¡Proletarios de todos los países, uníos!

DESARROLLAR LA CONSTRUCCIÓN, PRINCIPALMENTE DEL PARTIDO, EN FUNCIÓN DE LA LUCHA ARMADA

I. SOBRE EL CAMINO BUROCRÁTICO Y EL CAMINO DEMOCRÁTICO

En la sociedad peruana del siglo XX dos caminos se enfrentan como expresión d ela lucha de clases: El camino burocrático y el camino democrático. El primero es el camino de las clases explotadoras, del imperialismo, del feudalismo y del capitalismo burocrático, el camino de la burguesía monopolista principalmente del imperialismo yanqui que nos oprime, de los terratenientes feudales y de la burguesía compradora y burocrática. Este es el camino del desarrollo y profundización del capitalismo burocrático en una sociedad semi-feudal y semi-colonial; el camino del Estado de dictadura terrateniente-burocrática bajo mando imperialista; del predominio de la ideología imperialista y feudal.

El camino burocrático es el que las clases explotadoras siguen en el país desde 1895 hasta hoy. Camino que en la década del 20 entronizó a la “burguesía mercantil” como clase dirigente del campo reaccionario, y en la que se reestructuró el Estado peruano desde el punto de vista de la llamada “democracia representativa”. Esta primera reestructuración estatal, bajo dirección de la burguesía compradora, se produjo, no lo olvidemos, “en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y del imperialismo, toda la ideología liberal, correspondiente a la etapa de la libre concurrencia, ha cesado de ser válida”, como dice el punto 3 del Programa del Partido. Pero si la constitución de 1920 sirvió al desarrollo del capitalismo burocrático y a la lenta evolución de la feudalidad así como al dominio del imperialismo yanqui y de la burguesía compradora a él ligada; el desenvolvimiento del proceso económico, las propias contradicciones en el seno de la reacción y principalmente el desarrollo de la lucha de clases, la movilización, politización y organización de las masas, campesinas y obreras en especial y lo que es fundamental, la fundación del Partido Comunista por Mariátegui, en un ambiente de crisis general, agravada profundamente por la crisis mundial del 29, llevó a la segunda reestructuración estatal de este siglo. Esta, también como la primera, derivada directamente de un movimiento llamado “revolucionario”, se plasmó en la constitución del 33 la que, con variaciones que no cambian su esencia, se enmarca dentro de las mismas condiciones del camino burocrático.

Desde los años 50 este camino entra en la profundización del capitalismo burocrático con una creciente participación del Estado en toda la vida nacional, especialmente en el campo económico. La década del 60 es crucial para este segundo momento, en él su proceso económico mostró más sus trabas y limitaciones engendrando incluso peligrosas perspectivas para su sistema y, además, entró en crisis la llamada “democracia representativa”. Resaltemos de paso que, similares condiciones se dieron en toda América Latina. Así, en octubre del 68 las Fuerzas Armadas asumieron el Poder para cumplir dos tareas: Profundizar el capitalismo burocrático y reestructurar la sociedad peruana labor que vienen cumpliendo en casi 10 años. El nuevo gobierno, presentándose como “revolucionario” y con la cooperación principal del revisionismo social corporativista de “Unidad”, inició una altisonante campaña cuestionadora del “orden prerrevolucionario” y especialmente del sistema “demorrepresentativo”. Las Fuerzas Armadas guiándose por una concepción política fascista, luego de inmediatos reajustes económicos y políticos, se abocó a sentar bases para la corporitivización y profundización del capitalismo burocrático tomando al Estado como impulsor de la economía a través del monopolismo estatal; posteriormente, su propio proceso y la crisis mundial que agravó la situación llevarán al gobierno el reajuste general corporativo, en los planos económico, político e ideológico, adoptando medidas de reactivamiento y otras tendientes a la corporativización. El derrotero que ha seguido, se desarrolla hoy como etapa de reestructuración del Estado corporativo a cumplirse en varios años.

El camino burocrático es, pues, un proceso de más de ochenta años y si ayer su jefatura estuvo en manos de la burguesía compradora, desde los años 60 es la burguesía burocrática en desarrollo la que comanda el proceso a través de las Fuerzas Armadas. Y si en las décadas pasadas en dos ocasiones se reestructuró el Estado fundamentalmente sobre moldes de la llamada “democracia representativa”, en la actualidad se lleva adelante la tercera reestructuración del Estado terrateniente-burocrático sobre bases corporativas.

Frente al camino burocrático se desarrolla el camino democrático, el camino del pueblo. Este es el camino de los explotados y oprimidos; es el camino de las masas populares por destruir la explotación del feudalismo y del capitalismo burocrático y la explotación y opresión del imperialismo yanqui que nos domina conjurando cualquier otro afán de dominio imperialista, especialmente del socialimperialismo que hoy contiende por la hegemonía mundial. Es el camino del levantamiento de las masas, principalmente campesinas para derrocar el orden existente, para tomar el Poder por la violencia. Es el camino que el proletariado, a través de su Partido, guía como clase dirigente y que el campesinado desenvuelve combatiendo como fuerza principal; es el camino que la pequeña burguesía apoya activamente y en el que la burguesía nacional puede participar, en determinadas circunstancias y condiciones.

El camino del pueblo, en la historia contemporanea peruana, tiene su inicio también a fines del siglo XIX y su derrotero está marcado por el desarrollo político del proletariado. Mariátegui, fundador del Partido Comunista, nos enseñó que la formación del proletariado industrial en nuestro país “cambia los términos de la lucha política” esta es una verdad insoslayable para todos los revolucionarios. En el fragor de los años veintes sobre la lucha de nuestro pueblo, especialmente de los levantamientos campesinos y a través de la heroica lucha del proletariado, bajo las banderas del marxismo-leninismo, José Carlos Mariátegui, el 7 de octubre de 1928, fundó el Partido Comunista, “la vanguardia del proletariado, la fuerza política que asume la tarea de su orientación y dirección, en la lucha por la realización de sus ideales de clase”, como está escrito en el punto 9 de nuestro Programa. Así, la vieja revolución burguesa que la burguesía pudo conducir, aunque en los hechos fue incapaz de hacerlo, devino en revolución burguesa de nuevo tipo, en revolución de Nueva Democracia, en revolución antiimperialista y antifeudal que sólo el proletariado, mediante su Partido, es capaz de conducir siguiendo el camino de cercar las ciudades desde el campo y librando una prolongada guerra popular. Este es el camino que el Presidente Mao Tsetung estableció para los países como el nuestro y el camino que nuestro fundador nos señala.

En su segundo momento, paralelo al del burocrático, el camino democrático tiene un gran desarrollo en la década del 60: El proletariado libra grandes luchas y el campesinado reeditando sus viejas acciones remece los cimientos de la sociedad peruana, mientras estudiantes, trabajadores, intelectuales y masas populares, especialmente masas obres de barrios y barriadas, acrecientan su combatividad; en síntesis, un ran ascenso de la lucha de las masas populares. También en esta década el país fue escenario de luchas guerrilleras de cuyas derrotas debemos extraer lecciones que sirvan al futuro. La lucha de clases atizó la defensa del marxismo-leninismo contra el revisionismo y a la luz de la lucha internacional entre marxismo y revisionismo y bajo la guía del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, los comunistas combatimos por Retomar el Camino de Mariátegui y Reconstituir su Partido; por volver a Mariátegui, a su camino, a su línea política general, a su línea de construcción, en su línea de masas; en concreto, a retomar su camino para proseguirlo y desarrollarlo y sobre este basamento reconstituir su Partido.

El camino democrático, el camino del pueblo, en su tránsito contemporáneo de más de ochenta años tiene también dos momentos, el primero cuyo eje es la década del 20 y en el cual Mariátegui fundó el Partido Comunista haciendo del proletariado la clase política dirigente, consciente y organizada del campo revolucionario; en ese tiempo al proletariado peruano le correspondió constituirse como Partido bajo el marximo-leninismo. El segundo momento, en el cual estamos viviendo, tiene una tarea clave: Retomar a Mariátegui y Reconstituir su Partido que se desenvuelve bajo las banderas del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, y en la profundización del capitalismo burocrático y la corporativización que propugnan los explotadores; profundización en la que maduran las condiciones par ala revolución democrática y, como lo mostraron las guerrillas de los años sesenta, se gestan las condiciones que llevan a decidir la revolución a través de la lucha armada.

Prestar atención al problema de los dos caminos es de suma importancia. Debemos estudiar este problema pues implica conocer el proceso, la situación y la perspectiva de los campos de la revolución y de la contrarrevolución, es parte de comprender nuestra historia según la lucha de clases; así nuestro rumbo es más claro y hay menos riesgo de desorientación. En síntesis el camino burocrático hoy ha entrado en la estructuración de su Estado corporativo bajo el mando de la llamada “democracia social de participación plena”; y buscará, mediante la aplicación de su “gradualismo” en lo económico y en lo político y sirve precisamente a cumplir sus planes, atar al pueblo a este camino y centrar su atención a las actividades electorales que programa, estructuración y actividades que querrá utilizar también para conjurar la crisis y reactivar la economía.

Para el camino democrático el problema es cambiar el orden social existente, tomando el Poder mediante el camino de cercar las ciudades desde el campo, para crear una República Popular, pues mientras tal cosa no logre sus situación en esencia seguirá igual. Para el pueblo la cuestión es convertir su tendencia al desarrollo en acción organizada de sus propias fuerzas, construir y desarrollar sus instrumentos revolucionarios y no dejarse atar al carro de la estructuración del Estado corporativo. Para el pueblo el problema es desarrollar la creciente protesta popular y organizar las luchas por beneficios de conquistas, derechos y libertades; por sus reivindicaciones, particularmente económicas, sin olvidar su rumbo y no dejarse centrar en actividades electoreras contrarias a sus profundos intereses. No olvidar que, como dijera Engels, las elecciones son “instrumentos de dominación de la burguesía”; y recordar a Mariátegui quien enseñó usar “las elecciones con meros fines de agitación y propaganda clasista”. En síntesis para el pueblo, para la clase obrera y para el Partido el problema es: Reconstituir el Partido desde el campo y poner como base el trabajo campesino para seguir el camino de cercar las ciudades desde el campo.

II. MOVILIZAR, POLITIZAR Y ORGANIZAR A LAS MASAS, PRINCIPALMENTE AL CAMPESINADO

¿Qué derrotero han seguido las masas populares bajo el régimen actual? Surgió primero un repliegue frente a la ofensiva del golpe militar del 68; se pasó a un reactivamiento de la lucha popular el año 71; y del reactivamiento al desarrollo de la lucha democrática por la unificación de las masas que alcanza gran expresión en la segunda mitad del 73; posteriormente, el año 75, las masas populares tienden al desarrollo como su tendencia principal, lo que implica avance en lo ideológico, lo político y lo organizativo. A lo largo de casi nueve años las masas con zigzagues, como es natural, han desarrollado intensa lucha: Un amplio movimiento huelgístico, especialmente en esta década, siendo el año 75 el punto culminante hasta hoy, muestran la creciente combatividad del proletariado; el campesinado a su vez ha continuado pugnando por la tierra y ha combatido la ley agraria, las luchas de Andahuaylas son prueba fehaciente sino la única, pues en las diversas regiones de nuestra patria sigue latiendo la vieja y aún insatisfecha lucha campesina; las masas populares de las diversas ciudades del país han librado también ejemplares acciones y se puede afirmar que no hay ciudad importante que no haya sido escenario de la protesta popular.

Lo anterior muestra la tendencia al desarrollo que anida como corriente principal en las masas populares, especialmente en obreros y campesinos que son las fuerzas básicas: y todo esto lleva más profundamente a una agudización de la lucha de clases que tiende a convertirse en futuro ascenso de la lucha del pueblo. Pero el ascenso en nuestro país, en esencia, es desarrollo y ascenso del movimiento campesino y sin él no puede hablarse de un fuerte y verdadero ascenso de la lucha popular. He aquí, también, la importancia del campesinado que no es sino reflejo de su condición de fuerza principal; este problema es fundamental y es, a todas luces, punto débil del trabajo revolucionario del país.

Contra el desarrollo del movimiento de masas, el régimen lanzó su ofensiva política fascista y corporativizadora pretendiendo organizar a las masas populares en sus llamadas “organizaciones de base” para unirlas a su programa contrarrevolucionario; sin embargo, sus planes no cumplieron plenamente sus objetivos. Una muestra la vemos en el frente sindical: En él, el gobierno comenzó negando la necesidad de los sindicatos, sostuvo luego el “pluralismo sindical” pasando, después, a organizar sus propios sindicatos corporativos, la propagandizada CTRP; posteriormente, impulsó su “movimiento laboral revolucionario” (MLR) apuntando a asaltar los sindicatos y usurpar sus direcciones. Evolución de su política sindical paralela al constante “diálogo” y relaciones de coordinación y colaboración que mantuvo con las “centrales reconocidas”: CGTP, CNT y CTP, las que con discrepancias menores le han apoyado, principalmente la CGTP; y también paralela a su constante y sistemático uso de la violencia represiva que aplicó desde los inicios de su gestión y que, a partir del 76, se convirtió en un año de suspensión de garantías, Estado de emergencia y ofensiva antisindical y antipopular.

El régimen y su programa tendiente a controlar a las masas y organizarlas fueron apoyadas, a más de las centrales referidas, por los partidos políticos reaccionarios: así por el Apra principalmente entre los partidos defensores de la llamada “democracia representativa” siendo este el punto de divergencia entre estos partidos y el gobierno, quien a su vez están unidos, gobierno y partidos, por su sometimiento al imperialismo norteamericano. Y por el partido revisionista de “Unidad”, principalmente entre los partidos adictos de la corporativización; dentro de estos, la concordancia entre el gobierno y “Unidad” es la corporativización y su divergencia está en que el revisionismo es punta de lanza del socialimperialismo.

Así a lo largo de estos años, el gobierno ha contado, directa o indirectamente y a través de divergencias secundarias, con el apoyo del Apra y del revisionismo, fundamentalmente, entre los partidos de “democracia representativa” y de los corporativizadores, pero es el partido revisionista de “Unidad” el que hasta hoy se desempeña como el aliado y apoyo principal del régimen y en la actualidad, incluso, es precisamente, el que llama a cerrar filas en torno a las llamadas “conquistas de la revolución” y pugna por las más pura estructuración del Estado corporativo, que el gobierno y el revisionismo denominan “democracia social de participación plena”. La Democracia Cristiana está ligada al gobierno, además de su posición corporativista, por sus vínculos al imperialismo yanqui y por su concepción social cristiana; no obstante, dada su poca influencia, no ha desempeñado igual papel que el revisionismo.

Sin embargo, pese a todo eso, incluso a las confusiones que el revolucionarismo siembra en las filas del pueblo y no obstante de los lastres históricos que entraba una lucha popular y a sus debilidades presentes, las masas populares no han sido atadas al carro corporativista; esto muestra el grado de desarrollo de las masas, especialmente básicas, y que la propagandización política nunca es en vano por más que medie largo tiempo entre la siembra y la cosecha como nos enseña Lenin.

Desde 1975 el pueblo viene soportando una crisis producto de la aplicación del programa de profundización del capitalismo burocrático y de la corporativización de la sociedad peruana, acentuada por la crisis mundial. Esta crisis, que proseguirá el 78 y cuyas consecuencias amenazan extenderse hasta el 80, golpea a las masas con bajas salariales expresadas en fuertes pérdidas de la capacidad de compra de salarios y sueldos; en creciente desocupación que recae principalmente sobre jóvenes y mujeres y se amplia en el campo como subempleo; en alzas galopantes del costo de vida y en la carencia de productos básicos par ala alimentación popular; y, en toda una ofensiva sistemática antisindical, antipopular y antidemocrática concretada por más de un año, recientemente, en la suspensión de garantías, Estado de emergencia y negación de elementales derechos de reivindicación salarial, de organización sindical y de derecho de huelga a más de prisiones y represiones.

Esta crisis es una más de las usuales crisis que padecemos y a las que el sistema social condena al pueblo; y, plante a las masas una interrogante ¿cómo salir de la crisis? El marxismo enseña que la crisis es un círculo vicioso que se repite cada cierto número de años, pues su propia raíz está en el propio orden social; que los obreros a través de una lucha sindical bien conducida pueden obtener éxitos reivindicativos como aumento de salarios, reducción de jornada y condiciones de trabajo; que llegada la crisis lo conquistado se pierde y que, superada, los trabajadores vuelven a seguir el mismo camino de lucha reivindicativa para recuperar lo perdido y obtener nuevas conquistas, la que volverán a perderse en otra crisis y así sucesivamente. Éste es el círculo viciosos del cual hablar a Engels, la reiterada repetición cíclica que seguirá mientras exista el orden de explotación dominante y que plantea al proletariado y al pueblo combatir por romperlo. La crisis nos plantea dos problemas: primero, como defender o conquistado, y a que, si bien en la crisis las conquistas se pierden más se perderán cuanto menos se las defienda; esta es la cuestión de la necesidad de la lucha reivindicativa que debemos librar siempre sujetándose al principio de “razón, ventaja y límite”. Lucha reivindicativa que no sólo implica defensa de beneficios y conquistas y de derechos y libertades; lucha económica en cuanto demanda para un grupo o una parte de la clase y lucha política en cuanto reivindicación general; sino que, además, la lucha reivindicativa va forjando a la clase y a los trabajadores para su lucha por el Poder. Segundo ¿cómo acabar con la crisis?; siendo las crisis producto cíclico del orden social de explotación no se podrá acabar con ellas sino se acaba con el orden social predominante; ésta es la cuestión, en síntesis, de la lucha por el Poder, es el problema de desarrollar el camino de cercar las ciudades desde el campo para con la guerra popular llevar adelante la revolución de nueva democracia; es, pues, la necesidad de la lucha revolucionaria que sirve a la toma del Poder por la clase obrera, bajo la dirección de su Partido. Estas dos cuestiones, la lucha reivindicativa y la lucha por el Poder, que se agravan y patentizan en las crisis, no se pueden separar una de la otra, el problema es que las masas libren ambas, que las masas populares desarrollen la lucha reivindictavia teniendo como rumbo el Poder. La relación de ambos problemas se concreta en desarrollar la lucha reivindicativa en función del Poder; de ahí que: centrar principalmente en la lucha reivindicativa es revisionismo.

En la actualidad, más que nunca debemos adherir al gran principio de que las masas hacen la historia y a que “el proletariado no dispone, en su lucha por el Poder, de más arma que la organización”; y, guiarnos por la gran orientación siguiente: “sólo cuando estén organizados y movilizados los obreros y campesinos, que constituyen el 90 por ciento de la población, será posible derrocar al imperialismo y al feudalismo.” Fundamentales planteamientos del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung que debemos tener presentes; y hoy, cuando la lucha contra el revisionismo, peligro principal de la lucha revolucionaria nacional e internacional, se torna más necesaria, aplicar con firmeza la táctica marxista de distinguir el “Partido obrero burgués, el de la minoría privilegiada, de la ‘masa inferior’, la verdadera mayoría, … que no está contaminada de ‘respetabilidad burguesa’”, que el gran Lenin estableciera y persistir en su orientación de que “si queremos seguir siendo socialistas, (esto es comunistas), nuestro deber es ir más abajo y a lo hondo, a las verdaderas masas: en ello está el sentido de la lucha contra el oportunismo y todo el contenido de esta lucha”; y ceñirnos a la línea que él mismo condensara así: “La única línea marxista en el movimiento obrero mundial consiste en explicar a las masas que la escisión con el oportunismo es inevitable e imprescindible, en educarlas para la revolución en una lucha despiadada contra él, en aprovechar la experiencia de la guerra para desenmascarar todas las infamias de la política obrera liberal-nacionalista, y no para encubrirlas”.

Plantearse en el perú el problema de las masas populares es centrar la atención en el campesinado que es la fuerza principal de la revolución. Mariátegui, fundador del Partido Comunista, centró este problema; en síntesis, la revolución democrático-nacional tiene por fundamento la cuestión de la tierra y el problema de la tierra en el Perú es el de la supervivencia de la feudalidad, “del régimen económico feudal, cuyas expresiones son el gamonalismo, el latifundismo y la servidumbre”, resaltando que “el régimen de propiedad de la tierra determina el régimen político, y administrativo de toda nación.” Por ello Mariátegui con gran visión estableció que el primer problema que debemos resolver es “el de la liquidación de la feudalidad.” Por otro lado, magistralmente precisó la relación entre el problema indígena y el de la nacionalidad señalando: “El Perú es todavía una nacionalidad en formación. Lo están construyendo sobre los inertes estratos indígenas, los aluviones de las civilización occidental”; agregando que el “problema de los indios… es el problema de la mayoría. Es el problema de la nacionalidad.” Y profundizando el problema indígena sentó: “La cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la tierra” y “el dominio de la tierra coloca en manos de los ‘gamonales’ la suerte de la raza indígena”. Así, nuestro fundador estableció la indesligable relación entre el problema de la tierra y el problema nacional; De esta manera la lucha por la tierra es la base de la lucha nacional y está no puede desarrollarse revolucionariamente sin aquella.

Además, en Mariátegui certeramente el gamonalismo, una de las expresiones de la feudalidad, indesligablemente unido al problema de la tierra y al problema nacional, adquiere decisiva importancia por su relación con el problema estatal y de la revolución. En “Presentación a tempestad en los andes” escribió:

“El término gamonalismo no designa sólo una categoría social y económica: La de los latifundistas o grandes propietarios agrarios. Designa todo un fenómeno. El gamonalismo no está representado por los gamonales propiamente dicho. Comprende una larga jerarquía de funcionarios, intermediarios agentes, parásitos. El indio alfabeto se transforma en un explotador de su propia raza, porque se pone al servicio del gamonalismo. El factor central del fenómeno es la hegemonía de la gran propiedad semifeudal en la política y el mecanismo del Estado. Por consiguiente, es sobre este factor, sobre él que se debe actuar si se quiere atacar en su raíz un mal del cual algunos se empeñan en no contemplar sino las expresiones episódicas y subsidiarias.”

“Esa liquidación del gamonalismo o de la feudalidad, podía haber sido realizado por la República, dentro de los principios liberales y capitalistas … saboteados por la misma clase encargada de aplicarlos, durante más de un siglo han sido impotentes para redimir al indio de su servidumbre que constituye un hecho solidario con el de la feudalidad. No es el caso esperar que hoy, que estos principios están en crisis en el mundo, adquieren repentinamente en el perú una insólita vitalidad creadora” (El subrayado es nuestro).

El mismo fundador tratando estos problemas en relación con toda América decía: “El Estado actual, en estos países, reposa en la alianza de la clase feudal terrateniente y la burguesía mercantil. Abatida la feudalidad latifundista, el capitalismo urbano carecerá de fuerzas para resistir a la creciente clase obrera.” Y analizando las derivaciones del capitalismo en relación al campesinado concluyó: “El capitalismo, con sus instrumentos mismos de explotación, empuja a las masas por la vía de sus reivindicaciones, las conmina a una lucha en que se capacitan material y mentalmente para presidir un orden nuevo.”

Todos estos planteamientos son de gran trascendencia para nuestro Partido y nuestro pueblo, hoy más que nunca cuando la aplicación de tres leyes agrarias desde la década del 60 impulsan el camino terrateniente de evolución de la feudalidad, dentro de la profundización del capitalismo burocrático y de la corporativización, comprueban día a día su validez e importancia y la necesidad de aplicarlos con decisión y firmeza desarrollándolos en medio de la lucha de clases del campesinado por la tierra, que es la base misma d ella revolución democrática. De ahí la exigencia cada vez más perentoria de poner al trabajo campesino como base de toda la actividad revolucionaria de nuestro país. Esta es la base de la lucha por el Poder en un país como el nuestro, por cuanto el campesinado, reiteramos, es la fuerza principal en la transformación de la sociedad peruana y, en consecuencia, la fuente que aportará principalmente el camino de cercar las ciudades desde el campo. Combatamos los erróneos criterios de esencia revisionista sostenedores que el proletariado es la fuerza principal y de que en él deben centrarse las actividades revolucionarias; en nuestro país, como lo demuestra la revolución China, el proletariado no es la fuerza principal peor si la clase dirigente y precisamente su rumbo consiste en levantar al campesinado y guiarlo, a través de su Partido, en al revolución democrática mediante la guerra popular.

En conclusión, nuestro problema es movilizar, politizar y organizar a las masas, principalmente al campesinado teniendo en cuenta que la forma principal de lucha es la lucha armada y que debemos desarrollar la lucha reivindicativa en función del Poder. Sólo así serviremos al proletariado, al pueblo y a la revolución; sólo así, en último término, serviremos al internacionalismo proletario; sólo así en síntesis, nos forjaremos como comunistas y abriremos brecha para cumplir el el programa del Partido hasta la sociedad comunista. Adhiramos con firmeza a los principios del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, desarrollemos en la lucha de clases la línea política general que Mariátegui estableciera y tengamos confianza infinita en las masas, pues como dice el Programa del Partido que nuestro propio fundador redactara: “Las masas trabajadoras de la ciudad, el campo y las minas y el campesinado indígena, cuyos intereses y aspiraciones representamos en la lucha política, sabrán apropiarse de estas reivindicaciones, y de esta doctrina, combatir perseverante y esforzadamente por ellas y encontrar, a través de esta lucha, la vía que conduce a la victoria final del socialismo.”

III. CONSTRUCCIÓN Y LUCHA EN EL PARTIDO. COMBATIR EL REVISIONISMO COMO PELIGRO PRINCIPAL.

El desarrollo del trabajo partidario y de la lucha de dos líneas nos llevaron, en los últimos años, a la siguiente conclusión: Desarrollar la construcción tomando como base la construcción ideológico-política y desenvolver simultáneamente la construcción organizativa, en medio de la lucha de clases de las masas y en la lucha de dos líneas, esto es de la línea proletaria de Mariátegui y su desarrollo en contra del oportunismo de derecha y de izquierda. Y más recientemente, hemos avanzado en la comprensión de la indesligable y vínculo entre construcción y lucha. Este proceso está particularmente ligado a la lucha contra el liquidacionismo de derecha y de izquierda; es luchando contra el liquidacionismo como hemos comprendido estos importantes problemas.

Estas experiencias que el partido ha vivido en los últimos años se ajustan de las del proletariado internacional; así, en la experiencia China tener en cuenta la siguiente certera condensación: “Persistir o no en la lucha interna del partido es una diferencia de principios entre la línea del Presidente Mao y la línea revisionista en la construcción del Partido.”

ETAPAS Y LUCHAS IMPORTANTES EN LA HISTORIA DEL PARTIDO

En líneas generales y desde el punto de vista de la construcción del Partido en especial, podríamos dividir nuestra historia en las siguientes etapas: primera, del establecimiento del Camino de Mariátegui y de la constitución del Partido; segundo de la búsqueda del Camino de Mariátegui y de la Defensa del Partido; tercero, de la lucha por Retomar el Camino de Mariátegui y de la Reconstitución del Partido. Si quisiéramos concretar más, para resaltar los problemas de la construcción del Partido, las tres etapas las precisaríamos así: Constitución, Defensa y Reconstitución.

La constitución del Partido Comunista, en octubre del 28, obra cumbre de José Carlos Mariátegui fue una larga y gran lucha que remata más de tres décadas de combate del proletariado peruano. La Constitución implicó luchar contra el anarco-sindicalismo y contra las maquinaciones del aprismo naciente, y fue el triunfo de la necesidad del Partido del proletariado en nuestro país.

Desde la constitución o fundación del Partido podemos resaltar cinco luchas importantes:

1- Contra el abandono del Camino de Mariátegui y el liquidacionismo de izquierda de Ravínez y compañía;
2- contra el capitulacionismo y liquidacionismo de derecha de Terreros – Portocarrero y de Acosta – Del Prado – Barrio, bajo influencia del browderismo;
3- Contra el revisionismo de Del Prado y compañía bajo el bastón de mando del revisionismo contemporáneo de Jrushov – Breshnev;
4- Por la construcción de los tres instrumentos de la revolución y contra el derechismo disfrazado de “izquierda” y,
5- Contra el liquidacionismo tanto de derecha como de “izquierda”.

Estas son importantes luchas en los casi 50 años de historia del Partido, debemos prestarles gran atención para extraer de ellas experiencias y lecciones que sirvan al desarrollo de la construcción en que estamos empeñados. El estudio y la investigación de la historia del Partido, si bien han avanzado, deben ser reforzados, es vital para comprender la lucha de dos líneas, el proceso de construcción de los tres instrumentos en el país y para adherir más a la línea de Mariátegui y su desarrollo.

RECONSTITUCIÓN Y LUCHA

El proceso de Reconstitución del Partido es consecuencia de Retomar el Camino de Mariátegui; se inició a comienzos de la década del 60 y si bien se levanta sobre la lucha de clases de nuestra patria, especialmente del proletariado y del campesinado, está íntimamente ligada en su desarrollo al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. En más de 15 años la Reconstitución ha pasado por los siguientes momentos: De su determinación, que remata en la VI Conferencia con el establecimiento de las Bases de Unidad Partidaria (marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, pensamiento de Mariátegui y línea política general) y el acuerdo sobre la necesidad de la Reconstitución del Partido, en 1969; de su aplicación, cuya clave es el III Pleno que sancionó las Bases de la Reconstitución en lo ideológico-político, en lo organizativo y en el trabajo de masas, en 1973; el de su impulso, que se desarrolla desde 1975. Así , la Reconstitución del Partido ha entrado en la actualidad en el momento de su culminación que debe rematar en el V Congreso. La tarea hoy es, pues, culminar la Reconstitución.

La Reconstitución ha permitido comprender con mayor claridad y certeza la relación indisoluble entre la construcción del Partido y línea política general; que la construcción del Partido está en función de la línea política general cuya médula es seguir el camino de cercar las ciudades desde el campo, es esta etapa de la revolución democrática en la que nos encontramos, y que apartarse d ella línea política socava la construcción y lleva a negar el carácter del Partido y su papel como vanguardia organizada del proletariado imposibilitándolo para lucha por el Poder, problema central de la revolución. Todo lo que está probado por nuestra propia historia partidaria.

El desarrollo de la Reconstitución se ha dado, como tenía que ser, en lucha contra líneas contrarias: Contra el revisionismo, el derechismo disfrazado de “izquierda” y el liquidacionismo; la lucha contra el liquidacionismo de derecha e izquierda librada paralelamente a la aplicación de la reconstitución remató exitosamente al acordar “liquidar el liquidacionismo para avanzar y desarrollar lucha de dos líneas contra el revisionismo como peligro principal” y al concretar la línea política para su aplicación inmediata en la orientación de “Reconstituir el Partido desde el campo y poner como base el trabajo campesino para seguir el camino de cercar las ciudades desde el campo.”

COMBATIR EL REVISIONISMO COMO PELIGRO PRINCIPAL

El desarrollo de la lucha de dos líneas en el Partido plantea en la actualidad combatir al revisionismo como peligro principal; el resumen de las luchas libradas en los últimos años y de los problemas que enfrentamos hoy nos exigen combatir al revisionismo teniendo en cuenta los puntos siguientes:

1. Oposición al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung y al pensamiento de Mariátegui. Negación del desarrollo de la línea de Mariátegui.
2. Oposición al camino de cercar las ciudades desde el campo. Esperanzas en el Estado reaccionario y en el régimen y cuestionamiento de orientar el trabajo en función de la lucha por el Poder.
3. oposición a Reconstituir el Partido desde el campo y a construirlo en lucha contra el revisionismo como peligro principal.
Cuestionamiento del camino de construcción del partido en un país atrasado como el nuestro.
4. Separar la construcción ideológico-política de la organizativa y pretender desarrollar la construcción al margen de la lucha de clases y de la lucha de dos líneas.
5. Aplicación unilateral del trabajo abierto y del trabajo secreto que niega su interrelación. Cuestionamiento del sistema, estructura y trabajo partidario.
6. Negación del papel de las direcciones y de los jefes y oposición a la disciplina proletaria.
7. Negar al campesinado su condición de fuerza principal y estar en contra de poner el trabajo campesino como base de toda la construcción.
8. Cuestionar la dirección efectiva del proletariado en la revolución al seguir el criterio de concebirlo como fuerza principal.
9. Negar la necesidad de “ir más abajo y más a lo hondo, a las verdaderas masas” a fin de educarlas para la revolución y en que la escición con el revisionismo es inevitable e imprescindible.
Negarse a desarrollar la lucha reivindicativa en función del Poder.
10. Aceptar en la teoría la alianza obrera-campesina como base del frente único pero cuestionarla en la práctica y negar la necesidad de construir el frente único desde el campo.
11. Negación de la guerra popular. Oposición a principios y línea militar del Presidente Mao Tsetung y elevación de criterios insurreccionales y de guerrilla urbana. Negación de la ley universal de la violencia revolucionaria.
12. Cuestionamiento de la necesidad de combatir al revisionismo como peligro principal. Negación del internacionalismo proletario, particularmente en cuanto defensa del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung y obligación de combatir al revisionismo.
Conciliación con el revisionismo.
13. Exaltación del revolucionarismo y prédica del unitarismo sin deslinde.
14. Oposición a la “filosofía de la lucha.” Liberalismo, conciliacionismo y grupismo. “Lucha sucia.”
15. Cuestionamiento de la concepción del proletariado para sustituirla por la concepción burguesa.

La lucha contra el revisionismo como peligro principal que se desenvuelve en la actualidad es de gran importancia y perspectiva, y su generalización y diferenciación que tengan en cuenta todos los frentes de nuestra actividad y la diversidad de situaciones concretas, así como conducirla correctamente y con firmeza y sagacidad es cuestión decisiva para el desarrollo de la construcción.

IV. CONSTRUIR EN FUNCION DE LA LUCHA ARMADA

La construcción es arma fundamental del proletariado en su lucha por el Poder, es a través de ella que la línea política cobra realidad y puede mover a las masas bajo dirección del Partido. La construcción entre nosotros, desde la constitución del Partido implica tres instrumentos: Partido, frente único y lucha armada; y la construcción del Partido nos plantea, hoy como ayer, su necesidad, cómo construirlo en una sociedad semifeudal y semicolonial y cómo desarrollarlo a través de la lucha. En este problema, como en todos, debemos aternernos al marxismo, a nuestra experiencia y a las actuales condiciones concretas de la lucha de clases. Es importante estudiar y aplicar lo establecido por Lenin en “Un paso adelante, dos pasos atrás”, vital para la comprensión de la línea oportunista en este campo, apuntando a resolver nuestros problemas específicos. Ahí Lenin sentó la importancia de la organización, la construcción simultánea de los ideológico-político, que es su base, y de lo organizativo, y el desarrollo en medio de la lucha de clases por el Poder y en la lucha de dos líneas contra el oportunismo. Dice:

“El proletariado no dispone, en su lucha por el Poder, de más arma que la organización. El proletariado, desunido por el imperio de la anárquica competencia dentro del mundo burgués, aplastado por los trabajos forzados al servicio del capital, lanzado constantemente ‘al abismo’ de la miseria más completa, del embrutecimiento y de la degeneración, sólo puede hacerse y se hará inevitablemente una fuerza invencible siempre y cuando que su unión ideológica por medio de los principios del marxismo se afiance mediante la unidad material de la organización, que cohesiona a los millones de trabajadores en el ejército de la clase obrera. Ante este ejército no se sostendrán ni el poder decrépito de la autocracia rusa ni el poder caducante del capitalismo internacional. Este ejército estrechará sus filas cada día más, a pesar de todos los zigzagues y pasos atrás, a pesar de las frases oportunistas de los girondinos de la socialdemocracia contemporánea, a pesar de los fatuos elogios del atrasado espíritu de círculo, a pesar de los oropeles y el alboroto del anarquismo propio de intelectuales.”

En el mismo texto se nos plantea como surge la necesidad de la estructura, sistema y trabajo partidario único y centralizado: “La unidad en cuestión de programa y en cuestión de táctica es una cuestión indispensable, pero aún insuficiente para la unificación del Partido, para la centralización del trabajo del Partido … Para esto último es necesaria, además, la unidad de organización, inconcebible en un Partido que se salga, por poco que sea de los límites familiares de círculo, sin Estatutos aprobados, sin subordinación de la minoría a la mayoría, sin subordinación de la parte al todo. Mientras carecíamos de unidad en las cuestiones fundamentales de Programa y de táctica, decíamos sin rodeos que vivíamos en una época de dispersión y de círculos, declarábamos francamente que antes de unificarnos teníamos que deslindar campos; ni hablábamos siquiera de formas de organización conjunta, sino que tratábamos exclusivamente de las nuevas cuestiones (entonces realmente nuevas) de la lucha contra el oportunismo en materia de Programa y de táctica. Ahora, esta lucha, según reconocemos todos, ha asegurado ya suficiente unidad, formulada por el Programa del Partido y en las resoluciones del Partido sobre la táctica; ahora tenemos que dar el paso siguiente y de común acuerdo, lo hemos dado: hemos elaborado las formas de una organización única en la que se funden todos los círculos.”

En este mismo libro, Lenin caracteriza la línea oportunista en problemas de organización: “su defensa de una organización de Partido difusa y no fuertemente cimentada; su hostilidad a la idea (a la idea ‘burocrática’) de estructurar el Partido de arriba abajo, a base del Congreso del Partido y de los organismos por el creados; su tendencia de ir abajo arriba, permitiendo que se consideren miembros del Partido cualquier profesor, cualquier estudiante de bachillerato y ‘todo huelgista’; su hostilidad al ‘formalismo’ que exige a un miembro del Partido la pertenencia a una de las organizaciones reconocidas por éste; su propensión a la sicología de intelectual burgués, dispuesto tan sólo a ‘reconocer platónicamente las relaciones de organización’; la facilidad con que se entregan a elucubraciones oportunistas y a frases anárquicas; su tendencia al autonomismo en contra del centralismo.”

Todo lo anterior son cuestiones básicas que debemos asimilar profundamente y aplicarlas teniendo en cuenta la experiencia de 50 años del partido, actuando siempre con firmeza y con iniciativa.

LOS TRES PROBLEMAS DEL PARTIDO Y SU INTERRELACION

Debemos partir de que en la construcción nuestro problema básico y fundamental es cómo construir el Partido, como vanguardia organizada del proletariado y su forma superior de organización, que sirva a tomar el Poder dirigiendo en los hechos la revolución democrática en una sociedad semifeudal y semicolonial. Este problema resuelto, en sus leyes generales y vigente, por el Presidente Mao Tsetung, en “Con motivo de la aparición de la revista ‘El Comunista’ ”, es necesario recordar siempre.

En el trabajo referido, se estableció que la construcción del Partido, en esas condiciones, se desarrolla ligada al frente único y la lucha armada, señalando los tres problemas y su interrelación en los siguientes términos:

“Por consiguiente, el frente único, la lucha armada y la construcción del Partido constituyen las tres cuestiones fundamentales que enfrenta nuestro Partido en la revolución china. Comprender correctamente estas tres cuestiones y su interconexión equivale a dirigir de manera acertada toda la revolución china.”

He aquí la cuestión sustantiva de la necesidad de construir y desarrollar el Partido a través de la lucha armada y el frente único; he aquí la cuestión de sujetarnos a que la lucha armada es la forma principal de lucha y que el ejército popular es la forma principal de organización; he aquí el problema de que el Partido es el “heroico combatiente” que maneja el frente único y la lucha armada. Todo esto es sujetar la construcción del Partido a la ley del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung de la violencia revolucionaria para tomar el Poder; lo que el Presidente Mao magistralmente sintetizó en la necesidad del ejército revolucionario para cambiar el mundo:

“Quien tiene ejército tiene poder, y la guerra lo decide todo.”
“El que tenga más fusiles tiene mayor poder.”
“Todos los comunistas tienen que comprender esta verdad: ‘El Poder nace del fusil’ .”
“Quienquiera que desee tomar el Poder estatal y retenerlo, tiene que contar con un poderoso ejército.”
“La experiencia de la lucha de clases en la época del imperialismo nos enseña que sólo mediante la fuerza del fusil, la clase obrera y las demás masas trabajadoras pueden derrotar a la burguesía y a la clase terrateniente armadas; en este sentido cabe afirmar que sólo con el fusil se puede transformar el mundo entero. Somos partidarios de la eliminación d ella guerra; no deseamos la guerra.
Pero sólo mediante la guerra se puede eliminar la guerra. Para acabar con los fusiles hay que empuñar el fusil.”

Todo lo anterior es un conjunto macizo de verdades marxistas y parte indispensable de nuestra educación en la concepción del proletariado y único criterio que puede guiar correctamente la transformación de la sociedad peruana. A estos criterios debemos sujetarnos y plasmarlos en las masas, hoy, es más necesario dada las perspectiva política eleccionaria que se avecina.
Desde la constitución del partido están presentes los tres problemas y su interrelación. Sintetizando podemos decir, Mariátegui partió del principio de la violencia revolucionaria, enmarcó la acción dentro de la revolución democrática dirigida por el proletariado pues, la burguesía no puede dirigirla); y, concibió y plasmó el Partido ligándolo al frente único y a la necesidad de la lucha armada del campesinado. Así nuestro fundador, con precisión, estableció cómo desarrollar el Partido en la primera etapa de la revolución.

Sus tesis sobre esta cuestión deben ser seriamente estudiadas tanto como su trabajo práctico por constituir la organización partidaria; a lo que debemos agregar la experiencia de casi 50 años, prestando particular atención a las lecciones sobre el Partido, frente único y lucha armada ha dejado la década del sesenta, y principalmente resumir la experiencia de la Reconstitución del Partido y su lucha en torno al problema de la construcción.

SOBRE TRABAJO SECRETO Y TRABAJO ABIERTO

¿Qué directriz debemos seguir? La construcción del Partido se desenvuelve en un país semifeudal y semicolonial donde el proletariado debe dirigir, en los hechos, la revolución democrática aprestándose a desarrollar la lucha armada para tomar el poder a través de la guerra popular y siguiendo el camino del campo a la ciudad. En consecuencia, el Partido se desarrolla necesariamente en relación con la lucha armada y en el frente único. Esta es la directriz de la construcción del Partido en nuestro país si nos sujetamos al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung.
Aplicando esta directriz, en las condiciones actuales, es que deben resolverse las cuestiones de la estructura, del sistema y del trabajo partidario.

La primera, plantea desarrollar una estructura organizativa única que sea nacional, unificada y centralizada, en su conjunto sujeta a la dirección del Comité Central, expresión clave del centralismo; ésta es la cuestión de la estructura. La segunda, es el problema de la distribución de fuerzas, el de centrar la actividad en el campesinado para desarrollar las formas principales de lucha y organización y es el problema de seguir un camino de acumulación de fuerzas en las ciudades; esta es la cuestión del sistema partidario. La tercera, es el problema del trabajo secreto, de la actividad clandestina, del armazón que garantice el constante funcionamiento en cualquier circunstancia; es el problema del trabajo abierto; del trabajo de masas, que en el país plantea la necesidad de “voltear el triángulo”, esto es de poner el trabajo campesino como base de la lucha revolucionaria, el problema de la necesidad de tener tenaz y firmemente como rumbo del movimiento obrero la lucha por la toma del Poder dirigiendo al campesinado en la revolución bajo la dirección del Partido, es el problema de “nuestro deber de ir más abajo y a lo hondo” de forjar a las masas en la necesidad de hacer la revolución y combatir el revisionismo, de movilizar, politizar y organizar a obreros y campesinos, que son las masas básicas, de incorporar a la lucha intelectuales, mujeres y jóvenes, y es la obligación de desarrollar la lucha reivindicativa en función del Poder; es, finalmente, el problema de la necesidad del trabajo secreto y abierto y de su interrelación indispensable, sujetándose a la orientación de que el primero es el principal y dirige al segundo; todo esto es la cuestión del trabajo partidario. La estructura, el sistema y el trabajo partidario son tres cuestiones fundamentales de la línea organizativa y son de vital importancia para la construcción del Partido; pero, como en todo, la aplicación de estas cuestiones sujetándose a la línea correcta se da en lucha con líneas contrarias; en síntesis, una línea organizativa justa no puede aplicarse ni desarrollarse sino en lucha y en la actualidad su aplicación y desarrollo sólo puede darse combatiendo al revisionismo como peligro principal.

SOBRE DIRECCION

Los VI y VII Plenos del comité Central han sido importantes eventos dedicados a los problemas de la construcción, en ellos se ha sancionado “Reconstituir el partido desde el campo y poner como base el trabajo campesino para seguir el camino de cercar las ciudades desde el campo”, concretando así la línea política general; y, “Desarrollar la construcción, principalmente del Partido, en función de la lucha armada”, como orientación para desarrollar la construcción de los tres instrumentos sintetizada en la consigna de “Construir en función de la lucha armada.” Además, se ha llamado a celebrar el “50 Aniversario” de la fundación del Partido y a preparar la realización exitosa del V Congreso, que habrá de ser “CONGRESO DE RECONSTITUCIÓN” que culmine la Reconstitución del Partido sancionando el Programa y la línea política general de Mariátegui y su desarrollo y los nuevos Estatutos.

Estas disposiciones son de trascendencia e importancia y de su aplicación firme y decidida depende el desarrollo del Partido como vanguardia organizada del proletariado y el cumplimiento de su misión: la emancipación del proletariado, cumpliendo en esta primera etapa con llevar adelante la Revolución de Nueva Democracia.

V. SER MARXISTA ES ADHERIR AL MARXISMO-LENINISMO-PENSAMIENTO MAO TSETUNG

Lenin señaló que una era de guerra acompañaría al surgimiento de la sociedad socialista:
“hemos visto ya cuantas dificultades causó la guerra civil en Rusia, cómo ésta se va entrelazando a toda una serie de guerras. Los marxistas no han olvidado jamás que la violencia acompañará inevitablemente a la bancarrota del capitalismo en toda su extensión y al nacimiento de la sociedad socialista. Y esta violencia llenará todo un periodo histórico mundial, toda una era de las guerras más variadas: guerras imperialistas, guerras civiles dentro de cada país, combinaciones de unas y otras, guerras de liberación de las naciones oprimidas por el imperialismo, combinaciones diversas entre las potencias imperialistas que intervendrán inevitablemente en diversas alianzas, en esta época de enormes trust y consorcios capitalistas estatales y monopolios militares. Esta época -de gigantescas bancarrotas, de decisiones masivas tomadas bajo la presión de fuerzas militares, de crisis- ya comenzó; la podemos distinguir claramente, pero sólo es el comienzo.”

“Lo que deben hacer los socialistas es aprovechar la guerra que se hacen los bandidos para derrocarlos a todos ellos.”

“’La guerra es la política por otros medios’ (a saber: por la violencia).”

Dentro de esta perspectiva reiteró:

“La distinción entre naciones opresoras y oprimidas que constituye la escencia del imperialismo”, y sentó que: “la revolución socialista no será la única y principalmente una lucha de proletarios revolucionarios de cada país contra su burguesía; no, será una lucha de todas las colonias y de todos los países oprimidos contra el imperialismo internacional … que la guerra civil de los trabajadores contra los imperialista y los explotadores de todos los países adelantados empieza a conjugarse con la guerra nacional contra el imperialismo internacional. Eso lo confirma la marcha de la revolución, y cada vez será más confirmado.”

Así, Lenin precisaba las dos grandes fuerzas contemporáneas: El movimiento proletario internacional y el movimiento de las naciones oprimidas, fijando como obligación de la Internacional Comunista “apoyar los movimientos nacionales democrático-burgueses en las colonias y los países atrasados sólo a condición que los elementos de los futuros partidos proletarios -comunistas no sólo de nombre- se agrupen y se eduquen en todos los países atrasados para adquirir plena conciencia de la misión especial que les incumbe: luchar contra los movimientos democrático-burgueses dentro de sus respectivas naciones”; pues si la Internacional establece alianzas temporales, en estos casos, debe “mantener incondicionalmente la independencia del movimiento proletario, incluso en sus formas más rudimentarias”; y que, como comunistas sólo apoyaremos estos movimientos “en el caso de que sus representantes no nos impidan educar y organizar en un espíritu revolucionario a los campesinos y a las grandes masas de explotados.”

Asimismo, Lenin nos enseña que desde inicios de este siglo se han dado grandes cambios pues “millones y centenas de millones de personas -de hecho, la inmensa mayoría de la población del orbe- intervienen hoy como factores revolucionarios activos e independientes. Y es claro a todas luces que en las futuras batallas decisivas de la revolución mundial, el movimiento de la mayoría de la población del globo terráqueo, encaminado al principio hacia la liberación nacional, se volverá contra el capitalismo y el imperialismo y desempeñará tal vez un apel revolucionario mucha más importante de lo que esperamos … Naturalmente, en este inmenso sector hay muchos más escollos, pero, en todo caso, el movimiento avanza, y las masas trabajadoras, los campesinos de las colonias, a pesar que aún son atrasados, jugarán un papel revolucionario muy grande en las fases sucesivas de la revolución mundial.”

Y señalando la perspectiva revolucionaria dijo, en el III Congreso de la Internacional Comunista: “El imperialismo mundial debe caer cuando el empuje revolucionario de los obreros explotados y oprimidos de cada país, venciendo la resistencia de los elementos pequeño-burgueses y la influencia de la insignificante élite constituida por la aristocracia obrera se funda con el empuje revolucionario de millones de seres que hasta ahora habían permanecido al margen de la historia, para lo cual no constituían más que un sujeto paciente.” El gran Lenin dirigió la Revolución de Octubre, abriendo una nueva etapa de la humanidad, sin embargo nunca pensó que la restauración capitalista fuera imposible; decía “No sabemos si después de nuestro triunfo sobrevendrá algún periodo transitorio de reacción y triunfo de la contrarrevolución -imposible no es, ni mucho menos-; por eso, una vez que triunfemos, levantaremos una ‘triple línea de fortificaciones’ contra semejante posibilidad.” Y analizando la construcción de la nueva sociedad, en “El Estado y la revolución” escribió:

“En su primera fase, en su primer grado, el comunismo no puede presentar todavía una madurez económica completa, no puede aparecer todavía completamente libre de las tradiciones o de las huellas del capitalismo. De aquí un fenómeno tan interesante como la subsistencia del ‘estrecho horizonte del derecho burgués’ bajo el comunismo, en su primera fase. El derecho burgués respecto a la distribución de los artículos de consumo presupone también inevitablemente, como es natural, un Estado burgués, pues el derecho no es nada sin un aparato capaz de obligar a respetar las normas de aquél.”

“de donde se deduce que bajo el comunismo no sólo subsiste durante un cierto tiempo el derecho burgués, sino que ¡subsiste incluso el Estado burgués sin burguesía!”
Por esto es que Lenin advirtió:

“La burguesía está vencida en nuestro país, pero todavía no está extirpada, no está aniquilada, ni siquiera del todo destrozada. Por eso se plantea en el orden del día una nueva y más alta forma de lucha contra la burguesía, la transición de la tarea más sencilla de la expropiación ulterior de los capitalistas a la tarea mucho más compleja y difícil de crear las condiciones que imposibiliten la existencia y resurgimiento de la burguesía. Es evidente que esta es una tarea incomparablemente superior y que sin cumplirla no hay todavía socialismo”

Y concluyó:

“La dictadura del proletariado no es el final de la lucha de clases, es su continuación bajo nuevas formas. La dictadura del proletariado es la lucha de clases del proletariado triunfante y que ha tomado en sus manos el Poder político contra la burguesía derrotada, pero no destruida, no desaparecida; que lejos de haber dejado de resistir, intensifica su resistencia.”

Todas estas son sustantivas tesis de Lenin sobre la era en que vivimos y el periodo de guerras en que nos seguiremos desenvolviendo, sobre las dos fuerzas del mundo contemporáneo y en particular sobre el movimiento nacional y sobre el socialismo y la dictadura del proletariado; tesis que hoy debemos tener muy en cuenta para analizar la lucha de clases que se desarrolla en el mundo.
El Presidente Mao Tsetung basándose en el marxismo-leninismo ha sistematizado el desarrollo de la revolución mundial y ha establecido tesis fundamentales que desarrollan el marxismo y que también debemos tenerlas presentes para orientarnos en la comprensión de la actualidad internacional.

En su gran obra “Sobre la Nueva Democracia”, destacó que con la Primera Guerra Mundial y con la Revolución de Octubre la historia había entrado en la nueva era, “de la nueva revolución mundial, la revolución mundial socialista proletaria” y que, en consecuencia, “toda revolución emprendida por una colonia o semicolonia contra el imperialismo, o sea, contra la burguesía o capitalismo internacional, ya no pertenece a la vieja categoría de la revolución democrático-burguesa mundial, sino a la nueva categoría”

Así, concibió que el poderoso movimiento revolucionario de las colonias y semicolonias era parte de la revolución que el proletariado internacional dirige a nivel mundial; resaltando, después de la Segunda Guerra, que los pueblos latinoamericanos “no son esclavos sumisos del imperialismo norteamericano”, que en Asia entera había surgido “un gran movimiento de liberación nacional” y llamando a los países de Oriente a combatir al imperialismo y a los reaccionarios interiores teniendo como meta la emancipación de los oprimidos de Oriente, decía: “Debemos extirpar de nuestras filas toda idea que sea expresión de flaqueza o de impotencia. Es erróneo todo punto de vista que sobrestime la fuerza del enemigo y subestime la del pueblo … Vivimos en una época histórica en que el capitalismo y el imperialismo en el mundo entero marchan hacia la victoria.”

Condensando la lucha posterior precisó la época actual:

“Los próximos 50 a 100 años más o menos, a partir de hoy, serán una gran época de cambio radical del sistema social en el mundo, una época que estremecerá la Tierra, una época con la que ninguna época anterior pueda compararse. Viviendo en tal era, debemos estar listos para librar una gran lucha cuyas formas tendrán muchas características diferentes de las épocas pasadas.”

Analizando esta época de la revolución proletaria, el Presidente Mao Tsetung estableció su gran tesis sobre los reaccionarios: “Todos los reaccionarios son tigres de papel. Parecen temibles, pero en realidad no son tan poderosos. Visto en perspectiva, no son los reaccionarios sino el pueblo quien es realmente poderoso.” En “Conversación con A. L. Strong” , donde está la anterior cita, analizando las contradicciones y la distribución de las fuerzas, también planteó:

“los EE.UU. Y la Unión Soviética están separados por una extensa zona en que hay muchas países capitalistas, coloniales y semicoloniales de Europa, Asia y Áfrcia. Antes que los reaccionarios norteamericanos hayan subyugado a estos países, no se puede ni hablar de un ataque a la Unión Soviética.”

A estos planteamientos del año 46 deben agregarse los siguientes análisis del mismo Presidente Mao sobre contradicciones interimperialistas y entre imperialismo y naciones oprimidas y fuerzas contendientes:

“Se destaca por encima de todas las contradicciones que supone la rebatiña entre los países imperialistas y su disputa por las colonias.
Lo que ellos están haciendo es tomar como pretexto las contradicciones que tienen con nosotros para encubrir las suyas.”

“En el conflicto (acontencimientos del Canal de Suez) que allí se vive, convergen dos tipos de contradicciones y hay tres fuerzas distintas. Estos dos tipos de contradicciones son: primero, las contradicciones interimperialistas, o sea, las contradicciones entre los Estados Unidos e Inglaterra y entre los Estado unidos y Francia, y segundo, las que existen entre las potencias imperialistas y las naciones oprimidas. De las tres fuerzas en juego, la primera la constituyen los Estado Unidos, la mayor potencia imperialista; la segunda, Inglaterra y Francia, países imperialistas de segundo orden, y la tercera, las naciones oprimidas.”

En enero del 64, el Presidente Mao emitió una declaración en apoyo del pueblo panameño, en ella luego de resaltar que el imperialismo norteamericano “ha continuado oprimiendo a los pueblos latinoamericanos, saqueándolos y reprimiendo en esos países las luchas revolucionarias democráticas nacionales”; de denunciar que “ha convertido las partes meridionales de Corea y Vietnam en sus colonias, mantiene al Japón bajo su control y ocupación semi-militar … e incurre en intervenciones y agresiones contra otros países asiáticos; de señalar que en África “el imperialismo norteamericano prosigue intensificando su política neocolonialista, trata por todos los medios de reemplazar a los viejos colonialistas, saquea y esclaviza a los pueblos de África, mina y sofoca los movimientos de liberación nacional”; alertando que la política de agresión y guerra yanqui “pretende firmemente realizar su política de ‘evolución pacífica’ en los países socialistas”; y de que “incluso con sus aliados de Europa Occidental, América del Norte y Oceanía, el imperialismo norteamericano está aplicando la política de la ‘ley de la selva’ y constantemente procura pisotearlos”; concluye llamando: “Los pueblos de los países del campo socialista deben unirse,los pueblos de los diversos países de Asia, África y América Latina deben unirse, todos los pueblos de los diversos continentes deben unirse, todos los países amantes de la paz y todos los países sometidos a la agresión, control, intervención y humillación de los Estados Unidos deben unirse. Todos ellos deben formar el más amplio frente unido de oposición a la política de agresión y guerra del imperialismo norteamericano, en salvaguarda de la paz mundial.”

Así, se denunciaba al imperialismo norteamericano llamando a combatirlo. Pero el revisionismo usurpó el poder en la URSS restaurando el capitalismo y convirtiéndola en un país socialimperialista que como tal extendió su penetración, socavamiento, control y dominio contendiendo por el dominio mundial con el imperialismo yanqui, incidiendo sobre la referida zona intermedia. El Presidente Mao denunció: “La Unión Soviética actualmente esta bajo la dictadura de la burguesía, dictadura de la gran burguesía, dictadura de tipo fascista alemán, dictadura de tipo hitleriano.” Y llamando a la lucha contra las dos superpotencias sentó las siguientes tesis importantes:

“Estados Unidos es un tigre de papel. No crean ustedes en el. Se puede agujerearlo de un sólo golpe. La Unión Soviética revisionista también es un tigre de papel.”

“El revisionismo soviético y el imperialismo norteamericano, confabulándose entre sí, han perpetrado tantas maldades e infamias que los pueblos revolucionarios del mundo entero no les dejarán impunes. Los pueblos de todos los países están levantándose. Se ha iniciado un nuevo período histórico de lucha contra el imperialismo norteamericano y el revisionismo soviético.”

“¡Pueblos de todo el mundo, unámonos y opongámonos a la guerra de agresión que desencadene cualquier imperialismo o el socialimperialismo, opongámonos especialmente a la guerra de agresión en la cual se usen bombas atómicas como arma!. Si tal guerra estalla, ¡los pueblos del mundo entero debemos eliminarla con la guerra revolucionaria, y debemos hacer los preparativos ahora mismo!.”
Así quedó precisado en el periódo de lucha que se ha abierto contra las dos superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética; y, dentro de esta perspectiva, reiterando el papel de los pueblos del mundo, en mayo de 1970 hizo su famosa afirmación: “siempre que el pueblo de un país pequeño ose levantarse en lucha, se atreva a empuñar las armas y tome en sus manos del destino de su propio país, podrá indefectiblemente derrotar la agresión de un país grande. Esta es una ley de la historia.”
El Presidente Mao Tsetung prestó siempre mucha atención a los principios tácticos, su obra “A propósito de nuestra política” es de suma importancia al respecto; allí sentó la política fundamental: “En las relaciones con las distintas clases del país, aplicar la política fundamental de desarrollar las fuerzas progresistas, ganarse a las intermedias y aislar a las recalcitrantes anticomunistas”; de tener una doble política revolucionaria contra los recalcitrantes y para combatirlos aplicar: “En la lucha contra los recalcitrantes anticomunistas, explotar las contradicciones, ganarse a la mayoría, combatir a una minoría y aplastar a los enemigos uno por uno; luchar con razón, con ventaja y sin sobrepasarse.” Estos criterios establecidos primero para la lucha en China, son aplicables para lucha con los imperialistas.

En el año 57, el Presidente Mao sintetizó los conceptos estratégicos y tácticos para luchar contra el enemigo:

“En el curso de un largo período hemos llegado a formarnos este concepto para la lucha contra el enemigo: estratégicamente, debemos desdeñar a todos nuestros enemigos, pero tácticamente, debemos tomarlos muy en serio. Es decir, al considerar el todo, debemos despreciar al enemigo, pero tenerlo muy en cuenta en cada una de las cuestiones concretas. Si no despreciamos al enemigo al considerar el todo, caeremos en el error de oportunismo. Marx y Engels no eran más que dos personas, pero ya en su tiempo declararon que el capitalismo sería derribado en todo el mundo. Sin embargo al enfrentar cuestiones concretas y cada uno de los enemigos en particular, si no los tomamos muy en serio, cometeremos error de aventurerismo. En la guerra, las batallas sólo pueden ser dadas una por una y las fuerzas enemigas aniquiladas parte por parte. Las fábricas sólo pueden construirse una a una. Los campesinos sólo pueden arar la tierra parcela por parcela. Incluso al comer pasa lo mismo. Desde el punto de vista estratégico, tenemos en poco el comer una comida: estamos seguros de poder terminarla. Pero en el proceso concreto de comer, lo hacemos bocado por bocado. No podemos engullir toda una comida de un golpe. Esto se llama solución por partes. Y en la literatura militar se llama destruir las fuerzas enemigas por separado.”

Hasta aquí tenemos fundamentales cuestiones sobre el período histórico que vivimos, las contradicciones y las fuerzas en desarrollo y la táctica, todos problemas sustantivos de estrategia y táctica; pero, además, el Presidente Mao Tsetung se abocó a sintetizar la experiencia de la revolución socialista sentando su gran teoría y práctica de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado encontrando la forma adecuada de desarrollarla mediante la Gran Revolución Cultural Proletaria. En los inicios y desarrollo de esta gran revolución sentó las siguientes tesis:

“Un gran desorden bajo los cielos conduce a un gran orden bajo los cielos y otro tanto vuelve a suceder cada siete u ocho años. Los monstruos y demonios saldrán por si solos a la palestra. Como lo determina su propia naturaleza de clase, no pueden actuar de otra manera.”

“En el pasado libramos luchas en las zonas rurales, en las fábricas, en los círculos culturales, y realizamos el movimiento de educación socialista. Sin embargo, todo esto no pudo resolver, el problema porque no habíamos encontrado una forma, un medio de movilizar a las amplias masas de manera abierta, en todos los terrenos y de abajo arriba para exponer nuestro lado oscuro.”

“De hecho, aquellos elementos con Poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido que apoyan a los tiranuelos, son en verdad grandes tiranuelos del Partido que no leen libros ni periódicos, que no mantienen contacto con las masas, ni poseen ningún conocimiento, que se apoyan únicamente en ‘actuar en forma arbitraria y reprimir a la gente con su autoridad’ y usurpan el nombre del Partido.”

“los representantes burgueses que se han infiltrado en el Partido el gobierno, el ejército y los diversos sectores culturales, son un grupo de revisionistas contrarrevolucionarios que se apoderarán del Poder y convertirán la dictadura del proletariado en dictadura de la burguesía si se les presenta la oportunidad. A algunas de estas personas, ya las hemos calado; a otras todavía no, y en algunas todavía confiamos y las preparamos para ser nuestros continuadores. Por ejemplo, gente tipo Jruschov todavía anida a nuestro lado.”

“El blanco principal del movimiento actual son aquellos elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido.”

“¿Qué harán ustedes si surge el revisionismo en el CC? Esto es muy probable, este es el mayor peligro.”

“El proletariado debe ejercer una dictadura omnímoda sobre la burguesía en la superestructura, incluidos los diversos dominios de la cultura.”

“La presente Gran Revolución Cultural Proletaria es completamente necesaria y muy oportuna para consolidar la dictadura del proletariado, prevenir la restauración del capitalismo y construir el socialismo.”

“Es imprescindible realizar la Gran Revolución Cultural Proletaria.”

“La actual Gran Revolución Cultural es sólo la primera y en el futuro habrá sin duda muchas otras. En la revolución el problema de quién vencerá a quién sólo será resuelto en un largo período histórico. Si no se resuelven adecuadamente las cosas, en cualquier momento habrá posibilidad par auna restauración capitalista.”

“Se justifica la rebelión contra los reaccionarios.”

“¡Revolucionarios proletarios, uníos para arrebatar el Poder al puñado de dirigentes seguidores del camino capitalista dentro del Partido!.”

La Gran Revolución Cultural Proletaria golpeó el cuartel burgués contrarrevolucionario encabezado por Liu Shao-chi , el Jruschov chino, de quien fue lugarteniente Teng Siao-ping, “otro máximo elemento con poder seguidor del camino capitalista dentro del Partido”; y también aplastó al cuartel contrarrevolucionario conspirador encabezado por Lin Piao. Así, se desarrolló la Gran Revolución Cultural Proletaria para consolidar la dictadura del proletariado, prevenir la restauración del capitalismo y construir el socialismo y, cuya condensación se realizó en el IX Congreso del PCCH que es un gran hito en la historia del PCCH y del Movimiento Comunista Internacional.

El desarrollo de la lucha de clases en China, la lucha entre capitalismo y socialismo, entre burguesía y proletariado y entre marxismo-leninismo-pensamientoMao Tsetung y el revisionismo contrarrevolucionario y capitulacionista se concretó en la gran campaña de crítica a Confucio y Lin Piao que ventiló el problema de restauración y contrarrestauración, el largo proceso de consolidación de una clase en el Poder que implica prevenir su recaptura por los reaccionarios y la consiguiente restauración y si se pierde pugnar por su reconquista; problema que se planteara en los inicios de la polémica contra el revisionismo de Jruschov – Brezhnev. Posteriormente, la lucha se centró en la cuestión decisiva y en la escencia misma del Poder, el problema de la dictadura del proletariado. El Presidente Mao dijo:

“¿Por qué Lenin hablaba de la necesidad de ejercer la dictadura sobre la burguesía? Este problema es preciso tenerlo claro. La falta de claridad al respecto conducirá al revisionismo. Hay que hacerlo saber a toda la nación.”

“En una palabra, China es un país socialista. Antes de la Liberación no difería mucho del capitalismo. Ahora todavía practica un sistema salarial de ocho categorías, la distribución a cada uno según su trabajo y el intercambio por medio del dinero, todo lo cual apenas es distinto de la vieja sociedad. La diferencia está en que el sistema de propiedad ha cambiado.”

“Nuestro país practica ahora un sistema de mercancías, un sistema salarial que es también desigual, como el de las ocho categorías, y cosas por el estilo. Esto bajo la dictadura del proletariado sólo puede ser restringido. En virtud de lo anterior, será muy fácil para gentes como Lin Piao montar el sistema capitalista si escalan el poder. Por eso, debemos estudiar más obras marxista-leninistas”
“Lenin dijo: ‘la pequeña producción engendra capitalismo y burguesía constantemente, cada día, cada hora, de modo espontáneo y en masa’. Esto ocurre también con una parte de la clase obrera y una parte de los miembros del Partido. Tanto entre los proletarios como entre los funcionarios de los organismos oficiales hay quienes incurren en el estilo de vida burgués.”

“Lenin habló de un Estado burgués sin capitalistas construido para proteger el derecho burgués. Nosotros mismos hemos construido un Estado como ese, en que las cosas no difieren mucho de las de la vieja sociedad, pues hay jerarquización y rigen un sistema salarial de ocho categorías, la distribución según el trabajo y el intercambio de valores iguales.”

Estas tesis y las anteriores son, evidentemente, continuación y desarrollo de fundamentales planteamientos del marxismo-leninismo. El Presidente Mao Tsetung reitera la vigencia de los planteamientos de Marx y Lenin sobre la larga transformación revolucionaria de la vieja sociedad; la necesidad de la dictadura del proletariado y su fortalecimiento; la incesante lucha de clases en el socialismo y de su extrema agudización en determinadas circunstancias; la subsistencia del derecho burgués y su restricción necesaria; la generación constante de capitalismo y burguesía y la posibilidad de restaurar el capitalismo escalando el Poder; la persistencia de un “derecho burgués” y de un “Estado burgués” que lo protege. Sentando, además, la necesidad de apuntar contra los seguidores del camino capitalista en el seno del Partido y continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado mediante la revolución cultural.

En enero del 75 Teng Siao-ping devino Vicepresidente del Comité Central, al que se había incorporado en el X Congreso. En setiembre del mismo año se llama a desplegar la crítica a ‘A la orilla del agua’. El Presidente Mao llama a prestar atención a la capitulación que es una cuestión esencial del revisionismo; dice: “El mérito de la novel ‘A la orilla del agua’ reside precisamente en la descripción de la capitulación. Sirviendo como material de enseñanza en sentido negativo, ayuda al pueblo a conocer a los capitulacionistas; ‘A la orilla del agua’ se opone únicamente a los funcionarios corruptos, pero no al emperador. Excluye a Chao kai de los 108. Sung Chiang capitula, practica el revisionismo, cambia el nombre de Sala Chü Yi, dado por Chao Kai, por el de Sala Chung Yi y acepta la oferta de amnistía y alistamiento. La lucha entre Sung Chiang y Kao Chiu es una lucha librada por una fracción contra otra en el seno de la clase terrateniente. Sung Chiang capitula y luego va a combatir a Fang La” (Chao Kai: fundador del ejército rebelde campesino, en la novela; los 108: los capitanes rebeldes; Sung Chiang: personaje que usurpa la dirección del ejército rebelde; Sala Chü Yi, significa unirse y levantarse en rebelión y así denominó el jefe rebelde a la sala donde se reunían; Sala Chung Yi, significa profesar lealtad al emperador, denominación usada por el usurpador). Destaquemos que el capitulaconismo implica capitulación de clase ante la burguesía en el país y capitulación de la nación ante el imperialismo en lo internacional y que capitulacionismo es revisionismo.

En estas cirscunstancias se desarrolla la lucha contra el viento derechista revocatorio anti-Revolución Cultural, en ella el Presidente Mao plantea:

“Luego de la revolución democrática, los obreros, los campesinos pobres y campesinos medios inferiores no se han detenido y quieren hacer la revolución. En cambio, una parte de los militantes del Partido se muestran renuentes a seguir adelante, y algunos han retrocedido y se han puesto contra la revolución. ¿Por qué? Porque éstos, como altos funcionarios que han llegado a ser, buscan proeger los intereses de los altos funcionarios.”

“Sucede que la revolución socialista les cae sobre su propia cabeza, así durante la cooperativización agrícola ya hubo en el Partido quienes se opusieron, y cuando se critica el derecho burgués, su sentimiento es de rechazo. Se está haciendo la revolución socialista, sin embargo no se comprende donde está la burguesía. Está justamente dentro del Partido Comunista, y son los dirigentes seguidores del camino capitalista en el Partido. Los seguidores del camino capitalista siguen todavía su camino”

“Revocar veredictos justos va en contra de la voluntad del pueblo.”

“Sin lucha es imposible avanzar. “Siendo 800 millones, ¡¿podemos prescindir de la lucha?!”

“¡Qué es eso de ‘tomar las tres instrucciones como clave’!. La estabilidad y la unidad no significan renunciar a la lucha de clases. La lucha de clases es como la cuerda clave de una red y todo lo demás son mallas” .

“Esta persona no se empeña en la lucha de clases; nunca ha mencionado esta clave. Sigue todavía con su ‘gato blanco o gato negro’, sin hacer distinción entre el imperialismo y el marxismo.”

Así la lucha se centró contra Teng Siao-ping. Contra quien siguiendo a Liu Shao-chi, el Jruschov chino, sostuviera la teoría de la extinción de la lucha de clases; contra quien, en el año 195, en su informe sobre la modificación de los estatutos en el VIII Congreso del PCCH, sostuviera que las clases estaban en extinción, especialmente la burguesía, que la revolución socialista había ya cumplido la mayor parte de sus tareas y que no debía hacerse hincapié en la lucha de clases sino en las tareas de la construcción; contra quien, en el mismo informe, siguió la teoría de las masas de Liu Shao-chi para oponerse a las tesis del Presidente Mao sobre el Partido; contra quien levantó el XX Congreso del Partido de la Unión Soviética, en el que Jruschov atacó la dictadura del proletariado camuflándose tras la llamada lucha contra el “culto a la personalidad”, considerándolo de “importantes méritos”, precisamente, para el,”uno de los más importante” es esa “lucha contra la divinización” que utilizó para combatir al Presidente Mao Tsetung.

La campaña por contraatacar el viento revisionista revocatorio de la Gran Revolución Cultural se centró contra Teng Siao-ping. Contra el tenaz defensor de Peng Te-juai, el caudillo militar arribista y conspirador sancionado en 1959 y defendido por Liu Shao-chi y su cuartel reaccionario; se apuntó contra Teng que apandillado con el Jruschov chino, en los años de dificultades de 1959-61, atacó las tres banderas rojas; la línea general, el gran salto adelante y la comuna popular. Contra quien abogó por aumento de tierras de uso privado, mercados libres, empresas responsables de sus propias ganancias y pérdidas y por cuotas de producción agrícola en base a cada familia, desatando un viento revisionista de trabajo agrícola individual. Contra quien sostuvo: “Sea negro o blanco, si un gato caza ratones, es un buen gato.” Este es el Teng Siao-ping de las décadas del 50 y del 60, “otro máximo elemento con poder seguidor del camino capitalista dentro del Partido” como fue tipificado, el lugarteniente de Liu Shao-chi que se desempeñó como secretario geneal a quien la gran revolución cultural proletaria derrocó.

La lucha que el Presidente Mao dirigió para contraatacar el viento revocatorio revisionista apunta contra Teng Siao-ping quien desde la década del 50 sostuvo un programa contrarrevolucionario y que, como otros, apenas vuelto a cargos dirigentes prosiguió su viejo camino desplegando nuevamente un programa contrario basado en “tomar las tres instrucciones como clave”, apuntando a “conquistar la posición ideológica como medio de forma opinión pública”,”ocuparse, ante todo, de los cuerpos dirigentes” para tomar posiciones organizativas, “rectificación en todos los aspectos.”
Programa orientado a revocar la GRCP, a usurpar la dirección a fin de promover la restauración, socavar la dictadura proletaria, propagandizar la extinción de la lucha de clases y centrar en el desarrollo de las fuerzas productivas. Programa que combatió la GRCP imputándole que “hirió” a “cuadros experimentados” y sirvió a “derribar” “buenos cuadros del Partido” calificándola de “utra-izquierdista” por combatir a los seguidores del camino capitalista. Esta lucha de contra golpe al viento revocatorio llevó a la destitución de Teng Siao-ping de todos sus cargos de dentro y fuera del Partido”, resolución tomada “de acuerdo a la proposición del gran líder el Presidente Mao Tsetung.

El fallecimiento del Presidente Mao Tsetung, como la muerte de todos los grandes dirigentes del proletariado, ha generado profundas conmociones y amplias repercuciones en China y en el mundo; y, en las condiciones que se desarrollaba la lucha en China, propició la coyuntura para que la derecha dando un golpe de Estado usurpe el poder de la dictadura del proletariado, socave las conquistas de la Gran Revolución Cultural Proletaria y abra las puertas a la restauración capitalista, a la capitulación y al revisionismo. La lucha de clases en China entre revolución y contrarrevolución, entre marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung y revisionismo, entre la línea proletaria del Presidente Mao y a línea burguesa revisionista, contrarrevolucionaria y capitulacionista que encabeza Teng Siao-ping ha entrado en momentos cruciales, complejos y difíciles; se recurre a métodos extraños y sorpresivos enel tratamiento de los problemas y la lucha, se producen cambios importantes y amplios en la dirección y en las organizaciones, principalmente del Partido, a la vez que se suspende la campaña de crítica contra el viento revocatorio revisionista de Teng Siao-ping, se cuestiona abiertamente la Gran Revolución Cultural Proletaria, se desarrolla la capitulación, especialmente nacional y se enarbola como bandera del programa contrarrevolucionario de Teng. Todo esto no es sino un golpe de derecha en la aguda lucha de las dos líneas en el período de la continuación de la revolución aprovechando la coyuntura y repercusiones de la muerte del Presidente Mao Tsetung.

La situación surgida en China no es un problema sin importancia. Es, por el contrario, un problema de trascendencia para los revolucionarios y comunistas del mundo y todos debemos prestarle especialísima atención, pues, de la usurpación del poder deriva el cambio general de la línea tanto en el desarrollo del socialismo como en la política internacional. La cuestión clave del marxismo es la dictadura del proletariado, ésta es su esencia, y un golpe de derecha y su usurpación es problema de suma gravedad e importancia; y no es cuestión sólo de China, es cuestión de todos los comunistas ya que, sus repercusiones tienen que ver con la revolución mundial. La experiencia de la restauración y de la usurpación del poder en la URSS son lecciones frescas que no podemos olvidar. Mariátegui nos enseñó: “Del destino de una nación que ocupa un puesto tan principal en el tiempo y en el espacio no es posible desinteresarse. La China pesa demasiado en la historia humana para que no nos atraigan sus hechos y sus hombres.” Esta gran verdad sigue siendo válida hoy más que nunca para todos los comunistas y revolucionarios del país. Pero si bien los sucesos de China, después del fallecimiento del Presidente Mao Tsetung en especial, nos mueven a justa preocupación y a la obligación de defender las banderas del marxismo, precisamente para defenderlas guiémonos por sus propias previsiones:

“Si la derecha lleva a cabo un golpe de estado anticomunista en China, estoy segura de que no conocerá tampoco la paz, y muy probablemente su dominación será de corta vida, ya que esto no será tolerado por ninguno de los revolucionarios que representan los intereses del pueblo, constituido por más del 90 por ciento de la población”

“Ya sea en China o en otros países del mundo, hablando en general, más del noventa por ciento de la población apoyará finalmente el marxismo-leninismo. En el mundo hay muchas personas que, debido al engaño de la socialdemocracia, el revisionismo, el imperialismo y toda la reacción aún no han tomado conciencia política. Pero, de todos modos despertarán gradualmente y apoyarán al marxismo-leninismo. La verdad del marxismo-leninismo, es irresistible. Las masas populares se levantarán invariablemente e revolución. La revolución mundial triunfará inexorablemente.”

Hemos planteado tesis fundamentales de Lenin y el Presidente Mao sobre la lucha de clases a nivel internacional por cuánto la comprensión de tan complejo problema, especialmente de su estrategia y táctica, sólo puede abordarse desde el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. La cuestión internacional, la posición ante ella, es parte de la línea política general del Partido desde su constitución y sus puntos sustantivos están en el mismo Programa: parte del carácter internacional de la economía y del movimiento revolucionario del proletariado que se guía por el lema de “¡Proletarios de todos los países, uníos!”; plantea la situación de los países atrasados, semifeudales y semicoloniales, que bajo la opresión imperialista no pueden tener una economía nacional independiente ni al servicio de su pueblo; y remata afirmando que en la época del imperialismo, época de monopolios y guerras de rapiña por reparto del mundo, el marxismo ha devenido en marxismo-leninismo al cual adherimos como guía de nuestra acción.

Mariátegui además, en su trabajo por la construcción del Partido,prestó especialísima atención a la lucha de clases internacional; para él, con la primera guerra mundial el sistema capitalista entró en gran crisis y con la Revolución de Octubre comenzó una nueva era para la humanidad; la democracia burguesa acentuó su crisis y engendró el fascismo, el socialismo de la segunda Internacional, seguidor del “cretinismo parlamentario, agravó su descomposición y la revolución recorrió Europa repercutiendo en todo el mundo atrasado, especialmente en Asia, cuyo despertar, nos dice, es digno de los tiempos. El surgimiento de la Internacional Comunista, para Mariátegui, implicó un gran desarrollo pues por primera vez la Internacional abarcaba realmente a los explotados y oprimidos del mundo y, con gran visión, comprendiendo la perspectiva del movimiento de las naciones oprimidas y su importancia para la revolución Mundial, estuvo en contra de quienes contra Lenin quisieron mantener una estrecha Internacional circunscrita y centrada en Europa, ciegos a la necesidad estratégica de levantar a las naciones oprimidas en un poderoso movimiento de liberación nacional.
Como se ve, desde nuestra constitución como Partido la posición frente a la lucha de clases internacional es parte importante de la línea política general y expresión concreta del internacionalismo proletario. Y si esto fue así en la fundación, hoz que nos encontramos en pos de culminar la Reconstitución, es también de importancia y de necesidad prestar atención a esta parte de la línea general; por ellos es pertinente plantearnos algunos problemas.

Con la Revolución de Octubre comenzó una nueva época: La Revolución Proletaria Mundial, la del paso al socialismo y la construcción de la sociedad comunista; históricamente caducó la revolución burguesa mundial que durante siglos se desenvolvió y si en esta la burguesía fue la clase dirigente, en la nueva época la revolución está dirigida por el proletariado a través de sus Partidos Comunistas. En esta época se dan contradicciones fundamentales: Entre capitalismo y socialismo, entre burguesía y proletariado, entre imperialistas, y entre imperialismo y naciones oprimidas; de ellas, la contradicción entre capitalismo y socialismo proseguirá su desarrollo a lo largo de toda esta época y las demas contradicciones fundamentales sirven a su desarrollo pues de ella depende, en última instancia,la construcción de la nueva sociedad; sin embargo, en cada periodo una de las cuatro se concreta como principal como lo demuestra a historia del siglo XX.

También prueba la lucha de clases de este siglo que dos poderosos movimientos se desenvuelven: El movimiento proletario internacional y el movimiento de liberación nacional y, si bien el primero es expresión de la clase dirigente que se concreta en los Partido Comunistas y el Movimiento Comunista Internacional, el de liberación nacional, como consecuencia misma del imperialismo, ha adquirido gran fuerza y cumple, como se previera, un importante papel estratégico. Debemos considerar que, mientras existan imperialismo y burguesía subsistirá e revisionismo generándose de esta manera la escición dentro del proletariado internacional, de ahí la necesidad y trascendencia de combatir su actividad contrarrevolucionaria inseparable de la lucha antimperialista y revolucionaria.
Esta época, por otro lado, es de grandes guerras por la hegemonía y reparto del mundo, por el dominio de las colonias y semicolonias, por mantener la explotación sobre el proletariado y por conjurar el desarrollo del socialismo, todas estas son guerras reaccionarias que el imperialismo lleva adelante con e apoyo de los reaccionarios. Frente a ellas se levantan las guerras revolucionarias: Las de liberación nacional, las guerras civiles contra los propios explotadores y las de defensa del socialismo y continuación de la revolución; si aquellas son injustas, guerras reaccionarias, estas son justas guerras que sirven a la revolución y cuya dirección depende del rumbo que le imprima el proletariado a través de sus Partidos.

En síntesis, vivimos la gran época de la revolución proletaria mundial en la cual la construcción de la nueva sociedad se abre paso a través de la ley universal de la violencia revolucionaria concretada en revoluciones democráticas, revoluciones socialistas y continuación de la revolución bajo la dictadura de proletariado; época en que los pueblos oprimidos se incorporan más y más a la revolución movilizando a las masas como nunca antes en la historia, particularmente a las de las naciones oprimidas; en que el proletariado expresa cada vez más su carácter de clase dirigente de la nueva época; en que el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung manifiesta su creciente poderío comprobado en más de 100 años de luchas y, en que los Partidos Comunistas, que a él se adhieren, cumplen y cumplirán su papel de vanguardias organizadas combatientes or la emancipación del proletariado y la revolución mundial.

El desarrollo posterior a la II Guerra Mundial con el pujante crecimiento del movimiento de liberación nacional, la transformación de la Unión Soviética Socialista en país socialimperialista, las pugnas interiimperialistas especialmente de las dos potencias, Estados Unidos y Unión Soviética, por le hegemonía mundial, y el desarrollo del proletariado, del socialismo y del marxismo han llevado al Presidente Mao Tsetung a la mayor precisión de la época actual. Los próximos 50 a 100 años estremecerá la tierra cambiando su faz como ninguna época anterior y en ella muchas cosas nuevas han de surgir, los revolucionarios debemos estar vigilantes para saber asirlos con firmeza y desarrollarlas en pro de la revolución. Las actividades contrarrevolucionarias de Estados Unidos y la Unión Soviética y la lucha de los pueblos del mundo en contra a las dos superpotencias han iniciado un nuevo periodo, el de la lucha contra el imperialismo norteamericano y el revisionismo soviético; esta precisión es de extraordinaria importancia para el desarrollo de la revolución proletaria mundial.
El revisionismo de Jruschov – Brezhnev es una de las cuestiones sustantivas de este periodo; la usurpación en la URSS y su conversión de país socialista en superpotencia social imperialista patentiza la gravedad y trascendencia de la restauración del capitalismo. Y, además, de ser la superpotencia que necesita un nuevo reparto del mundo para entronizar su hegemonía, genera un movimiento contrarrevolucionario, encubierto tras e prestigio del socialismo y del Partido que Lenin fundara, para desarrollar partidos obreros burgueses al servicio de sus intereses de socialimperialismo revisionista; este es un problema de importancia estratégica, especialmente para los comunistas, de ahí que no pueda pasar inadvertido el carácter de peligro principal que reviste al revisionismo cuyo centro es la Unión Soviética socialimperialista.

Dentro de este período, precisamente partiendo de las contradicciones fundamentales, de las fuerzas en contienda y de su distribución según la táctica es como puede comprenderse el concepto estratégico de que tres mundos se delineam; la cuestión de la existencia de las dos superpotencias que pugnam por el dominio mundial, de las contradicciones interimperialistas con las superpotencias en especial y del movimiento de liberación nacional. Para, partiendo de apoyarse en los pueblos del mundo cuyo eje es el proletariado internacional, “aplicar la política fundamental de desarrollar las fuerzas progresistas, ganarse a las intermedias y aislar a los recalcitrantes anticomunistas” y “En la lucha contra los recalcitrantes anticomunistas, explotar las contradicciones, ganarse a la mayoría, combatir a una minoría y aplastar a los enemigos uno por uno; luchar con razón, con ventaja y sin sobrepasarse”; teniendo presente la siguiente e importante orientación: “Debemos provechar cada una de las peleas, brechas y contradicciones en el campo enemigo y utilizarlas contra nuestro enemigo principal del momento.” Todo lo que debe tenerse muy en cuenta para desarollar el frente contra las dos superpotencias, el imperialismo norteamericano y el revisionismo soviético, Estados Unidos y la Unión Soviética.

Este período muestra más claramente que el problema de “quién vencerá a quien” no esta definido, que la restauración del capitalismo puede producirse en cualquier país socialista y que la solución es la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado concretada en la revolución cultural proletaria y no una sino varias, pues la transformación revolucionaria de la vieja sociedad es un largo proceso histórico.

Las contradicciones fundamentales, dede la transformación socialimperialista de la URSS, se han plasmado en las siguientes: “la contradicción entre las naciones oprimidas por una parte y el imperialismo y el socialimperialismo por la otra; la contradicción entre el proletariado y la burguesía en los países capitalistas y países revisionistas; la contradicción entre los países imperialistas y el país socialimperialista y entre los propios países imperialistas, y la contradicción entre los países socialistas por una parte y el imperialismo y el socialimperialismo por la otra.” Como estabeleció el IX Congreso del Partido Comunista de China. Cada día se comprueba la gran tesis de que “las guerras imperialistas son absolutamente inevitables” mientras subsista su sistema y que las contradicciones interimperialistas son las que llevan a las guerras mundiales frente a lo cual claramente ha sido definida la posición revolucionaria: “o la guerra hace estallar la revolución, o la revolución impide la guerra.” Finalmente, este período muestra cada vez más el cresciente papel de los pueblos del mundo, de los miliones y miliones, especialmente de las colonias y semicolonias, que son arrastrados a la lucha de clases internacional y se levantam en revolución.

Es a la luz de la época de la revolución proletaria mundial y del período de lucha contra el imperialismo yanqui y el socialimperialismo revisionista soviético como debemos analizar la situación internacional de la actualidad. En ella las dos superpotencias contiendem por el dominio mundial; una, Estados Unidos, para mantener su dominación e incluso extenderla sobre las colonias y semicolonias de viejas potencias desplazadas y remachar el control sobre sus proprios aliados; la otra, Unión Soviética, pugna por extender su dominio y consolidar las posiciones logradas. Ambas superpotencias son golpeadas por la crisis que en los diversos planos remece las bases del sistema imperialista encabezado por Estados Unidos y del sistema socialimperialista encabezado por la Unión Soviética; especialmente el imperialismo se debate en una crisis aún no concluida que hasta amenaza agravarse. En estas condiciones las superpotencias son la fuente fundamental de los problemas mundiales en la actualidad y su contención enciede los conflictos bélicos que arden en Africa, Medio Oriente y otros que amenazan conducir a la III Guerra Mundial. Si bien a más de estos enemigos, existen el imperialismo y la reacción mundial en general, es de las dos superpotencias que certeramente corresponde afirmar: “El revisionismo soviético y el imperialismo norteamericano, confabulándose entre sí, han perpetrado tantas maldades e infamias que los pueblos revolucionários del mundo entero no les dejarán impunes”; y contra las guerras que llevan adelante o contra la guerra mundial que preparan para dirimir su hegemonía, a los pueblos del mundo corresponde unirse oponiéndose a qualquier guerra agresiva desencadenada por el imperialismo o el socialimperialismo, especialmente a la guerra de agresión que use armas atômicas, y si estalla: “¡los pueblos del mundo entero debemos eliminarla con la guerra revolucionária, y debemos hacer los preparativos ahora mismo!”

Así, si el desarollo de las contradicciones fundamentales acrecientan el peligro de guerra mundial, que sería una nueva guerra de rapiña, un nuevo reparto del mundo por las superpotencias y un medio, incluso, para “superar” sus crisis e imponer, como pretenden y sueñan, nuevos “órdenes mundiales”, no olvidemos que, como dijera el Presidente Mao Tsetung, la principal tendencia del mundo actual es la revolución.” Y que es ley de la historia que un pueblo, aún de un pequeño país, puede derrotar a un país poderoso a contradicción de que “ose levantarse en lucha, se atreva a empuñar las armas y tome en sus manos el destino de su propio país.” A los pueblos del mundo, al proletariado internacional y a los Partidos Communistas que se mantienen fieles al marxismo les corresponde una gran tarea histórica y la cumplirán.

Tener una definida posición sobre la lucha de clases internacional es de suma importancia dada su complejidad,la continuación del “gran desorden bajo los cielos”, los importantes replanteamientos que se desenvuelven, la transcendencia de la coyuntura actual, la grave perspectiva del golpe de derecha en China, las divergencias que se desarrollan en el Movimiento Comunista y la reiterada necesidad de precisar la estrategia y táctica de la revolución mundial en la actualidad. Además, reiteremos que la posición, la línea sobre la lucha de clases internacional es parte de la línea política general, de ahí la necessidad de tratarla más hoy que hemos entrado a culminar la reconstitución del Partido. Finalmente, no olvidemos que en torno a la II Guerra Mundial, bajo concepciones browderistas, con una oportunista posición frente a la lucha internacional se abrió paso a la capitulación en nuestro país, frenta a la burguesía compradora y la reacción en cuanto capitulación de clase y ante el imperialismo norteamericano en cuanto capitulación como nación. Este es, pues, un problema importante que no podemos desatender máime si adherimos al internacionalismo proletário.
El tratamiento de la líne sobre la lucha de clases internacional demanda tres cuestiones: primera, adherir con firmeza al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung aplicándolo con decisión; segunda, retomar la línea de Mariátegui sobre política internacional y su desarrollo; tercera, resumir las experiencias del Partido sobre este problema y especialmente las luchas en torno a él. De las tres, la cuestión es partir de la concepción del proletariado, del marxismo y su desarrollo; para nuestro Partido esto es lo decisivo como punto de partida, más en la actualidad, pues no hay otro punto de partida ni otra base que pueda servir de guía a los comunistas ni unirlos como es necesario; para nuestro Partido, en síntesis, la cuestión hoy se plantea así: ser marxista es adherir al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. Sujetámonos a esta posición podemos abrirnos paso hacia la comprensión de la lucha de clases a nivel internacional a fin de cumplir nuestro papel como corresponde, tanto con nuestra revolución como con el internacionalismo proletario.

DECLARACIÒN DEL VI Y VII PLENOS DEL COMITÈ CENTRAL

PERU, Mayo de 1977