¡Proletarios de todos los países, uníos!
LA REACCIÓN CONFIESA SU FRACASO ELECTORAL
Como hemos publicado el 28 de mayo de 2021, en nuestra nota: FRACASO DE LAS ELECCIONES REACCIONARIAS Y EL PAPEL DE LA LOD (MOVADEF) Y DE LAS ACCIONES DE LOS “SEÑORES FEUDALES DE LA GUERRA” DEL VRAEM:
“Ambos candidatos, tanto Castillo como la Fujimori, son producto del fracaso reaccionario de la primera vuelta de las elecciones reaccionarias de 2021, que confirmaron lo que la reacción tanto temía y con ello el fracaso de “legitimar” a las nuevas autoridades reaccionarias, esto es, “en último término” con “un desdén de la ciudadanía hacia la clase política del país. Es decir, una absoluta ausencia de esperanza en lo que los líderes de los partidos que la albergan puedan ofrecer a los peruanos en estos comicios, con prescindencia de su procedencia ideológica o las convicciones que afirmen encarnar”. Rechazo espontáneo expresado así a todo ese viejo Estado, sus partidos, personalidades, instituciones, etc. Casi un 42% del censo electoral o no fue a votar o voto en blanco o viciado y el resto que votó por algún “partido”· o candidato lo hizo mayoritariamente en contra de los dos candidatos que han pasado a segunda vuelta establecida para “torcer la mano al electorado” (en palabras de un comentarista político reaccionario)”.
La propia reacción por boca de uno de sus representantes mas conspicuos en asuntos electorale, Tuesta Soldevilla, ha reconocido así su fracasoelectoral:
“Lo que hay que cambiar.- Cuando un partido gana, los acreedores se presentan para ser retribuidos, pues en política no hay filantropía. Nuestro país ha elegido a sus autoridades nacionales, pero el siguiente año se deberá completar con los gobiernos regionales y municipios, en donde los partidos que hoy vemos en el ejecutivo y Parlamento tienen escasa representación.
Campaña larga y dura como nunca hemos visto. Una suerte de guerra civil del voto. La feroz división política expresa, qué duda cabe, la que socialmente existe. Ganar de cualquier manera ha hecho que se pierda mucho, creando más desconfianza de la ya acumulada. Somos un país descreído, pese a que las fotos de una campaña intensa podrían mostrar entusiasmos. El gobierno que se hereda es un país destrozado por la pandemia y por sus políticos. Si no se sabe leer los resultados con serenidad, se habrá visto un espejismo que siempre es engañoso. Las dos terceras partes del país que no votaron por ninguno de los dos candidatos en primera vuelta no solo existen, sino que sus demandas, sus miedos y sus frustraciones están intactas, pues ganar en segunda vuelta es gracias al necesario artificio del sistema electoral, para que alguien logre alcanzar la presidencia.
Nuestro país ha elegido a sus autoridades nacionales, pero el siguiente año se deberá completar con los gobiernos regionales y municipios, en donde los partidos que hoy vemos en el ejecutivo y Parlamento tienen escasa representación, allí donde los múltiples movimientos regionales acaparan la mayoría. Un país no puede lograr sus objetivos si no realinea mínimamente los poderes del Estado y los de alcance nacional y subnacional. Compete, pues, a los políticos llevar adelante acuerdos en un país dividido”.
Luego el tal Tuesta Soldevilla insisten en marcar el fracaso de cualquiera que sea el que se designado presidente por este fraude electoral: “Cuando un partido gana –que ahora es minoritario…” (Fernando Tuesta Soldevilla, Profesor de la Universidad Católica, Lima 7 de junio de 2021, dierio el Comercio)
Más aún, en su editorial de hoy, el mismo diario reaccionario escribe sobre el problema de “legitimación”, así:
“
Editorial: Sinsabores de un triunfo ajustado
Gane quien gane la elección presidencial, iniciará su gobierno con la mitad del país en contra.
Editorial
Lima, 8 de junio de 2021
Cuando falta menos del 4% de actas por contabilizar, el voto de los peruanos aquí y en el extranjero sigue mostrándose casi perfectamente dividido en dos. Alguno de los candidatos que han disputado esta segunda vuelta ha de ganar, pero es claro que su victoria no será ni por un punto porcentual de diferencia. No será la primera vez que esto ocurra (la distancia entre Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori en la segunda ronda del 2016 fue de 0,24%), pero esta vez el marcado contraste entre el signo político de uno y otro competidor habla de dos vastos contingentes de ciudadanos con ideas muy distintas sobre lo que se requeriría hacer en el país a partir del 28 de julio.
La llamada luna de miel de la que suelen gozar los mandatarios recién electos –esto es, el período de gracia que la población le concede a todo nuevo jefe del Estado para que intente poner en práctica sus iniciativas– será, en consecuencia, muy breve o no existirá en absoluto. En lugar de disfrutar del dulce sabor del triunfo, pues, el ganador conocerá pronto los sinsabores que se derivan de haber logrado su objetivo de una manera particularmente ajustada. Para que su victoria no resulte pírrica, tendrá entonces que buscar legitimarse cuanto antes con la mitad del país que no votó por él y que estará respirándole en la nuca desde el primer día, dispuesta a no perdonarle ni el menor paso en falso.
La pregunta, claro, es cómo podría conseguir el nuevo presidente tal legitimación”.
Por eso nos reafirmamos en todo lo publicado en nuestra campana del boicot contra las elecciones generales 2021 para el recambio de autoridades reaccionarias del viejo Estado terrateniente burocrático al servicio del imperialismo, principalmente yabqui, y reproducimos los dos parágrafos finales de nuestra nota del 28 de mayo de 2021 publicada para ic-ci:
“
Estas elecciones muestras el mayor hundimiento del viejo Estado y la vieja sociedad, que está cada vez más maduros para ser barridos por la guerra popular. Su camino burocrático se desarrolla en medio de mayor pugna reaccionaria, que como tenía que ser, cuenta con la participación del oportunismo y el revisionismo. Por eso decimos, esta elecciones generales reaccionarias de 2021 como tenía que ser, se han presentado y desenvuelven como defensa del caduco orden existente y evolución de la sociedad peruana; y ellas expresan una mayor colusión y pugna reaccionaria entre las dos facciones de la gran burguesía y entre los grupos que conforman cada una de ellas. Estas agudas contradicciones tienen también que enmarcarse en el plan reaccionario del “Bicentenario” y la continuación de la aplicación de las tres tareas contrarrevolucionarias que necesitan desenvolver y que en esencia no ha variado (reimpulsar el capitalismo burocrático, reestructurar el viejo Estado y buscar aniquilar la guerra popular, en concreto buscando conjurar la culminación exitosa de la reorganización general del Partido Comunista del Perú (RGP), en y para la guerra popular en lucha a muerte contra las ratas revisionistas y capitulacionistas de las “llamadas cartas de paz” (léase Modavef) o la encabezada por el renegador traidor y mercenario “José” del Vraem ) una vez más decimos; sigan soñando, porque su realización es un imposible histórico y político.
El imperialismo principalmente yanqui apunta a un nuevo plan (2021 – 2036) a través de nuevo gobierno reaccionario “elegido”, si no es así, será por el golpe de estado que siempre está rondando, pero sea quien sea el que encabece el nuevo gobierno reaccionario, este nuevo gobierno será más hambreador, más genocida y más vendepatria pro yanqui que todos los anteriores, utilizará el “bicentenario” moviendo patriotería, “reconciliación nacional”, “todas las sangres” y hasta “nueva constitución”, tener en cuenta que para este viejo y podrido Estado terrateniente burocrático, es importantísimo darle legitimidad al régimen y “legitimidad “es un componente esencial de su estrategia contrasubversiva de guerra de baja intensidad (GBI) y ese es el fracaso que han cosechado. “Legitimidad” del nuevo gobiernoa para su GBI aplicando cada vez más, mayor represión de la justa y creciente protesta popular”.
Y , en la presente nota, agregamos:
Ambos contendientes en segunda vuelta, independientemente de su origen o extracción de clase, son expresión política de clase de la gran burguesía. La Keiko Fujimori, como representante de la faccióncompradora centra en los intereses de esta facción, pero trata de presentarse como defensora de los intereses de toda la gran burguesía, esto es también de la facción burocrática y, más aún, obvio que demagógicamente, pretenda defender los intereses de la burguesía media y hasta los de todo el pueblo.
El “rondero” Castillo, independientemente de su extracción u origen de clase, por el programa que enarbola representa los intereses de la facción burocrática de la gran burguesía, aunque se comprometea respetar los intereses de la otra facción y dice demagógicamente representar a los campesinos tratando de traficar con su origen familiar y en una palabra se presenta como representante del pueblo en las elecciones reaccionarias.
Ese es el carácter de clase de las posiciones de los dos candidatos que, personal y caudillescamente, aunque digan lo contrario, encabezan Fuerza Popular y Perú Libre; ambos invocan al pueblo y promueven una serie de medidas y “programa ayuda social”, la Fujimori y más Castillo con su “nueva constitución”, con representación orgánica o corporativa, quien ha dicho que “el Estado debe controlar a las empresas y a los ciudadanos”. Ambos han improvisado su plan para la segunda vuelta y el equipo para posible gobierno de Castillo es tomado de prestado de diferentes lados y se va a apoyar en el caso que sea designado en la alta burocracia estatal y la asesoria de las ONGs del imperialismo..
Las elecciones son un medio de dominación de terratenientes y grandes burgueses; no son para elpueblo instrumento de transformación ni medio para derrocar el poder de los dominantes. Así, dentro de esta función de las elecciones en el Perú, similar a las de los demás países, y dentro de su condición de cruciales para la reacción, las elecciones generales del 2021 como tenía que ser, se han presentado y desenvuelven como defensa del caduco orden existente y evolución de la sociedad peruana; y en este marco los partidos como los 18 que han participado en la primera vuelta y los dos que han quedado para la segunda vuelta sostienen y defienden objetivos y metas fundamentales iguales y sólo tienen diferencias de forma y medios y cómo utilizarlos.
MOVIMIENTO POPULAR PERÚ
8 de junio de 2021