EL REVISIONISMO!
¡GUERRA POPULAR HASTA EL COMUNISMO!