DECLARACIÓN POLÍTICA Y DE PRINCIPIOS DE LA LIGA COMUNISTA INTERNACIONAL


Presentación:

Los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas participantes en la CONFERENCIA INTERNACIONAL MAOÍSTA UNIFICADA (CIMU), siguiendo el camino de la Tercera Internacional, fundada por el gran Lenin y las mejores tradiciones del Movimiento Comunista Internacional (MCI), declaran solemnemente al proletariado internacional y a los pueblos oprimidos del mundo que han tomado la decisión histórica y trascendental de dar vida a la nueva organización internacional maoísta, fundada bajo tres grandes y gloriosas banderas rojas: el maoísmo, la lucha contra el revisionismo y la revolución proletaria mundial.

Con profunda convicción comunista, los partidos y organizaciones comunistas aquí reunidos nos reafirmamos, una vez más y con solemne compromiso, a cumplir los acuerdos de la Conferencia Internacional Maoísta Unificada enarbolando, defendiendo y aplicando la todopoderosa ideología del proletariado internacional, el marxismo-leninismo-maoísmo.

Es firme compromiso en la ardua e incansable brega por imponer el maoísmo como único mando y guía de la Revolución Mundial, única rojísima e inmarcesible bandera que es garantía de triunfo para el proletariado, las naciones oprimidas y los pueblos del mundo en su inexorable marcha hacia el dorado y por siempre resplandeciente comunismo.

La I Conferencia Internacional Maoísta Unificada de partidos y organizaciones comunistas, marxista-leninista-maoistas, tiene trascendencia histórica y profundo contenido estratégico, es gloriosa tarea compaginada con la Nueva Gran Ola de la Revolución Proletaria Mundial.

Con ardiente entusiasmo y desbordando el optimismo de clase, y al tope, elevamos la roja consigna:

¡La I Conferencia Internacional Maoísta Unificada es base y marcha inexorablemente en la reunificación de los comunistas del MCI, máquina de guerra, máquina de combate que eleva las inmarcesibles banderas del marxismo-leninismo-maoismo y la invencible guerra popular!

¡Proletarios de todos los países, uníos!

DECLARACIÓN POLÍTICA Y DE PRINCIPIOS DE LA LIGA COMUNISTA INTERNACIONAL

I. INTRODUCCIÓN

Como comunistas, somos hijos e hijas de una clase única en el mundo, el proletariado internacional, con un destino indisolublemente soldado, el comunismo, donde todos entran o nadie entra. Por ello, nos sujetamos firmemente al internacionalismo proletario como un principio fundamental para el MCI, desplegando nuestro poderoso e inmortal lema establecido en el Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”

El comunismo es la meta inexorable de la historia, a él marcha la humanidad y a esa inmarcesible meta se llegará cualquiera sean las vicisitudes que hoy enfrentamos.

La tarea principal de los comunistas es conformarse y desarrollarse como Partido Comunista, marxista-leninista-maoísta, para hacer la revolución, para conquistar el Poder, que tenemos que desarrollar según la particularidad de cada país, como parte y al servicio de la Revolución Proletaria Mundial para llegar al Comunismo. En la Nueva Era en la que nos desenvolvemos, abierta con la Gran Revolución Socialista de Octubre en 1917, la existencia de un Partido Comunista es decisiva para hacer la revolución proletaria. Sin un Partido Comunista marxista-leninista-maoísta, la revolución no puede llevarse a cabo y mucho menos desarrollarse para conquistar y defender el Nuevo Poder.

El Movimiento Comunista Internacional es la vanguardia del proletariado internacional. El principal problema para el MCI sigue siendo la dispersión de fuerzas y el peligro principal es el revisionismo. Su unidad se construye sobre la base y la guía del marxismo, hoy marxismo-leninismo-maoísmo, y su aplicación a la práctica concreta de la revolución en cada país y al proceso de la revolución mundial.

El Presidente Mao nos dijo: “la historia del movimiento comunista internacional nos muestra que la unidad proletaria se consolida y desarrolla en la lucha contra el oportunismo, el revisionismo y el divisionismo”. La dispersión actual tiene su origen en la restauración capitalista en la URSS y en la China Popular, y se ha visto agravada por el surgimiento de la línea oportunista de derecha revisionista y capitulacionista (LOD RyC) en Perú, la traición revisionista del “prachandismo” en Nepal y el revisionismo liquidacionista “avakianista” en el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI), asi como manifestaciones de este nuevo revisionismo en diferentes partidos y organizaciones. El escisionismo y la consiguiente dispersión han sido el resultado de la traición de este nuevo revisionismo a los principios fundamentales del marxismo en el movimiento proletario.

La línea de demarcación actual entre el marxismo y el revisionismo consiste en: 1) reconocer o no el maoísmo como la tercera, nueva y superior etapa del marxismo y la necesidad de combatir al revisionismo y a todo oportunismo; 2) reconocer o no la omnipotencia de la violencia revolucionaria para hacer la revolución en su propio país; 3) reconocer o no la necesidad de demoler el viejo aparato estatal y reemplazar la dictadura de la burguesía con la dictadura del proletariado; 4) reconocer o no la necesidad del partido revolucionario del proletariado; 5) reconocer o no la necesidad del internacionalismo proletario.

El MCI no puede dar un solo paso en su reunificación sin combatir al revisionismo y a todo oportunismo implacable e inseparablemente de la lucha contra el imperialismo y toda la reacción. Es por eso que nos basamos en el principio de la “lucha de dos líneas como fuerza impulsora del desarrollo partidario”, que es decisivo para formular y defender la línea roja proletaria y combatir las otras líneas no proletarias, es decir, para mantener rojo el Partido.

La ofensiva contrarrevolucionaria general, desatada a principios de la década del 90 del siglo anterior por el imperialismo yanqui principalmente, está siendo derrotada por la contraofensiva revolucionaria marxista-leninista-maoísta mediante las guerras populares, las luchas de liberación nacional y las luchas desarrolladas por el proletariado y los pueblos oprimidos del mundo. Saludamos las heroicas guerras populares en India, Perú, Turquía y Filipinas y las luchas armadas de liberación nacional.

La lucha de clases en la era del imperialismo y la revolución proletaria mundial en la que nos desenvolvemos, de crisis general y barrimiento del imperialismo, sigue la lógica del pueblo establecida por el Presidente Mao Tsetung1, según la cual para el proletariado no hay derrota definitiva. Por lo tanto, las restauraciones capitalistas en la URSS (1956) y en China (1976), no pueden detener la marcha revolucionaria del proletariado internacional en su camino a afincarse definitivamente en el Poder. Estas derrotas son solo momentos en el desarrollo de la contradicción entre revolución y contrarrevolución, de las cuales sacamos lecciones para conjurar restauraciones en el futuro. Las pocas décadas de dictadura del proletariado, en las que comenzó la construcción del socialismo en más de un tercio del mundo, produjeron las transformaciones y logros sociales más grandiosos para las masas, nunca antes alcanzados en la historia humana.

El final de la URSS social-imperialista a principios de la década de 1990 no representó la derrota del marxismo ni el fracaso del socialismo, sino la bancarrota del revisionismo en descomposición y del social-imperialismo. El marxismo, hoy marxismo-leninismo-maoísmo, es la doctrina más completa, progresista y racional de la historia humana; representa lo nuevo, porque es la concepción del mundo, la ideología de la última y más avanzada clase de la historia: el proletariado; clase consciente de su rol histórico de ser el sepulturero del capitalismo y, con ello, de toda sociedad de clases. El maoísmo es lo opuesto a toda la decadente y caduca ideología burguesa y sus derivaciones revisionistas.

Durante más de 170 años, contados a partir del Manifiesto del Partido Comunista de 1848, la ideología del proletariado insurgió y se desarrolló en el crisol de la lucha de clases en tres etapas: 1) marxismo, 2) marxismo-leninismo y 3) marxismo-leninismo-maoísmo. El maoísmo es la ideología científica todopoderosa del proletariado internacional, todopoderosa porque es verdadera; la tercera, nueva y superior etapa del marxismo; el marxismo actual que enarbolamos, defendemos y principalmente aplicamos.

El nuevo revisionismo de la LOD en el Perú, de los llamados “prachandismo” y “avakianismo”, etc., actúan dentro del movimiento proletario internacional como parte de la ofensiva contrarrevolucionaria general, como una contracorriente antimaoísta que intenta contener la Revolución Proletaria Mundial. El nuevo revisionismo niega el marxismo, el partido, el socialismo y la dictadura del proletariado, pero el centro de su ataque se condensa en la negación de la guerra popular, en cuanto cuestión esencial e inseparable del maoísmo.

Lo fundamental del maoísmo es el Poder, o sea, el Poder para el proletariado, el Poder para la dictadura del proletariado, el Poder basado en una fuerza armada dirigida por el Partido Comunista. Más específicamente: 1) Poder bajo la dirección del proletariado en la revolución democrática; 2) Poder para la dictadura del proletariado en las revoluciones socialistas y sucesivas revoluciones culturales; 3) Poder basado en una fuerza armada dirigida por el Partido Comunista, conquistado y defendido mediante la guerra popular.

El Presidente Mao estableció la estrategia y táctica de la revolución mundial. El desarrollo de la revolución mundial es lo principal para prevenir la guerra imperialista mundial y, si ésta estalla, los comunistas debemos oponerle la guerra revolucionaria mundial. Esto demanda de nosotros dirigir la guerra popular para enfrentar las guerras imperialistas de agresión contra las naciones oprimidas de Asia, África, América Latina y hasta en la misma Europa. Aún sin la agresión imperialista, debemos dirigir la guerra popular para hacer la revolución, abarcando países y continentes hasta avanzar a la revolución mundial, con la cual barreremos al imperialismo y la reacción de la faz de la tierra. Lo que nos corresponde es, pues, desarrollar la revolución mundial, principalmente mediante la guerra popular, de la cual las naciones oprimidas constituyen la base.

Así, lo fundamental del maoísmo es el Poder. La guerra popular y el Poder para la clase son parte esencial e inseparable del maoísmo, de la concepción política y militar del proletariado: el Poder conquistado y defendido por la fuerza armada dirigida por el Partido Comunista.

La guerra revolucionaria, la guerra popular, es la forma superior de lucha, a través de la cual se resuelven los problemas fundamentales de la revolución, es estrategia militar correspondiente a la estrategia política (conquistar el Poder) para transformar la sociedad en beneficio de la Clase y el pueblo; es forma principal de lucha y el ejército popular, la forma principal de organización, un ejército de nuevo tipo que combate, moviliza2y produce. La guerra popular es guerra de masas dirigida por el Partido Comunista para conquistar y defender el Nuevo Poder para el proletariado.

Para llevar a cabo la guerra popular es necesario tener en cuenta cuatro problemas fundamentales: 1) ideología del proletariado, marxismo-leninismo-maoísmo, aplicada a la práctica concreta y las particularidades de la revolución en cada país, sean países oprimidos o imperialistas; 2) necesidad del Partido Comunista que dirige la guerra popular; 3) especificar la estrategia política y el camino; 4) bases de apoyo. El Nuevo Poder o Frente-Nuevo Estado, formado en las bases de apoyo, es la médula de la guerra popular.

Para establecer las bases de apoyo, el Presidente Mao establece tres requisitos fundamentales: 1) tener fuerzas armadas, 2) derrotar al enemigo, 3) movilizar a las masas. Es decir, desarrollar la guerra de guerrillas, aniquilar a las fuerzas vivas del enemigo, creando así un vacío de Poder para establecer, construir y defender el nuevo Poder, destruyendo las viejas relaciones sociales de producción y construyendo las nuevas. De allí se desarrolla la contradicción Nuevo Poder/Nuevo Estado versus Viejo Estado mediante restablecimientos y contrarrestablecimientos, siguiendo la fluidez de la guerra.

El imperialismo es la fase superior y última del capitalismo, es monopolista, parasitario y en descomposición y agonizante, está en crisis general y última y en esta situación es acosado por sus inevitables crisis cíclicas, que son cada vez más graves y profundas, por lo que cada vez tiene que comenzar de más abajo. Solo está para ser barrido por la revolución mundial.

El imperialismo es la tendencia a la reacción y a la guerra en toda la línea. En medio de un complejo de guerras de todo tipo se hundirá el imperialismo y la reacción mundial, barridos por la revolución de la faz de la tierra, y surgirá el socialismo. Lenin ha establecido que “El imperialismo es un coloso con pies de barro” y que el Presidente Mao dijo que el imperialismo es un tigre de papel, que hay que despreciarlo estratégicamente y tomarlo muy en cuenta tácticamente.

El Presidente Mao estableció su gran tesis: “Los próximos 50 a 100 años más o menos, a partir de hoy, serán una gran época de cambio radical del sistema social en el mundo, una época que estremecerá la tierra, una época con la que ninguna otra época histórica anterior pueda compararse. Viviendo en tal era, debemos estar listos para librar una gran lucha cuyas formas tendrán muchas características diferentes de las épocas pasadas.” (De un discurso en una Reunión con siete mil cuadros del PCCh, en 1962).

El proceso de la Revolución Proletaria Mundial en el que nos estamos desenvolviendo en este periodo, es en el cual el imperialismo y la reacción mundial serán barridos de la faz de la tierra. Por tanto, la revolución ha devenido en la tendencia principal, histórica y política, del mundo actual.

Todas las contradicciones fundamentales de esta época se ven agravadas, siendo la principal la contradicción entre las naciones oprimidas y el imperialismo. Las condiciones objetivas nunca han estado tan maduras para la revolución, el desarrollo de las condiciones subjetivas avanza aplastando la ofensiva contrarrevolucionaria general en declive y aplastando el pesimismo y capitulacionismo que difunde y promueve el revisionismo. Las condiciones son cada día más favorables para la revolución.

Desarrollar la revolución proletaria mundial requiere más guerras populares. Para desarrollar más guerras populares, es necesario constituir o reconstituir, según sea el caso, partidos comunistas en cada país, aplicando las enseñanzas de Lenin de “ir cada vez más a las masas más profundas”, “educarlas en la práctica de la violencia revolucionaria” y “barrer el colosal montón de basura en la lucha implacable contra el oportunismo y el revisionismo”.

La presente Conferencia Internacional y la Nueva Organización que nace en este acto son una conquista del proletariado internacional y un certero golpe a la ofensiva contrarrevolucionaria general del imperialismo y la reacción mundial, así como contra el revisionismo y todo oportunismo.

La Nueva Organización Internacional es un centro de coordinación ideológica, política y orgánica, basada en el centralismo democrático y en la solución de los problemas a través de consultas mutuas y permanentes entre los partidos y organizaciones que la conforman, y extenderá este procedimiento a todos los que, participando de los mismos principios y propósitos, estén fuera de ella. La tarea principal de la Nueva Organización Internacional es luchar por imponer el maoísmo como único mando y guía de la Revolución Proletaria Mundial, sirviendo a la constitución o reconstitución de los partidos comunistas marxista-leninista-maoístas (la tarea estratégica atrasada) y a el inicio, desarrollo y coordinación de las guerras populares en el mundo por la reconstitución de la Internacional Comunista.

II. FUNDAMENTOS PARA ESTABLECER LA LÍNEA POLÍTICA GENERAL DEL MCI

Aplicando el marxismo-leninismo-maoísmo a la práctica concreta de la revolución en cada país y de la Revolución Mundial, señalamos los siguientes fundamentos para el establecimiento y desarrollo de la Línea Política General para el Movimiento Comunista Internacional:

1. NUEVA ERA

Con el surgimiento del imperialismo, el mundo se dividió entre un puñado de naciones opresoras, por una parte, y un gran número de naciones oprimidas, por la otra, madurando las condiciones para la Revolución Mundial.

El triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917, dirigida por el gran Lenin y el Partido Bolchevique, marcó un hito extraordinario en la Historia Universal, el fin de la revolución burguesa mundial y la apertura de la Nueva Era, donde el proletariado es la clase que asume la destrucción del imperialismo, del capitalismo burocrático y de la semifeudalidad: la Era del Imperialismo y de la Revolución Proletaria Mundial. Antes de la Gran Revolución de Octubre hubo numerosas revoluciones, cada una de las cuales dio un nuevo impulso a la sociedad. Sin embargo, estas revoluciones solo reemplazaron un sistema de explotación con otro.

La Gran Revolución Socialista de Octubre (GRSO) fue la primera revolución para establecer una sociedad libre de explotación y opresión, una sociedad sin clases. La Revolución Socialista de Octubre representó un punto de inflexión radical en la historia de la humanidad, abriendo una Nueva Era en el luminoso y largo camino que conduce al socialismo y al comunismo.

La GRSO potenció la violencia revolucionaria como arma indispensable para transformar el mundo entero. Lenin dijo: “En la Revolución de Octubre (…) la violencia revolucionaria obtuvo un éxito brillante”. Asumiendo el principio marxista de la violencia revolucionaria como ley universal, nos reafirmamos en lo establecido por el Presidente Mao de que “el Poder nace del fusil” y que “estamos a favor de la teoría de la omnipotencia de la guerra revolucionaria”.

Para apreciar el mundo en esta Nueva Era, vemos que se expresan cuatro contradicciones fundamentales: 1) la contradicción entre el capitalismo y el socialismo, la contradicción entre los dos sistemas radicalmente distintos, abarcará todo este tiempo y será uno de los últimos en resolverse, perdurará aún después de tomar el Poder; 2) la contradicción entre la burguesía y el proletariado, es la contradicción entre dos clases opuestas y persistirá también después de la toma del Poder, manifestándose de múltiples formas ideológicas, políticas y económicas hasta su solución cuando entremos al comunismo; 3) las contradicciones interimperialistas, son las contradicciones entre los imperialistas por la hegemonía mundial y se da entre las superpotencias entre sí, entre superpotencias y potencias imperialistas y entre las propias potencias imperialistas 4) la contradicción naciones oprimidas e imperialismo, es la lucha por la liberación de las naciones oprimidas para destruir el imperialismo y la reacción, es la contradicción históricamente principal durante toda esta era del imperialismo; pero, cualquiera de las cuatro contradicciones fundamentales puede pasar a ser principal según las circunstancias específicas de la lucha de clases, pero la contradicción principal históricamente volverá a expresarse como tal, hasta su completa resolución.

Los marxista-leninista-maoístas, en perspectiva, para lograr nuestro objetivo final, el comunismo, tenemos que llevar adelante tres tipos de revoluciones: 1) revolución democrática, la revolución burguesa de nuevo tipo dirigida por el proletariado en los países atrasados, que establece la dictadura conjunta del proletariado, el campesinado, la pequeña burguesía y, bajo ciertas condiciones, la burguesía media, bajo la hegemonía del proletariado representado por su Partido Comunista; 2) revolución socialista, en los países imperialistas, que establece la dictadura del proletariado; 3) las revoluciones culturales, se hacen para continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado, para someter y eliminar toda generación de capitalismo, y para luchar contra las tentativas de restauración capitalista, sirven para fortalecer la dictadura del proletariado y marchar al comunismo.

El Presidente Mao nos ha enseñado que “el reemplazo de lo viejo por lo nuevo es una ley universal, eterna e ineludible”. Es una ley de la historia que en la lucha por establecer un nuevo sistema social, las clases no pueden imponerse en una sola tentativa, de un solo golpe, y con el proletariado no puede ser diferente. Las restauraciones capitalistas en la URSS (1956) y en China (1976) son parte de la contradicción entre socialismo y capitalismo, es decir, de la lucha histórica por el reemplazo de lo viejo por lo nuevo.

Lenin advirtió que las clases explotadoras, tras ser derrocadas y expropiadas, no se resignarán jamás. Que por su derrota verán centuplicado su odio y sus esfuerzos por restaurar el capitalismo, pasando de deseos y la voluntad de restauración a las tentativas de restauración, por lo que deben ser sometidas firmemente a la dictadura del proletariado para crear las condiciones para la extinción de las clases. Lenin declaró que “liquidar el capitalismo y sus rastros e introducir los principios del orden comunista constituye el contenidode la nueva época en la historia del mundo entero que ahora ha comenzado”.

Así, Lenin señaló que esta tarea llevaría mucho tiempo y que para liquidar completamente las clases es necesario no solo eliminar a las clases explotadoras, sino también hacer desaparecer las diferencias entre ciudad y campo, entre obreros y campesinos, entre trabajo manual e intelectual, y otras.

Esta contradicción solo se resolverá mediante un largo y complejo proceso de restauración y contra-restauración, hasta que la dictadura del proletariado y el socialismo se consoliden en el mundo entero, allanando el camino para la desaparición de todas las clases sociales, con lo cual el Estado se extingue y la humanidad entra en el siempre luminoso y dorado comunismo. El Presidente Mao enseñó que “el socialismo terminará por reemplazar al sistema capitalista; ésta es una ley objetiva, independiente de la voluntad del hombre. Por mucho que los reaccionarios traten de frenar la rueda de la historia, tarde o temprano se producirá la revolución y, sin duda alguna, triunfará”.

2. PROCESO DE LA REVOLUCIÓN MUNDIAL

Hay dos fuerzas que operan en el movimiento revolucionario en todo el mundo: el movimiento proletario internacional y el movimiento de liberación nacional, la primera es directriz y la segunda es base.

El movimiento de liberación nacional es la fuerza que opera en las naciones oprimidas por el imperialismo y la reacción. En la década de 1910, Lenin prestó la máxima atención a la lucha en India, China, Persia, planteando que la revolución socialista no sería única y exclusivamente de los proletarios contra su burguesía, sino de todas las colonias contra sus opresores. Dice que hay una fusión de las fuerzas, el movimiento proletario internacional que actúa en todo el mundo, y el movimiento de liberación nacional de las naciones oprimidas; y que, siendo las masas en las naciones oprimidas la mayoría de la población en el globo terráqueo, serán el peso decisivo en la revolución mundial. Llega a la conclusión de que la revolución se desplaza a las naciones oprimidas, pero no niega la revolución en los países imperialistas, además que demuestra que un Estado socialista, como lo era la URSS, podía desarrollarse en medio del cerco imperialista. Se sigue así la ley del desarrollo desigual de la revolución en el mundo.

Lenin, desarrollando a Marx, sienta las bases de la estrategia de la revolución mundial para socavar al imperialismo, unir la lucha del movimiento de liberación nacional con las luchas del movimiento proletario internacional y desarrollar la revolución y, si bien para los comunistas el lema es “¡Proletarios de todos los países, uníos!” plantea que el lema que debe guiar la lucha de las dos fuerzas debe ser “¡Proletarios de todos los países y pueblos del mundo, uníos!”, con lo cual une el movimiento proletario por la construcción del socialismo en los países imperialistas con las luchas de liberación nacional en los países coloniales y semicoloniales, consigna asumida por la Internacional Comunista.

El Presidente Mao, desarrollando la estrategia y táctica de la revolución mundial, especificó esta consigna de acuerdo con las tareas para la época: ¡Marxista-leninistas de todos los países, uníos! ¡Pueblos revolucionarios del mundo entero, uníos; derrocad al imperialismo, al revisionismo contemporáneo y a todos los reaccionarios de los distintos países! Así, se funde el movimiento de liberación nacional con el movimiento proletario internacional y estas dos fuerzas impulsan el desarrollo de la historia mundial.

El movimiento proletario internacional es la teoría y la práctica del proletariado internacional. El proletariado lucha en tres planos – ideológico, político y económico – y desde que aparece en la historia como última clase, lo hace luchando, destacándose los siguientes hitos: 1848, cuando en el Manifiesto Comunista elaborado por Marx y Engels se establecen los fundamentos y el programa del proletariado; 1871, la Comuna de París donde por primera vez el proletariado toma el Poder; 1905, el ensayo general de la revolución; 1917, triunfo de la Revolución de Octubre en Rusia, la clase establece la dictadura del proletariado y abre una nueva era; 1949, triunfo de la revolución china, se establece la dictadura conjunta de clases revolucionarias dirigida por el proletariado y se resuelve el paso ininterrumpido a la revolución socialista, cambiándose la correlación de fuerzas en el mundo; y, en la década del 60 con la Gran Revolución Cultural Proletaria, dirigida por el Presidente Mao Tsetung, se continúa la revolución bajo la dictadura del proletariado en la aguda lucha entre restauración y contrarrestauración.

Debemos desarrollar la lucha reivindicativa en función del Poder. El proletariado en su lucha reivindicativa genera el sindicato y la huelga, que no son solo instrumentos para la lucha económica sino que “forjan a la clase para las grandes batallas por venir”. La huelga es instrumento principal de la lucha económica y la huelga general es complemento de la insurrección.

El proletariado genera aparato político: Partido Comunista totalmente opuesto y distinto a los demás partidos con el objetivo de tomar el Poder político, así lo definió Marx. Lenin estableció el carácter del Partido de nuevo tipo combatiendo la influencia socavadora del viejo revisionismo que generó partidos obreros burgueses basados en la aristocracia obrera, la burocracia sindical, el cretinismo parlamentario y amoldados al viejo orden.

El Presidente Mao Tsetung desarrolló la construcción del Partido en torno al fusil y planteó la construcción interrelacionada de los tres instrumentos: Partido Comunista, Ejercito de nuevo tipo y Frente Único revolucionario, entre los cuales el centro es el Partido Comunista.

El proletariado genera ideología para la revolución mundial: el marxismo-leninismo-maoísmo.

Marx ha formulado y fundamentado el materialismo dialéctico y lo ha aplicado en el análisis del capital, de la sociedad capitalista y ha descubierto la ley del desarrollo de la historia. Marx y Engels toman de lo mejor que había producido la humanidad: la filosofía clásica alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés, para fundamentar la ideología del proletariado. Tras la muerte de Marx, Engels ha completado los trabajos aún pendientes de Marx como los Libro 2 y 3 de El Capital, sistematizado y definido el marxismo como la teoría del proletariado internacional integral y armónica. En palabras de Lenin: “No se puede entender el marxismo ni se puede presentarlo de manera completa, sin resaltarse todas las obras de Engels.” El marxismo no ha dado un solo paso en la vida sin lucha contra ideas y posiciones erróneas, así tuvo que enfrentarse contra Proudhon y el anarquismo, contra las desviaciones derechistas y supuestos desarrollos creadores de Dühring, contra posiciones oportunistas que surgen en el partido socialdemócrata de Alemania.

Nuestros fundadores inmortales Marx y Engels demostraron, mediante análisis científico, el hundimiento del capitalismo y su inevitable paso al comunismo, donde no habrá más explotación del hombre por el hombre. Establecieron que la misión del proletariado de todos los países es levantarse en lucha revolucionaria contra el capitalismo y agrupar en esta lucha a todos los trabajadores y explotados para destruirlo y, sobre sus cenizas, edificar el socialismo y el comunismo.

El viejo revisionismo va a desenvolverse, después de la muerte de Engels, con Bernstein y Kautsky, y Lenin los va a combatir y derrotar. En síntesis, el marxismo en su primera etapa va a establecer la filosofía marxista o materialismo dialéctico, la economía política marxista y el socialismo científico.

Lenin desarrolla el marxismo y lo eleva a una segunda etapa, el marxismo-leninismo. Esto lo hizo en dura lucha contra el viejo revisionismo que negaba la filosofía marxista diciendo que había que basarse en el neo-kantismo, que es idealismo y no materialismo dialéctico. En economía política negaban la pauperización creciente, por lo tanto, afirmaban que el capitalismo satisfacía demandas del proletariado; negaban la plusvalía y el imperialismo. En socialismo científico apuntaron contra la lucha de clases, contra la violencia revolucionaria y la dictadura del proletariado, propalando el pacifismo y el cretinismo parlamentario.

Lenin enseñó que la política revolucionaria del proletariado se realiza a través de su partido de vanguardia. Sin su Estado Mayor, el Partido Comunista, el proletariado no puede desempeñar su papel principal en la transformación del mundo. Gracias a la existencia de un Partido Revolucionario de Nuevo Tipo, creado y dirigido por Lenin, el proletariado ruso pudo aprovechar la situación revolucionaria y responder a la guerra imperialista con la guerra civil revolucionaria. El Presidente Mao dijo: “con el nacimiento de partidos revolucionarios de este tipo, ha cambiado la fisonomía de la revolución mundial”.

El revisionismo es revisar los principios marxistas invocando las nuevas circunstancias. Lenin dijo que el revisionismo es avanzada de la burguesía en las filas del proletariado y que para luchar contra el imperialismo hay que luchar contra el revisionismo pues son dos caras de una misma moneda. Lenin destaca que el revisionismo apunta a dividir el movimiento sindical y político del proletariado y que provoca la escisión del socialismo. En esta certera e implacable lucha contra el revisionismo, Lenin plantea además, en el contexto de los preparativos y el inicio de la Primera Guerra Mundial, la necesidad de convertir la guerra imperialista en guerra revolucionaria, desenmascarando a los viejos revisionistas como social-patriotas y social-chovinistas; nos plantea que en tiempos de revolución hay que crear organizaciones nuevas, pues la reacción golpea las organizaciones legales y abiertas y debemos montar aparatos clandestinos incluso para el trabajo de masas. Luego, plasma la Revolución de Octubre con Partido Comunista y mediante la insurrección armada.

El camarada Stalin va a continuar la obra de Lenin y en el proceso de construcción del socialismo en la URSS va a luchar contra el oportunismo de derecha y la traición de Trotsky, Zinoviev, Kamenev y Bujarin. Stalin desarrolló esta lucha por 13 años y es falso que resolviera las cosas de manera administrativa.

Durante la Guerra Mundial, la URSS bajo la dirección del camarada Stalin tuvo que aplicar tierra arrasada para defender su territorio, la defensa de la patria socialista que cobró más de 25 millones de vidas. En medio de una situación compleja y difícil, bajo la dirección del camarada Stalin, se consolidó la dictadura del proletariado y triunfó la construcción del socialismo. Los cinco planes quinquenales aplicados en veinticinco años llevaron a la mayor transformación de las relaciones de producción, al desarrollo más poderoso de las fuerzas productivas en la historia y a las más grandes conquistas sociales de las masas populares vistas hasta ese momento.

Asumimos la posición del Presidente Mao sobre el papel del camarada Stalin de que él ha sido un gran marxista. Además, tener en cuenta que ha sido él quien brillantemente ha definido el leninismo. Los comunistas hoy tenemos la tarea de asumir la defensa de su papel en la Segunda Guerra Mundial, en la Internacional Comunista, particularmente en su VII Congreso Mundial.

El Presidente Mao Tsetung, desarrollando el marxismo-leninismo, eleva el marxismo a su cumbre más alta deviniendo la teoría del proletariado en marxismo-leninismo-maoísmo. Esta tarea la cumplió en medio de una tenaz y persistente lucha aplastando líneas oportunistas de derecha dentro del Partido Comunista de China, resaltando aquí el aplastamiento de la línea revisionista de Liu Shao-chi y Teng Siao-ping; y en el plano internacional dirigió la lucha y derrotó al revisionismo moderno de Jruschov. Plasmó la revolución democrática en China, el paso ininterrumpido a la revolución socialista y a la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP).

La GRCP , en perspectiva histórica, es lo más trascendental del desarrollo del marxismo-leninismo hecho por el Presidente Mao; es la solución del gran problema pendiente de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado; “representa una nueva etapa, aún más profunda y más amplia, en el desarrollo de la revolución socialista”.

Destaquemos dos cuestiones: 1) que la GRCP implica un hito en el desarrollo de la dictadura del proletariado hacia el afianzamiento del proletariado en el Poder, que se concretó en los Comités Revolucionarios “tres en uno”; y 2) la restauración del capitalismo en China, después del golpe contrarrevolucionario de la camarilla de Teng en 1976, no es la negación de la GRCP sino llanamente parte de la contienda entre restauración-contrarrestauración y, por el contrario, nos muestra la trascendental importancia histórica que tiene la GRCP en la inexorable marcha de la humanidad al comunismo.

En estas condiciones se produjo el más estremecedor proceso político y la mayor movilización política de masas que ha visto la tierra, cuyos objetivos los definió así el Presidente Mao: “La presente Gran Revolución Cultural Proletaria es completamente necesaria y muy oportuna para consolidar la dictadura del proletariado, prevenir la restauración del capitalismo y construir el socialismo”.

El Presidente Mao afirmó que no tener un correcto punto de vista ideológico-político corresponde a no tener alma, y que la GRCP es una gran revolución que tiene como objetivo cambiar el alma de las personas, esto es, la concepción del mundo, la ideología, levantando al proletariado y las amplias masas en la lucha por el Poder, la defensa de la dictadura del proletariado, la revolución mundial y el comunismo.

Así, los comunistas tenemos tres grandes espadas: nuestro fundador Marx, el gran Lenin y el Presidente Mao Tsetung, siendo nuestra tarea grandiosa enarbolar, defender y aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo, poniéndolo como mando y guía de la revolución mundial.

El sendero de heroicidad y grandes transformaciones sociales de la revolución proletaria mundial ha arrancado concretamente en 1871 con la inmortal Comuna de París, seguida de la revolución de 1905 en Rusia, luego, en medio de la primera guerra imperialista mundial, triunfó con la Gran Revolución Socialista de Octubre del 1917, inaugurando una Nueva Era de la Historia Universal.

Una vez más y en corto plazo, el imperialismo va expresando su crisis general de descomposición y abre la confrontación entre sus principales potencias por salir de la crisis y por redefinir nueva hegemonía mundial con rebrote de la segunda grande guerra imperialista, la cual va a transformarse en grandes batallas de liberación nacional por todo el mundo y agudizará la contradicción entre revolución y contrarrevolución, desembocando en el aplastamiento del fascismo y el gran triunfo de la URSS y el Ejército Rojo, además de tantas otras revoluciones democráticas en Europa e Asia, generando un amplio campo socialista.

Con la gran revolución china se marcará una nueva relación de equilibrio de fuerzas en el mundo entre capitalismo y socialismo. Todo el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial va a ser de enconadas batallas entre el imperialismo y el socialismo, en el cual los imperialistas yanquis han alcanzado la hegemonía en el campo capitalista y han amenazado el mundo con el chantaje de la bomba atómica, repercutiendo en la lucha de clases en todo el mundo.

En la URSS, la derecha en el PCUS se lanza a frenar el desarrollo del socialismo y, con la muerte del gran camarada Stalin, aprovechan para pasar a la ofensiva saliendo a la luz el revisionismo moderno que socavará la dictadura del proletariado y la unidad del movimiento comunista internacional. En el XX Congreso del PCUS de 1956 se desboca el revisionismo de Jruschov, usurpando la dirección del Partido de Lenin y Stalin y del Ejército Rojo. Con un golpe de Estado usurpa la dirección del proletariado, engendrando la restauración burguesa en la URSS.

Frente a ese hecho, el imperialismo se envalentona, promoviendo ofensivas con golpes de Estados en muchos países para profundizar su dominación y contraponerse al gran auge de liberación nacional ocurrido en Asia, África y América Latina. El PCCh con el Presidente Mao a la cabeza y un puñado de partidos se levantan en contra del revisionismo de Jruschov y del imperialismo y en defensa de la revolución mundial, abriéndose la más grande confrontación ideológica jamás vista antes. Todo este proceso agudizará la lucha interna en los partidos comunistas en todo el mundo.

En China, la izquierda en el PCCh, bajo la jefatura del Presidente Mao, pasará a la ofensiva en la defensa del marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Tsetung, desplegando la Gran Revolución Cultural Proletaria, que profundiza la revolución socialista, sintetiza el camino de como llevar la lucha de clases y la revolución bajo la dictadura del proletariado, cuestión de suma importancia en el marxismo hasta entonces no resuelta, impidiendo por diez años la restauración burguesa en China. Con la muerte del Presidente Mao, la derecha seguidora del camino capitalista se siente encorajada y logra, con la camarilla de Teng, tomar por asalto y usurpar el poder de la dictadura del proletariado.

Así, la revolución mundial quedó sin base de apoyo y se entra en un nuevo periodo de dispersión del MCI. En la lucha contra el revisionismo moderno y en defensa del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, los partidos reconstituidos en muchos países del mundo desatan guerras populares. Así, en India, Filipinas y Turquía y luego en Perú, la lucha armada como guerra popular ha sostenido la antorcha de la revolución proletaria mundial, y especialmente con la guerra popular en Perú, que bajo la jefatura del Presidente Gonzalo, aplicando el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung a la revolución peruana, definió el maoísmo como nueva, tercera y superior etapa de desarrollo del marxismo.

En medio del agravamiento de la crisis general del imperialismo se ha desatado una nueva ofensiva contrarrevolucionaria general encabezada por los yanquis, pero solo han logrado agudizar todas las contradicciones del sistema, llevando el mundo a un creciente desorden y a un avance en su descomposición, que ha generado gran explosividad de las masas explotadas y oprimidas en todo el mundo, la continuación e impulso de las guerras populares en curso, y los preparativos para el inicio de tantas otras, además del incremento de las guerras de rapiña sobre las naciones oprimidas, con seria agudización de las contradicciones interimperialistas.

Frente a la situación actual, los comunistas estamos ante el gran reto de dar un salto en el MCI unificándonos en torno al marxismo-leninismo-maoísmo y la definición de su línea política general, para confrontar a la ofensiva contrarrevolucionaria general del imperialismo que se hace pedazos en sus agudas contradicciones.

La historia universal está entrando en un nuevo período de revoluciones. Los comunistas hoy estamos por definir con precisión el momento en que se encuentra la Revolución Proletaria Mundial. Eso es clave para comprender la relación de fuerzas en el mundo actual, nuestra situación y la del enemigo, para servir al avance de la revolución en el mundo.

El Presidente Mao nos enseñó que el camino es tortuoso, pero las perspectivas son brillantes. La revolución triunfará en el mundo entero y el comunismo brillará sobre la tierra más temprano que tarde, dependiendo de la acción de los comunistas.

3. SITUACIÓN INTERNACIONAL

Partiendo de la tesis de Lenin se valora que las relaciones económicas del imperialismo constituyen la base de la situación internacional hoy existente. A lo largo de todo el siglo XX se ha definido por completo esta fase particular del capitalismo, su fase superior y última, y que la división del mundo entre países oprimidos y países opresores es una característica distintiva del imperialismo. El proceso de la sociedad capitalista en su conjunto tiene como contradicción fundamental a la contradicción entre proletariado y burguesía, pero, al pasar del capitalismo no monopolista al capitalismo monopolista o imperialismo, se desarrollan en el mundo tres contradicciones fundamentales:

Primera contradicción: entre naciones oprimidas, por un lado, y superpotencias y potencias imperialistas, por el otro. Ésta es la contradicción principal en el momento actual y, al mismo tiempo, la contradicción principal de la época del imperialismo. El mundo está dividido, por una parte, en una inmensa mayoría de naciones oprimidas, que son países coloniales o semicoloniales, estos últimos con una soberanía o independencia formal, sometidos económica, política, militar y culturalmente al imperialismo; por otra parte, hay un puñado de potencias imperialistas, ya sean superpotencias o potencias, en cualquier caso, naciones opresoras. En el campo de las potencias imperialistas, el imperialismo yanqui es la superpotencia hegemónica única. Rusia sigue siendo una superpotencia atómica y hay un puñado de potencias imperialistas de segundo orden.

El imperialismo yanqui es el mayor exportador de capital del mundo, lo que se expresa en enormes desequilibrios en su economía. Para mantener su hegemonía, el imperialismo está obligado a llevar a cabo varias guerras al mismo tiempo, además de mantener presencia militar en todos los continentes. Esto le ocasiona un enorme costo económico para el mantenimiento de su inmensa maquinaria militar, de espionaje y para operaciones encubiertas, los costos de los créditos de guerra ya realizados y los actuales, apoyo a los veteranos; sin mencionar el alto costo social que le ocasionan en su propio suelo el desprecio por la vida y la dignidad de las masas de los países oprimidos, el genocidio que aplican para sojuzgarlas, con lo cual se granjean el odio de clase de todos los pueblos del mundo.

Por su parte, los países oprimidos albergan a la población más grande y pobre, sometidos a la opresión del imperialismo, que viven en condiciones que no se condicen con el nivel de desarrollo alcanzado por la humanidad, sufren la degradación de sus condiciones de vida, el medio ambiente natural y son golpeados por las sistemáticas guerras de rapiña del imperialismo y sus lacayos locales.

En estos países, sobre una base semifeudal, colonial o semicolonial, se desenvuelve el capitalismo burocrático, que genera las modalidades políticas e ideológicas correspondientes e impide sistemáticamente el desarrollo nacional, explota al proletariado, al campesinado y a la pequeña burguesía y restringe a la burguesía media.

Sin reconocer el carácter semifeudal de los países oprimidos y, por lo tanto, la necesidad de una guerra campesina para resolverlo, se termina negando la necesidad de la revolución democrática en estos países, la necesidad de desarrollar la guerra popular como guerra unitaria, en la que el campo es principal y la ciudad es complemento necesario, para acabar con la semifeudalidad, el imperialismo y el capitalismo burocrático.

La crisis mundial continuará descargándose en los países oprimidos y, mientras mantengan esta condición , seguirán siendo el botín de la repartición imperialista. La política del imperialismo es de mayor reacción y violencia contra las naciones oprimidas para un mayor sometimiento y mayor subyugación nacional o la guerra de agresión y rapiña. El plan de los imperialistas es la partición de los países y el nuevo reparto mundial, basado en las relaciones de fuerza militar y el avance en la ocupación de posiciones estratégicas. Lo que buscan no es la paz sino subyugar a los pueblos a través de la capitulación mediante “acuerdos” y “acuerdos de paz” impuestos, con los que solo formalizan lo ganado en el campo de batalla.

Los países oprimidos de Asia, África y América Latina, como ha señalado el Presidente Mao, son zonas de tormenta revolucionaria y la base de la revolución proletaria mundial, y hay que destacar que los países oprimidos se extienden hasta la misma Europa.

Reafirmamos que la verdadera autodeterminación nacional solo se puede lograr a través de la revolución de nueva democracia o la revolución socialista, según sea el caso, para lo cual es necesario constituir o reconstituir partidos comunistas de nuevo tipo, partidos marxista-leninista-maoístas capaces de conducir la revolución hasta el fin. El Presidente Mao sintetizó magistralmente todas las luchas que se libran en las naciones oprimidas en esta gran orientación: “¡Los países quieren su soberanía, las naciones su liberación y los pueblos la revolución!”

Segunda contradicción: entre el proletariado y la burguesía

La crisis económica de 2008, que comenzó como crisis financiera en los EE.UU., se descargó sobre las masas en las naciones oprimidas e, incluso, en los propios países imperialistas, golpeando así al proletariado de los países imperialistas, provocando luchas agudas por la defensa de las conquistas obtenidas a lo largo del siglo XX. Las consecuencias de esta crisis no se han superado, por ello la recuperación del empleo es a costa de su peor calidad, con más bajos salarios y jornadas más largas. La recuperación es a costa del aumento de la sobre-explotación de la clase.

La contradicción proletariado-burguesía se ve atizada también como resultado de las olas migratorias de miles de refugiados de guerra y pobres en general quienes, huyendo de la guerra imperialista y de la feroz explotación y opresión en las semicolonias, están engrosando las filas del proletariado en los países imperialistas. Estas olas migratorias son consecuencia del propio sistema y la “tragedia humanitaria” a la que están llevando beneficia a los monopolios en los países imperialistas, reduciendo los costos de producción al reducir los niveles salariales con esta fuerza de trabajo que no les ha costado nada.

Al mismo tiempo, los propios imperialistas cínicamente propagan a través de los medios el peligro del “terrorismo” de estos inmigrantes y promueven la histeria chovinista, fomentando el racismo y el nacionalismo. El imperialismo aplica su política reaccionaria chovinista de dividir a la clase entre trabajadores nativos y trabajadores inmigrantes, para conjurar la acción clasista unificada del proletariado, para que no se organice como una sola clase, con intereses únicos, con una sola ideología, una sola política y un solo partido, el Partido Comunista.

En los países imperialistas, la contradicción es también entre revolución y contrarrevolución, no se trata del simple cambio de tal o cual régimen político, es decir, de la forma de gobierno de la dictadura burguesa, sino de poner fin a la dictadura de la burguesía sobre el proletariado y el pueblo a través de la revolución socialista.

La contradicción burguesía-proletariado y todas las demás contradicciones dentro de las naciones imperialistas se agudizan, además, porque las infamias de todo tipo cometidas por los estados imperialistas contra las naciones oprimidas y sus pueblos, particularmente por el imperialismo de los EE.UU., repercuten cada vez más dentro de los propios países imperialistas, y esto es característico de la fase actual de su descomposición. La guerra imperialista necesariamente tiene que regresar a casa.

Además, en el propio suelo, el asesinato sistemático y continuo de miembros de las masas más pobres por parte de las fuerzas represivas del Estado yanqui, es parte de la guerra contra el proletariado y el pueblo estadounidenses, particularmente contra la población negra y los inmigrantes del los países oprimidos y sus descendientes. Ante la opresión, la tendencia es que las masas se levantan en rebelión y las armas que les han dado para el genocidio masivo en las naciones oprimidas las vuelven contra sus propios opresores. Ya se han dado expresiones que confirman la tendencia.

En resumen, lo principal es que el movimiento contra la guerra imperialista crecerá, sumado a la rebelión contra la explotación y la opresión de la Clase y la creciente miseria de las masas. Esto está sucediendo en todos los países imperialistas.

Al tratar las contradicciones fundamentales en el mundo actual, es decir las contradicciones que marcan decisivamente la lucha de clase internacional, la lucha entre revolución y contrarrevolución, no podemos pensar que la contradicción proletariado-burguesía existe solamente en los países imperialistas. Esa contradicción existe en todos los países del mundo.

En los países oprimidos, esta contradicción se expresa como contradicción entre el proletariado y la burguesía burocrática-compradora. En esos países el campo del pueblo tiene un centro: el proletariado, es la única clase capaz de conducir la revolución democrática hasta el fin, a condición de que desarrolle su vanguardia, el Partido Comunista, y en los hechos dirija la guerra popular, forjando la alianza obrera-campesina, ganando a la pequeña burguesía como aliado seguro y, en determinadas condiciones y circunstancias, uniendo hasta a la burguesía nacional (burguesía media).

En estos países, cuanto más tratan las clases dominantes de reestructurar sus Estados, aparece más nítidamente el antagonismo en la contradicción entre proletariado y burguesía burocrática-compradora, ambas clases antagónicas comienzan a polarizarse en forma más creciente, una contra la otra , y el proletariado cobra mayor dimensión como la única clase dirigente de la revolución democrática.

Resaltamos que en la revolución democrática existen tres contradicciones fundamentales: contradicción nación-imperialismo, contradicción pueblo-capitalismo burocrático y contradicción masas-feudalidad. De éstas, cualquiera puede ser la contradicción principal según los periodos de la revolución. En los países oprimidos, la contradicción proletariado-burguesía se expresa a través de la contradicción pueblo-capitalismo burocrático (debido a que el proletariado es la clase dirigente del campo del pueblo). Al cumplirse la victoria de la revolución democrática – que implica, en lo económico, la confiscación del gran capital imperialista, del capitalismo burocrático y de la gran propiedad terrateniente feudal y la entrega individual de tierra a los campesinos pobres, sin tierra o con poca tierra, principalmente- es en ese momento, cuando ininterrumpidamente comienza a desarrollarse la revolución socialista, que se cambia el carácter de la revolución, entonces la contradicción proletariado-burguesía deviene principal.

Como maoístas sabemos bien que después del triunfo de la revolución socialista, establecida la dictadura del proletariado, corresponde llevar a cabo revoluciones culturales sucesivas, para conjurar la restauración del capitalismo y continuar la marcha hasta el comunismo, en el cual entramos todos o no entra nadie.

Tercera contradicción: interimperialista. Como enseñó Lenin, el imperialismo no es uno, hay diferentes países imperialistas. Es decir, hay superpotencias y potencias imperialistas que se dividen el mundo entre ellas según sus relaciones de fuerza, económica, política y militar; relaciones de fuerza que están cambiando en todo momento y se desarrollan en colusión y pugna.

Estados Unidos detenta actualmente la condición de superpotencia hegemónica única. Con la desintegración de la URSS socialimperialista en 1991, el peso económico de la Rusia imperialista se vio reducido, con lo cual se vio también mermado su poderío militar, pero mantiene su carácter de superpotencia atómica. A su vez, las otras potencias imperialistas, como Alemania, Inglaterra, Francia, Japón, China, Austria, los Países Bajos, Australia, Suecia, Canadá, Italia, España, etc., en su totalidad son también un puñado de países opresores. Desde la década de 1990, están pugnando por un nuevo reparto de los países oprimidos que estuvieron sometidos a la URSS socialimperialista. Desde entonces, todos los acontecimientos de alguna importancia, bélicos o no bélicos, en Europa del Este, en las ex Repúblicas Soviéticas de Asia Central, en el llamado Medio Oriente Ampliado – el Golfo Pérsico, Irak, Afganistán, Siria, Norte de África -, en el Extremo Oriente – Corea del Norte -, en el sureste de Asia – Vietnam, Laos y Camboya- y en Latinoamérica – Cuba, Nicaragua y Venezuela – están enmarcados en esta lucha por la partición y el nuevo reparto de estos países.

La situación mundial actual está marcada por el plan del imperialismo yanqui para desarrollar su guerra de agresión a sangre y fuego, con el objetivo estratégico de arrebatar a Rusia su condición de superpotencia atómica, contener a la China socialimperialista y empujarla a abrir de par en par su economía. Para este propósito utiliza alianzas, según convenga, con otros imperialistas como el alemán, el francés, Ingles, etc., para subvertir el orden en las esferas de influencia que tienen un gran valor estratégico para Rusia e impone sanciones económicas como una amenaza para todas las potencias imperialistas. Por su parte, Rusia se esfuerza por conservar sus esferas de influencia, especialmente en Ucrania, Siria e Irán.

Cuando los imperialistas, solos o coaligados, van contra un país oprimido o contra varios de estos países(países oprimidos), en ese momento no solo se expresa la contradicción principal, sino también la tercera contradicción, esto es, entre los propios imperialistas. El imperialismo yanqui utiliza contra las demás potencias imperialistas el “divide e impera”. Los imperialistas violan cuando quieren sus propios acuerdos, su propio derecho internacional, el principio de no agresión, porque la ley es para que otros la cumplan. Por esta razón la paz y la armonía entre los imperialistas es un viejo cacareo que repiten, como las de “superimperialismo” y “ultraimperialismo”, que se propagan con conceptos reaccionarios tales como el “neoimperialismo”, “neocolonialismo”, “neoliberalismo”, “globalización”, “geopolítica”, etc., pseudo-teorías que apuntan principalmente contra la revolución democrática y las luchas de la liberación nacional y son utilizadas tanto por los propios imperialistas como por los revisionistas.

La disputa imperialista es absoluta y la colusión es relativa, esto determina el carácter circunstancial y pasajero de las alianzas imperialistas; por eso no se puede hablar de “bloques imperialistas”, eso es revisionismo. Por lo tanto La Unión Europea no es un bloque o “imperialismo europeo”, sino una alianza de los países de Europa, bajo la hegemonía de Alemania, en colusión y pugna con Francia que intenta ampliar su poder, para contender con el imperialismo yanqui.

Las potencias imperialistas de segundo orden luchan por convertirse en nuevas superpotencias y pasar a contender por la hegemonía mundial para ocupar el lugar que hoy ostenta el imperialismo yanqui e imponer a través de una nueva guerra mundial un nuevo reparto del mundo ya repartido y un nuevo orden mundial.

En relación con la contradicción entre socialismo y capitalismo, que corresponde a toda la era del imperialismo y de la revolución proletaria mundial, ésta, en la situación actual, se expresa y se desarrolla en el terreno ideológico e histórico, ya que no existe socialismo desde las restauración burguesa en China hasta la actualidad.

Desde el campo de la reacción, esta contradicción se manifiesta en la ofensiva contrarrevolucionaria general, que está decayendo y que actualmente apunta contra las guerras de liberación nacional con la llamada “guerra contra el terrorismo”. Contra ella nosotros oponemos la contraofensiva revolucionaria marxista-leninista-maoísta, que se desarrolla principalmente con guerra popular. En el campo de la revolución, la contradicción entre socialismo y capitalismo se expresa en que el socialismo vive como una idea en las luchas del proletariado y de los pueblos del mundo, en los combates de las guerras populares en curso en India, Perú, Turquía y Filipinas, en la infatigable propaganda y la creciente lucha de dos líneas en los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas por unificar el MCI bajo la guía del maoísmo y la aplicación principalmente de la guerra popular.

Todo esto, por una parte, impulsa la mayor reaccionarización del Estado burgués (viejo Estado terrateniente-burocrático al servicio del imperialismo en los países oprimidos) para hacer frente a la situación revolucionaria en desarrollo desigual en todo el mundo. Su expresión es el avance hacia la centralización absoluta del Poder en el Ejecutivo, ya sea, como absolutismo presidencialista o como fascismo, de acuerdo a las particularidades de los diferentes países. Centralización absoluta para enfrentar a la crisis de mantenimiento de su dominación y a la revolución, y para la guerra de agresión imperialista.

La situación objetiva a nivel mundial se desarrolla, fundamentalmente, como un agravamiento de la crisis general de descomposición del imperialismo, que hasta la misma reacción se ve obligada a reconocer, es la profundización de su hundimiento. La inmensa riqueza producida socialmente crece incesantemente para un puñado de imperialistas, grandes burgueses y terratenientes de los países oprimidos, mientras que las masas populares en todo el mundo son privadas de su apropiación. El resultado de todo esto son crisis más agudas y ciclos más cortos dentro de la crisis general y última del imperialismo, que empujan a los Estados imperialistas a entablar guerras de rapiña para el nuevo reparto.

El imperialismo sigue vivo y el imperialismo yanqui, como superpotencia hegemónica única y gendarme contrarrevolucionario mundial, es el principal enemigo de los pueblos del mundo; todavía hace y deshace en África, Asia y América Latina; todavía ocupa colonias por la fuerza, establece sus bases militares en todas partes del mundo e imponen una guerra de rapiña, continúa oprimiendo a las masas populares en su propio país. Pero la misma situación también se está volviendo cada vez más insostenible y es inevitable que, tarde o temprano, más del 90% de la población mundial se alce contra el imperialismo y los reaccionarios, y esto, en dura brega y en desarrollo desigual, ya está en curso como una Nueva Gran Ola de la Revolución Proletaria Mundial.

Desde el principio de esta década, en todo el mundo se agudiza aún mas la crisis del imperialismo y del capitalismo burocrático, cuando se profundiza su descomposición, se agudizan todas las contradicciones; generando más situación revolucionaria en desarrollo desigual en todo el mundo, expresada en gran actividad de las masas, su explosividad hace temblar a todos los reaccionarios y sus sirvientes revisionistas; ésta se manifiesta por doquier marchando a grandes explosiones jamás antes vistas. Situación objetiva a cuyo encuentro marcha con paso firme el desarrollo del factor subjetivo, principalmente el proceso de los Partidos Comunistas, como partidos marxista-leninista-maoístas de nuevo tipo, para iniciar las nuevas guerras populares. Abriendo así un nuevo momento o período de revoluciones como parte de la Nueva Gran Ola de la Revolución Proletaria Mundial. Esta situación determina las tareas, la estrategia y la táctica de los Partidos Comunistas en todo el mundo.

4. MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL

Nos reafirmamos en la plena vigencia del Manifiesto del Partido Comunista de 18483, en que es la partida de nacimiento y piedra angular del Movimiento Comunista Internacional, que estableció los principios fundamentales y el Programa de los revolucionarios proletarios. Dado que nuestros grandes fundadores, Marx y Engels, emitieron este gran llamado y lema: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”, esta consigna de combate inspira las luchas del proletariado en todo el mundo y lo guía por el camino de la emancipación. Las llamas de la revolución encendidas por Marx y Engels incendiaron el mundo, cambiando para siempre el curso de la historia mundial.

Marx dijo: “La experiencia del pasado nos enseña cómo el olvido de los lazos fraternales que deben existir entre los trabajadores de los diferentes países y que deben incitarles a sostenerse unos a otros en todas sus luchas por la emancipación, es castigado con la derrota común de sus esfuerzos aislados”.

Lenin estableció que el verdadero internacionalismo proletario requiere: “primero, la subordinación de los intereses de la lucha proletaria en un país a los intereses de esta lucha a escala mundial; segundo, que la nación que está alcanzando el triunfo sobre la burguesía sea capaz y esté dispuesta a hacer los mayores sacrificios nacionales en aras del derrocamiento del capital internacional”. El Presidente Mao caló el internacionalismo en su más profundo sentido al afirmar que “es el espíritu del comunismo”.

Así, la historia del Movimiento Comunista Internacional es un glorioso proceso de lucha, a través del cual los comunistas en el mundo lucharon y luchan para unirse al servicio de alcanzar la meta inalterable: la sociedad comunista.

En esta heroica lucha se materializaron tres internacionales:

La Primera Internacional, o Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), fue fundada por Marx y Engels en 1864, en una dura lucha contra los anarquistas, los blanquistas y otras posiciones para establecer que la ideología del proletariado era solo una – el marxismo – sólida y científicamente fundada en la naturaleza internacional del proletariado y su partido revolucionario, sentó las bases ideológicas de la revolución proletaria. Cuando la Internacional se vio infiltrada y rodeada de oportunistas que intentaban usurparla, Marx argumentó que sería mejor terminar con la AIT que verla asesinada por una unidad sin principios.

La Segunda Internacional, basada en el marxismo, fue fundada por Engels en 1889 y sirvió para multiplicar las organizaciones y partidos socialistas obreros, especialmente en Europa y América del Norte. Después de la muerte de Engels, el revisionismo de Bernstein y Kaustky asaltó el liderazgo de la Segunda Internacional y ésta degeneró en oportunismo, entrando en bancarrota definitiva durante la Primera Guerra Mundial, cuando sus líderes se opusieron a luchar contra la guerra imperialista bajo el pretexto del defensivismo4, se negaron a transformarla en revolución y, votando en el parlamento los créditos de guerra, apoyaron a la burguesía de sus países, deviniendo en social-patriotas, social-chovinistas y social-traidores.

La fundación de la Tercera Internacional en marzo de 1919, fue el resultado de la larga lucha de la izquierda del MCI desarrollada bajo la Jefatura de Lenin y el Partido Bolchevique, y condensa la experiencia de la revolución proletaria en los combates contra el zarismo, el imperialismo y toda la reacción de modo inseparable a la lucha contra todo el revisionismo y oportunismo de los partidos de la Segunda Internacional, amoldados al viejo orden. Lenin concibió y fundó la Tercera Internacional como una máquina de guerra para llevar a cabo la Revolución Proletaria Mundial y la construcción de la dictadura del proletariado. La fundación de la Tercera Internacional constituye un gran salto en la historia del Movimiento Comunista Internacional.

La Tercera Internacional – Internacional Comunista (IC o Comintern) – tuvo 24 años de existencia, durante los cuales se celebraron siete congresos mundiales hasta su auto-disolución en 1943. Tuvo que desarrollarse en un contexto complejo representado por la pérdida de su fundador y principal dirigente, el gran Lenin en 1924, los grandes desafíos de la construcción del socialismo en la URSS, el ascenso del fascismo al Poder en varios países del mundo, especialmente en Europa, y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

Su existencia estuvo fuertemente influenciada por la intensa y dura lucha de dos líneas que se desarrolló dentro del Partido Comunista bolchevique y que duró 13 años, en el que la izquierda, bajo dirección del camarada Stalin, tuvo que luchar tenazmente para desenmascarar y aplastar al trotskismo, al bujarinismo y a la camarilla oportunista de derecha de Kamenev-Zinoviev, entre otras pandillas y líneas negras, contra su labor por socavar la dictadura del proletariado en la URSS, sus intentos de usurpar el liderazgo de la IC y controlar aparatos para imponer su política en varias secciones, nefastas acciones que causaron graves daños.

A causa de esto, particularmente en el período comprendido entre el V y VI Congreso, la IC (Comintern) sufrió desviaciones de derecha y de “izquierda” y emitió algunos consejos y directivas erróneas que causaron ciertos daños a partidos y procesos revolucionarios. No obstante, lo principal fue que el camarada Stalin, desarrollando la lucha de dos líneas, dirigió la izquierda dentro de la Internacional Comunista, conjurando la usurpación revisionista y aplastó la influencia trotskista y zinovievista. Bajo la dirección justa y correcta del camarada Stalin, la Comintern mantuvo su color rojo, prevaleció el marxismo-leninismo y el revisionismo no pudo levantar la cabeza.

De particular trascendencia debido a las circunstancias del momento y a los desafíos que enfrentó, fue la celebración de su VII Congreso Mundial a mediados de 1935. Este importante congreso tuvo que responder, en medio de una situación difícil y compleja, a problemas nuevos y de gran alcance.

El VII Congreso estableció la táctica del Frente Antifascista Mundial y el Frente Popular para defender la dictadura del proletariado y desarrollar la revolución proletaria combatiendo a la ofensiva contrarrevolucionaria del fascismo. Con él, por primera vez en la historia del MCI, logró unir al proletariado internacional y a las masas populares de todo el mundo bajo la misma bandera, la misma política, el mismo plan y bajo la misma dirección, como un solo ejército de combate, dando forma a la tarea legada por Lenin de funcionar como una verdadera máquina de combate para la Revolución Mundial.

Guiados por la Comintern, cientos de millones de masas se levantaron como un gran torrente de acero contra el fascismo, por la revolución y en defensa de la URSS y la dictadura del proletariado, destacándose la revolución china que cambió la correlación de fuerzas en favor del socialismo y del proletariado y los pueblos oprimidos, en la lucha contra el imperialismo y la reacción en todo el mundo.

Bajo la dirección de la Comintern, en decenas de países, no solo en Europa sino también en Asia, los comunistas llevaron a cabo heroicas luchas armadas como guerra de guerrillas, como durante la Guerra Civil española. En estos países en que la revolución no pudo triunfar, su causa fue, principalmente, porque no había partidos comunistas suficientemente maduros y preparados, basados en el marxismo-leninismo y prevenidos contra el revisionismo. A pesar de esto, como lo muestra la historia, su lucha contribuyó a la derrota del fascismo, y los comunistas demostraron al mundo el alto valor y el heroísmo comunista, no permitiendo que la moral de la clase fuera mellada.

En la aplicación de las resoluciones del VII Congreso, el PCCh, dirigido por el Presidente Mao, supo llevar a cabo la política de Frente especificada a las necesidades de la Revolución en China, aplicando independencia y autodecisión, unidad y lucha, derrotando al fascismo japonés y continuando con la Guerra de liberación hasta conquistar el Poder en todo el país, aplastando a las clases dominantes locales y sus amos imperialistas y culminando la revolución de Nueva Democracia, dando paso ininterrumpido a la revolución socialista. La aplicación creadora del marxismo-leninismo y de la línea establecida por el VII Congreso a las condiciones concretas del país y su integración con la practica de la revolución china, condujeron al desarrollo de una comprensión más completa y cabal acerca del frente único y al desarrollo cabal de la teoría y practica de la guerra popular.

Los problemas y las desviaciones que ocurrieron en muchos países estuvieron principalmente en la aplicación de la política de Frente por parte de los respectivos partidos, y por lo tanto la responsabilidad principal recae en los partidos comunistas, quienes son los responsables por la aplicación de la línea de la Internacional en sus respectivos países. Partiendo de lo planteado por el Presidente Mao, para establecer un justo balance de esta experiencia es preciso marcar una clara línea divisoria entre aquellos que se mantuvieron en el marxismo y los que se despeñaron en el pantano del revisionismo y, dentro de los primeros, diferenciar los errores de principio de aquellos cometidos en el trabajo práctico. Lo que es clave es que el Presidente Mao va a desarrollar las seis leyes del frente único y acerca los tres instrumentos fundamentales de la revolución y su interrelación.

En algunos países, como Italia y Francia, debido a posiciones oportunistas de derecha en la dirección de los partidos comunistas, después de llevar a cabo una lucha armada de resistencia heroica contra el nazifascismo, estos partidos se apartaron de las orientaciones de la Comintern y de los principios fundamentales del marxismo-leninismo, sus direcciones capitularon ante sus burguesías centrando en la defensa del régimen demo-burgués y traicionaron a la revolución, degenerando en el más podrido revisionismo, el revisionismo moderno.

A nivel mundial, bajo la dirección del camarada Stalin, se aplicó brillantemente el Frente Antifascista, cuyo centro era la defensa de la dictadura del proletariado representada en la URSS. A través de ella, la dictadura del proletariado enfrentó al fascismo y la Revolución Mundial avanzó. La victoria de la guerra antifascista fue una grandiosa y heroica victoria del socialismo, una victoria del proletariado internacional y de los pueblos oprimidos del mundo sobre el imperialismo y la reacción mundial, una victoria del marxismo-leninismo contra el revisionismo.

Con la victoria en la guerra antifascista, el campo imperialista se debilitó y la revolución proletaria se fortaleció. Gracias al glorioso papel del Ejército Rojo y las guerras de resistencia, la revolución se extendió a través de Europa Oriental y de Europa Central hasta parte de Alemania, ampliándose así el campo socialista. Notablemente, con la victoria de la revolución china en 1949, la correlación de fuerzas entre revolución y contrarrevolución en la arena internacional cambió en favor de la Revolución Mundial, que avanzó a la etapa del equilibrio estratégico, emergió un poderoso campo socialista y surgió un poderoso movimiento de liberación nacional en las colonias y semicolonias.

Por eso, consideramos que el VII Congreso fue un importante congreso marxista-leninista que armó al proletariado internacional con una línea política correcta y justa para luchar contra el fascismo y hacer avanzar la Revolución Proletaria Mundial.

Aunque en su curso la Comintern y el camarada Stalin cometieron ciertos errores, el problema de las desviaciones y traiciones graves tiene su causa en el revisionismo en la dirección de los partidos que entraron en esas situaciones y no pueden atribuirse al camarada Stalin, al PC(b) de la URSS o a la Comintern.

Al vislumbrar la historia del MCI y la Revolución Proletaria, vemos que el camarada Stalin supo, en medio de una situación compleja y difícil, aplicar con firmeza y genialidad la definición de Lenin del verdadero internacionalismo proletario y sujetar los intereses particulares y nacionales a los intereses del proletariado internacional en su conjunto, poniendo en primer lugar la defensa de la Revolución Proletaria Mundial y la causa del comunismo.

En 1943, la Comintern se auto-disolvió y el MCI entró en un período de relativa dispersión, generada principalmente por la acción escisionista y traidora del revisionismo moderno. El revisionismo moderno fue una contracorriente representada por Browder, Tito, Togliatti, Thorez y principalmente Jruschov y el infame XX Congreso del PCUS, donde su camarilla ha usurpado la dirección del PCUS, del Ejército Rojo y el Estado Socialista, degenerándolos respectivamente en partido revisionista, ejército antipueblo y Estado burgués social-fascista y destruyendo la dictadura del proletariado, socavando los principios básicos de unidad del Movimiento Comunista Internacional.

En 1947 se funda la Cominforn, a través de la cual el Camarada Stalin combatió duramente al revisionismo moderno y se aplastó y condenó el revisionismo de Tito. Fue la Cominforn quien comenzó la lucha contra el primer Estado con el revisionismo en el poder. En la conferencia de Budapest el revisionismo de Tito fue condenado y expulsado, mostrando claramente que es falso que el camarada Stalin conciliara con lineas revisionistas de reconciliación nacional y otras lineas de revisionistas que surgieron después de la segunda guerra mundial. La Cominform bajo la dirección del camarada Stalin comenzó la lucha contra el revisionismo moderno que completaría el Presidente Mao años más tarde.

La tarea de los comunistas para unirse a nivel mundial, después de la Segunda Guerra Mundial y la muerte del camarada Stalin, se da en feroz lucha contra el revisionismo moderno, en que el Presidente Mao se erige como la Jefatura creciente de la Revolución Mundial.

En 1957 y 1960 se llevaron a cabo dos conferencias internacionales de los partidos comunistas y obreros en Moscú. Las declaraciones de estas conferencias corresponden al desarrollo de la lucha de dos líneas en el MCI en ese momento y resultan en concesiones en pro de no dividirse en aquel momento y dar tiempo a que los verdaderos seguidores de Lenin y Stalin en el PCUS librasen la lucha de dos líneas a su interior. Teniendo en consideración que el peso del PCUS era muy grande y muy difícil la situación interna, esto expresa un manejo acertado de la lucha desenvuelta por la izquierda dirigida por el Presidente Mao al frente del PCCh, aplicando el principio de actuar con razón, ventaja y sin sobrepasarse.

En 1961 se celebró el XXII Congreso del PCUS, en el cual se sistematizaron las posiciones del revisionismo moderno. El Presidente Mao, dirigiendo el Partido Comunista de China, definió la esencia del nuevo revisionismo en las “tres pacíficas” y los “dos todos”. Jruschov torció la tesis de coexistencia pacífica de Lenin que diferencia las relaciones entre Estados de sistemas sociales diferentes, de las relaciones de clases al interior de los Estados, para plantear una “coexistencia pacífica” como línea general del Movimiento Comunista Internacional. Para Jruschov el problema era evitar la guerra porque, según él, las armas atómicas no distinguían a explotadores de explotados, por lo cual los hombres tenían que confraternizar para evitar la desaparición de la humanidad. La “transición pacífica” planteaba que la revolución ya no necesitaba la violencia revolucionaria, sino que se podría cambiar un sistema social por otro a través de la “vía pacífica”, a través de las elecciones, a través del parlamentarismo. Con la “emulación pacífica” sostenía que para destruir el sistema imperialista, el sistema socialista debería hacer una emulación para demostrar a los imperialistas que el sistema socialista es superior y así los imperialistas se iban a pasar al socialismo. La tesis revisionista del “Estado de todo el pueblo” pretendía negar el carácter de clase del Estado y concretamente apuntaba contra la dictadura del proletariado. El “partido de todo el pueblo” es otro engendro que negaba el carácter de clase del Partido como partido del proletariado. Así, Jruschov sostuvo que el XXII Congreso del PCUS era el nuevo programa de los comunistas y sustituyó el Manifiesto del Partido Comunista por la consigna burguesa de “libertad”, “igualdad” y “fraternidad”. El Manifiesto es el programa de los comunistas y su negación atizó y agudizó la lucha entre marxismo y revisionismo.

El 14 de junio de 1963 se publica la “Proposición Acerca de la Línea General del Movimiento Comunista Internacional”, conocida también como “la Carta China”, que seguida por la difusión de “los 9 Comentarios” en los que brillantemente el Presidente Mao y el PCCh desenmascararon y aplastaron al revisionismo moderno en todas sus facetas.

Solo con el profundo deslinde producido por la Gran Polémica, dirigida por el Presidente Mao y el Partido Comunista de China, el Movimiento Comunista Internacional pudo elevar el proceso de reunificación en torno a la Jefatura del Presidente Mao y sus contribuciones a la Revolución Proletaria Mundial.

El Presidente Mao ha desarrollado esta lucha simultáneamente a la lucha contra la linea oportunista de derecha dentro del PCCh, que había usurpado importantes aparatos del partido y el Estado.

El Presidente Mao y el PCCh consideraron que, en tales circunstancias, no era adecuado que se conformase una nueva Internacional Comunista porque la base ideológica y política, que debería ser el marxismo-leninismo-pensamiento mao-tsetung, no estaba definida. Especialmente el Partido del Trabajo de Albania, dirigido por Hoxha, no aceptaba el pensamiento mao-tsetung y quería una internacional basada únicamente en el marxismo-leninismo, sin considerar el nuevo desarrollo que éste tenía porque, en esencia, Hoxha era opuesto al pensamiento mao-tsetung.

Con la Gran Revolución Cultural Proletaria en China se desenvuelve en forma creciente la influencia del Presidente Mao por el mundo. El PCCh se centra en problemas muy urgentes, como recuperar el Poder en la República Popular de China de la usurpación revisionista de Liu Siao-chi y Teng Siao-ping, y en cómo continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado. Como tal, el Presidente Mao, en la lucha de clases nacional e internacional contra el revisionismo, se convierte en el gran maestro del proletariado y en Jefe de la Revolución Mundial, y su pensamiento deviene en la tercera etapa del marxismo, aunque la lucha por su definición y reconocimiento solo se dará más tarde. Este objetivo ha sido perseguido por cuatro décadas y la CIMU es un paso de gran importancia.

A finales de los años de 1960 e inicios de los 1970 respectivamente y bajo la influencia de GRCP han surgido procesos revolucionarios de lucha en contra del revisionismo moderno, restableciendo partidos comunistas y constituyendo ejércitos populares que enarbolan el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung en India con el PCI (ML) y CCM; en Filipinas con el PCF y en Turquía con el TKP/ML, además de la lucha en muchos países en contra del revisionismo, en defensa del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, de la GRCP y la guerra popular.

En septiembre de 1976 muere el Presidente Mao y los revisionistas chinos dan un golpe contrarrevolucionario apuntando contra el Presidente Mao y su pensamiento. Así, la unidad de los marxistas entró en graves y complejos problemas. Con la muerte del Presidente Mao y la usurpación revisionista en China por Teng y sus compinches, los comunistas nos quedamos desperdigados en el mundo, sin centro ni base de la Revolución Mundial; la contrarrevolución sacó sus garras para negar al Presidente Mao y la validez del marxismo-leninismo-pensamiento mao-tsetung y se desencadenó el triple ataque revisionista de Teng Siao-ping (revisionismo chino), Hoxha (revisionismo albanés) y Brezhnev (revisionismo ruso).

El golpe contrarrevolucionario en China en 1976 abrió un nuevo período de profunda dispersión en el MCI, sobre el cual surgió una ofensiva contrarrevolucionaria general desatada por el imperialismo yanqui que apuntó central y principalmente su ataque a arrancar el alma a la revolución, su ideología, el marxismo-leninismo-maoísmo.

En el otoño de 1980, trece partidos y organizaciones comunistas suscribieron una declaración “A los marxista-leninistas, a los obreros y a los oprimidos de todos los países” por la cual llaman a los comunistas a unirse en torno al marxismo-leninismo y toman al Presidente Mao, pero sin considerarlo una nueva etapa y, por tanto, que no tiene validez universal, labor conducida por el Partido Comunista Revolucionario de los EE.UU, principalmente.

En 1984 se celebró la II Conferencia que decidió fundar el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI). En su declaración de fundación se afirmó que éste se guiaba por el marxismo-leninismo-pensamiento Mao-Tsetung.

El MRI, significó un paso adelante en el camino de la reunificación, de ahí la necesidad de hacer un correcto y justo balance de esta experiencia. Para ello, es necesario analizar el proceso de la lucha de dos líneas dentro del MRI y el papel que le tocó jugar a cada partido. Como en todo organismo revolucionario, en el desarrollo de la lucha de dos líneas en su seno se definió la izquierda, el centro y la derecha.

En la década de 1980, el Partido Comunista del Perú (PCP), bajo la Jefatura del Presidente Gonzalo, enarboló, defendió y aplicó el maoísmo como la tercera, nueva y superior etapa del marxismo en el Movimiento Comunista Internacional. La principal contribución del Presidente Gonzalo al Movimiento Comunista Internacional fue haber definido el maoísmo completa y científicamente, enarbolando, defendiendo y aplicándolo con el inicio y desarrollo de la guerra popular en el Perú, iniciada el 17 de mayo de 1980. Este evento fue de fundamental importancia para la Revolución Proletaria Mundial y el Movimiento Comunista Internacional, porque probó la vigencia del maoísmo y la guerra popular. Con su entrega heroica en 11 de septiembre de 2021, asesinado después de 29 años resistiendo en régimen de aislamiento absoluto, en las mazmorras del imperialismo y la reacción, su nombre se inscribió definitivamente en la galería de los grandes titanes del proletariado internacional.

A través de la acción del PCP dentro del MRI, éste llegó ha reconocer el maoísmo como la nueva etapa del marxismo en 1993.

El MRI tuvo algo más de 20 años de vida, desde su fundación en 1984 hasta que entró en liquidación en el 2006 por la traición de Prachanda a la guerra popular en Nepal y la pretensión del PCR de los Estados Unidos de que este organismo se sujetara a la “nueva síntesis” revisionista de Avakian. Su disolución formal se produjo en 2012. Su existencia reflejó la lucha de dos líneas en el Movimiento Comunista Internacional. El MRI sirvió a la revolución proletaria mundial y a la tarea de bregar por la reunificación de los comunistas mientras la izquierda, en dura brega, pudo mantener en su seno la lucha por imponer el maoísmo como el único mando y guía de la revolución mundial.

Sin embargo, con la detención del Presidente Gonzalo en 1992 y luego de los golpes sufridos por la guerra popular en el Perú – que debilitaron la acción de la izquierda al interior del MRI – el PCR de los Estados Unidos, convergiendo con la línea oportunista de derecha (LOD), revisionista y capitulacionista, aprovechó la compleja situación para atacar a la izquierda y avanzar en su hegemonismo barato, para difundir primero en forma encubierta y luego abiertamente la llamada “nueva síntesis” revisionista, opuesta al marxismo-leninismo-maoísmo.

El MRI cada vez entraba en mayor descohesión. Esto se agravó cuando el PCR de los Estados Unidos, con Avakian a la cabeza, después de haber sancionado y tomado posición a favor de la Declaración del MRI: Por un Siglo de Guerras Populares (2000), pasaron a negarla y se fueron despeñando por el camino del revisionismo, incrementando sus ataques contra el maoísmo. En los años siguientes la pugna por la hegemonía entre Avakian y Prachanda, corrientes y capitostes revisionistas, no solo en el MRI sino a nivel de todo el MCI, se fue agudizando y también la descohesión ideológica, política y organizativa del MRI. Finalmente esos revisionistas, desde su Comité, volaron el MRI. Este dejó de desempeñar un papel positivo y entró en bancarrota y liquidación.

Hoy, cuando en el mundo se desenvuelve una Nueva Gran Ola de la Revolución Proletaria Mundial con guerras populares en curso en India, Perú, Turquía y Filipinas, y en preparación en varios otros países, cuando se presentan heroicas luchas de resistencia nacional y de resistencia popular por todo el mundo, cuando la crisis general del imperialismo y su hundimiento se han intensificado enormemente, es urgente y necesario, elevar la lucha de dos líneas en el seno del MCI a un nivel superior, para establecer y desarrollar su necesaria, justa y correcta Línea Política General y potenciar esta Nueva Gran Ola, a través del estallido de la revolución con guerra popular en muchos países y de mayores avances donde ya está aconteciendo, así como en el movimiento revolucionario antiimperialista bajo la hegemonía del proletariado.

Por eso es necesario profundizar la lucha ideológica y política sobre la base del justo y correcto balance de la experiencia histórica de la revolución proletaria y la dictadura del proletariado en general, balance que sintetice en particular la experiencia de la aplicación de la tercera etapa del marxismo, el maoísmo.

La lucha por imponer el marxismo-leninismo-maoísmo, como mando y guía de la revolución mundial es larga, compleja y difícil. El marxismo nunca ha avanzado sin una lucha dura, pero al fin el maoísmo está guiando la Nueva Gran Ola de la Revolución Proletaria Mundial, que ya ha comenzado y necesita ser impulsada, para barrer al imperialismo y la reacción de la faz de la tierra a través de revoluciones democráticas, socialistas y culturales proletarias, según sea el caso, y transitar al luminoso y siempre dorado comunismo.

En particular, es necesario continuar profundizando la lucha contra el nuevo revisionismo que, en sus diferentes expresiones, pese a haber sido desenmascaradas y aplastadas en el MCI, aún tienen influencia a través de las posiciones oportunistas de derecha y “izquierda”, centristas, liquidacionistas, etc., y dañan la unidad del MCI en su conjunto, pues es peligro principal en el MCI.

La celebración de esta I Conferencia Internacional y la fundación de la Nueva Organización Internacional son de importancia histórica y gran trascendencia, son una conquista del proletariado internacional y un certero golpe a la ofensiva contrarrevolucionaria general del imperialismo y la reacción mundial, así como contra el revisionismo y todo oportunismo. Se ha dado un gran paso para reunificarnos y superar la dispersión en el MCI y se ha abierto una nueva etapa de la lucha organizada por la reconstitución de la Internacional Comunista, bajo el mando y guía del maoísmo, una nueva etapa que estará signada por el desarrollo de nuevas guerras populares que se sumarán a las que ya están en marcha.

5. PRINCIPIOS DE LA NUEVA ORGANIZACIÓN DEL PROLETARIADO

  • La contradicción, única ley fundamental de la incesante transformación de la materia eterna;
  • Las masas hacen la historia y la rebelión se justifica;
  • Lucha de clases, dictadura del proletariado e internacionalismo proletario;
  • Aplicar la verdad universal del marxismo-leninismo-maoísmo a las condiciones concretas e integrarlo con la práctica de la revolución en cada país;
  • Necesidad del Partido Comunista marxista-leninista-maoísta que aplique con firmeza la independencia, la autodecisión y el autosostenimiento;
  • Combatir el imperialismo, el revisionismo y la reacción indesligable e implacablemente;
  • Lucha de dos líneas como fuerza impulsora del desarrollo partidario;
  • Practicar el marxismo y no el revisionismo, trabajar por la unidad y no por la escisión, actuar de forma franca y honrada y no urdir intrigas y maquinaciones
  • Transformación ideológica constante y poner siempre la política al mando;
  • Servir al pueblo y a la revolución proletaria mundial;
  • Desinterés absoluto y justo y correcto estilo de trabajo;
  • Ir contra la corriente.

Muy especialmente nos reafirmamos en la irrefutable verdad marxista, planteada por el Presidente Mao: “Según la teoría marxista del Estado, el ejército es el principal componente del Poder estatal. Quienquiera que desee tomar el Poder estatal y retenerlo, tiene que contar con un poderoso ejército. Cierta gente nos ridiculiza calificándonos de partidarios de la teoría de la omnipotencia de la guerra. Sí, somos partidarios de la teoría de la omnipotencia de la guerra revolucionaria; eso no es malo; es bueno, marxista. Con sus fusiles, los comunistas rusos crearon el socialismo. Nosotros crearemos una república democrática. La experiencia de la lucha de clases en la era del imperialismo nos demuestra que solo mediante la fuerza del fusil la clase obrera y las demás masas trabajadoras pueden derrotar a la burguesía y la clase terrateniente armadas; en este sentido cabe afirmar que solo con el fusil se puede transformar el mundo entero.”

6. RESOLUCIÓN SOLEMNE

Los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas participantes en la CONFERENCIA INTERNACIONAL MAOÍSTA UNIFICADA (CIMU), siguiendo el camino de la Tercera Internacional, fundada por el gran Lenin y las mejores tradiciones del Movimiento Comunista Internacional (MCI), declaran solemnemente al proletariado internacional y a los pueblos oprimidos del mundo que han tomado la decisión histórica y trascendental de dar vida a la nueva organización internacional maoísta, fundada bajo tres grandes y gloriosas banderas rojas: el maoísmo, la lucha contra el revisionismo y la revolución proletaria mundial.

Con profunda convicción comunista, los partidos y organizaciones comunistas aquí reunidos nos reafirmamos, una vez más y con solemne compromiso, a cumplir los acuerdos de la Conferencia Internacional Maoísta Unificada enarbolando, defendiendo y aplicando la todopoderosa ideología del proletariado internacional, el marxismo-leninismo-maoísmo.

Es firme compromiso en la ardua e incansable brega por imponer el maoísmo como único mando y guía de la Revolución Mundial, única rojísima e inmarcesible bandera que es garantía de triunfo para el proletariado, las naciones oprimidas y los pueblos del mundo en su inexorable marcha hacia el dorado y por siempre resplandeciente comunismo.

La I Conferencia Internacional Maoísta Unificada de partidos y organizaciones comunistas, marxista-leninista-maoistas, tiene trascendencia histórica y profundo contenido estratégico, es gloriosa tarea compaginada con la Nueva Gran Ola de la Revolución Proletaria Mundial.

Con ardiente entusiasmo y desbordando el optimismo de clase, y al tope, elevamos la roja consigna:

¡La I Conferencia Internacional Maoísta Unificada es base y marcha inexorablemente en la reunificación de los comunistas del MCI, máquina de guerra, máquina de combate que eleva las inmarcesibles banderas del marxismo-leninismo-maoismo y la invencible guerra popular!

FIRMAS:

Comités para la Fundación del Partido Comunista (Maoista) de Austria (KG(m)KPÖ) [Austria]

Partido Comunista de Brasil (P.C.B.) [Brasil]

Fracción roja del Partido Comunista de Chile (FRPCCh) [Chile]

Partido Comunista de Colombia (Fracción Roja) (PCC(FR)) [Colombia]

Poder Proletario – Organización Partidaria M-L-M Colombia (PP-OP-MLM) [Colombia]

Partido Comunista de Ecuador – Sol Rojo (PCE-SR) [Ecuador]

Partido Comunista Maoista (PCM) [Estado Español]

Partido Comunista Maoista (PCM) [Estado Francés]

Comité Maoista en Finlandia (MKS) [Finlandia]

Comité para la Reconstitución del Partido Comunista de México (CR-PCM) [México]

Organización para Reconstituir el Partido Comunista de Noruega (OGNKP) [Noruega]

Partido Comunista del Perú (PCP) [Perú]

Liga Comunista de Suecia [Suecia]

Comité Bandera Roja (KRF) [República Federal de Alemania]

Partido Comunista de Turquía/ Marxista-Leninista (TKP/ML) [Turquía]

1“Luchar, fracasar, volver a luchar, fracasar de nuevo, volver otra vez a luchar, y así hasta la victoria: ésta es la lógica del pueblo, y él tampoco marchará jamás en contra de ella.” – Presidente Mao “Desechar las ilusiones, prepararse para la lucha” (14 de agosto de 1949)

2 Eso implica: que el ejército moviliza, politiza, organiza y arma a las masas.

3Resaltamos que eso incluye todos sus prefacios y notas escritos por Marx y Engels, especialmente el prefacio del 1872

4Defensa de “la patria” imperialista.