El 19 de junio de 1986 el viejo Estado peruano, en este entonces encabezado por el régimen fascista de Alan García Pérez, igual como ahora, llevo a cabo un genocidio infame en tres prisiones en el Frontón, Lurigancho y el Callao, en las cuales casi trescientos comunistas, revolucionarios y masas, del Partido Comunista del Perú (PCP) fueron asesinados. Los camaradas y compañeros liberaron una heroica resistencia y estamparon un sello en la historia de la revolución proletaria mundial, marcando para siempre el 19 de junio como el DIA DE LA HEROICIDAD. Demostraron que sabían luchar mantenido al tope la bandera roja con la hoz y el martillo bajo cualquier circunstancia, cueste lo que cueste para defender la moral de la clase y los principios del Partido y la guerra popular.

Cada proceso revolucionario, máxime si se eleva a su nivel más alto, la guerra popular prolongada, exige un costo, una cuota de sangre e incluso la reacción toma presos. Es parte inevitable de la lucha para transformar este viejo y podrido sistema de opresión y explotación a la cual vivimos sometidos en una sociedad sin ricos y ni pobres, en la lucha por el Comunismo. Allí que cada partido y organización, si en verdad está en oposición diametral al sistema imperialista, inevitablemente está ante el hecho de que varios camaradas y compañeros caigan en las manos de la reacción, y si sobreviven, se encuentren en condición de presos políticos o prisioneros de guerra.

La guerra popular en el Perú, que dirige desde su inicio en 1980 el PCP, ha sido tildada de “terrorista” por los imperialistas y sus lacayos reaccionarios y revisionistas; con ello tratan de confundir a la opinión pública tanto en el mismo país como a nivel internacional, para aislar a la lucha revolucionaria y sofrenar su desarrollo – esto, mientras son ellos los que cometen horrendos crímenes de genocidio, tortura, violaciones, “desapariciones”, etc. Hoy usan el cuento absurdo de “narcoterrorismo” para justificar la creciente intervención directa de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en el Perú, la contratación de “asesores anti-terroristas” (mercenarios) israelitas y la implementación de una corporativización militarizada del campo (eso es, fascismo adoptado para combatir una guerra popular). Todos deben tener claridad: la guerra popular que dirige el PCP es una lucha justa y correcta liberado por las masas populares en función de sus propios intereses de clase.

Los presos políticos y prisioneros de guerra del PCP se encuentran en las mazmorras de la reacción por luchar por la revolución peruana que se desarrolla como parte y al servicio de la revolución proletaria mundial. Su lucha tampoco termina cuando devienen en prisioneros, por el contrario transforman estas mazmorras en luminosas trincheras de combate desde donde, superando condiciones infrahumanas, siguen luchando por el triunfo de la guerra popular. No son “terroristas”, son combatientes revolucionarios y merecen nuestro firme apoyo a su lucha.

En el Perú el imperialismo yanqui, a través de la CIA y su agencia peruana SIN, a partir del 1993, han difundido la patraña contrarrevolucionaria de la "capitulación" del Presidente Gonzalo, pediendo un supuesto “acuerdo de paz” con la reacción. En este trabajo siniestro han usado a algunos capituladores en los cárceles, así como viejo revisionistas e infiltrados. Incluso, como preparativo de la patraña, en el mes de mayo de 1992, las fuerzas armadas reaccionarias asesinaron a 120 compañeros en el cárcel de Canto Grande, y tuvieron mucho cautela en segurar que a los que luego iban a ser cabezas de los capituladores no les pase nada. Estos traidores a la revolución peruana han traficado siniestramente con su anterior condición, y han generado mucha confusión sobre la situación actual en los cárceles. Quien predica “acuerdo de paz”, “solución política” y participación en la farsa electoral del viejo Estado, no tienen nada que ver con el PCP, igual que cosa hayan hecho en el pasado. Los presos políticos y prisioneros de guerra del PCP son los que persisten en los principios del Partido y la guerra popular, mostrando la heroicidad que sólo la guerra popular puede generar por estar guiada por la ideología del marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento gonzalo.

Es necesario que redoblamos nuestros esfuerzos para apoyar a la lucha de nuestros camaradas y compañeros en las Luminosas Trincheras de Combate. Es necesario movilizarnos para superar la inmensa represión que en el Perú caigan sobre aquellas valientes personas que se atreve a defender a nuestros presos. Es necesario movilizarnos internacionalmente para este fin y hacer llegar nuestra solidaridad clasista con ellos. Necesitamos movilizar a los defensores de los luchadores populares en todo el mundo para el mismo fin. En ello es importante que se multiplica el apoyo a la consigna del PCP: ¡Exigimos la presentación pública en vivo y en directo del Presidente Gonzalo y que se le permita pronunciarse!

La guerra popular en el Perú es antorcha de la revolución proletaria mundial, llamamos a apoyar a aquellos que lo mantienen en alto.

¡Exigimos la presentación pública en vivo y en directo del Presidente Gonzalo y que se le permita pronunciarse!
¡Elevamos la solidaridad clasista con los presos políticos y prisioneros de guerra en el Perú!
¡Gloria a los héroes caídos, viva la revolución!

Movimiento Popular Perú
Junio de 2010