PARA ENTENDER A MARIATEGUI

Comité Central
Partido Comunista del Perú
1968

PARA ENTENDER A MARIATEGUI

Hace un poco más de 3 años tuvimos ocasión de hablar desde aquí mismo. En esa ocasión hablamos del problema de la educación y dijimos algunos cuantos pensamientos que a través del tiempo habíamos adquirido en esa época. La última vez que hablé desde aquí mismo fue para mí algo bastante lindo. Hoy día nuevamente tengo la oportunidad de hablar, pero la circunstancia es un tanto distinta. Vamos a hablar de José Carlos Mariátegui, de la vigencia de su pensamiento, y esta tarea que se me ha encomendado, no es de suyo fácil al menos para mí. Creemos de que a Mariátegui hay que acercarse con respeto en primer lugar. En segundo lugar, hay que acercarse desde una posición de clase clara y precisa, porque de otra forma no es posible en modo alguno comprender la riqueza aún vigente de su pensamiento. Mariátegui hace ya buenos años ha muerto físicamente claro está, pero su pensamiento sigue profundamente vivo como lo estuvo allá por los años 30, sigue siendo pujante, sigue estando vigente y sigue siendo una perspectiva en el Perú en tanto que otros pensamientos de gentes aún vivas ya están realmente muertos.

En más o menos una hora es un poco difícil poder abarcar todo el pensamiento de Mariátegui, por esto queremos referirnos a determinados problemas muy concretos y destacar qué es lo que debemos hacer nosotros frente a la figura de este gran peruano. Queremos tomar en primer lugar la figura de Mariátegui como intelectual proletario. No vamos a entrar en fechas ni en mayores menudencias que no interesan ahora, vamos a entrar a problemas centrales que nos plantea la vigencia del pensamiento de José Carlos Mariátegui.

PARA ENTENDER A MARIATEGUI

De Mariátegui se ha escrito mucho, después de quererlo enterrar en el silencio, claro está, a Mariátegui se le ensalza mucho también para quererlo mistificar, a Mariátegui se lo trata de tergiversar sistemáticamente, a Mariátegui se lo trata con pedantería insensata de “superar”. De Mariátegui se ha dicho en primer lugar que no era un marxista convicto y confeso, que era un pensador cuyo pensamiento no estaba vertebrado sobre el marxismo leninismo.

Mariátegui, él mismo lo dijo, era un marxista convicto y confeso, sin temor y con precisión y nitidez. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decirnos que Mariátegui tenía una posición de clase proletaria, estaba de lado de los explotados simple, y concreta y redondamente. Mariátegui sentía en carne viva lo que sentían las masas explotadas de nuestro país y lo que sentía lo tradujo en su cortísima vida, lamentablemente para nosotros, en acción concreta y palabra escrita. Pues bien, además Mariátegui tenía una concepción del mundo, tenía una ideología, su ideología lo dice en muchas partes era el marxismo leninismo, Mariátegui concebía, Mariátegui conlleva, Mariátegui partía en el mundo contemporáneo. No es posible comprender las cosas, no es posible comprender la sociedad, el mundo, si es que no se parte de la concepción ideológica del proletariado. Mariátegui era un marxista-leninista. Si nosotros acudimos a sus trabajos, a sus escritos, Mariátegui nos dice que en el siglo actual él hablaba por los años veintitantos el leninismo es la nueva forma, la más alta que en esa época había adquirido el marxismo. Mariátegui entonces encontraba su filiación con Marx y Lenin y por eso se decía marxista-leninista convicto y confeso. Pues bien, Mariátegui tenía en tercer lugar un método para trabajar, un método de análisis, el método insustituible para comprender cualquier cosa. Mariátegui partía del materialismo dialéctico, los trabajos de él son pruebas fehacientes de eso. La primera cuestión, decíamos, que debe quedar clara, es la posición proletaria de Mariátegui la ideología marxista-leninista que lo nutría y el método del materialismo dialéctico que lo guiaba. Sobre estas tres bases es factible comprender la figura de José Carlos Mariátegui, quien no quiera entender esto, no puede comprender a Mariátegui y no lo puede comprender, no por falta de luces o de inteligencia, no lo puede comprender porque no está del mismo lado, ni con la misma luz en el cerebro, ni tiene el mismo método. Esto debe quedar bien claro. Hay que partir de hechos, partir de la posición de clase de Mariátegui, hay que partir de su ideología marxista-leninista y hay que partir también, y como consecuencia, claro está, de su método: el materialismo dialéctico. Quien no enfoca a Mariátegui en estos tres puntos de vista no lo puede comprender, no puede comprender su pensamiento y lo tergiversará en algunos casos de muy buena fe o en la mayoría de los plumíferos a sueldo, de muy mala fe.

Mariátegui ha sido un gran marxista-leninista latinoamericano y de esto nosotros debemos estar orgullosos. No hay en América Latina marxista leninista que se le compare en modo alguno; realmente José Carlos Mariátegui es una cumbre en el pensamiento marxista latinoamericano y una gran cumbre conforme pasa el tiempo.

A José Carlos Mariátegui se le aprecia más fuera de nuestras fronteras, aquí en nuestro país se le quiere menos, se le respeta menos, y hasta se le conoce menos, lo cual es una vergüenza. Mariátegui entonces es un gran marxista-leninista de nuestra patria para honra nuestra y de la gente explotada de nuestro pueblo, no para los otros; para los otros es un puñal clavado en el corazón que no se lo puede sacar ni se lo podrán sacar tampoco.

Mariátegui no es un simple repetidor, no es un simple conocedor de cuatro o cinco fórmulas, sino que tiene algo más, algo más profundo, algo más marxista, toma el marxismo-leninismo y lo introduce y lo funde en nuestra realidad, lo mete en nuestra patria, lo encarna en nuestro suelo, y al encarnarlo, introducirlo, al penetrarlo en nuestra patria con el marxismo, nos alumbra con un pensamiento que aún sigue vigente. La interpretación que Mariátegui hizo de nuestra patria los famosos “Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana” siguen siendo un documento inconmovible.

En Mariátegui vemos la garra que tenía, la garra marxista y genial de poder fundir la realidad universal del marxismo-leninismo con la vigencia concreta de nuestro profeta revolucionario. Esto muy pocas personas lo tienen y esto lo tenía Mariátegui en exceso y en grandeza, y eso hay que reconocerlo, quien no reconoce esto no puede entender el desenvolvimiento de las ideas marxistas en nuestra patria, y quien no comprende el desenvolvimiento de las ideas marxistas en el Perú no comprende lo que pasa en el Perú, y mucho menos, claro está, puede llamarse revolucionario. Lamentablemente hay revolucionarios por ahí, que conocen el pensamiento de Mariátegui y más aún le tienen miedo, justo miedo, porque es una buena piedra de toque para saber quiénes son y quiénes no son. Por eso tienen razón cuando le temen a Mariátegui. Pues bien, los Siete Ensayos de Mariátegui siguen siendo algo fundamental en el pensamiento del Perú, Mariátegui nos ha hecho siete interpretaciones magistrales del punto de vista del marxismo y desde el único punto correcto y exacto, claro está, de nuestra realidad peruana. Contra este librito, se han lanzado talentosos y versados eruditos de la posición contraria a Mariátegui, de la posición reaccionaria de don Víctor Andrés Belaúnde, pero no han podido.

UN LIBRO INMORTAL

El librito de Mariátegui sigue vivo, el del señor Víctor Andrés Belaúnde ya muy pocos lo leen y hay que leerlo por curiosidad histórica. Pues bien, debemos partir de esto, que nos dice Mariátegui en ese librito, en este pequeño volumen que es una visión popular en nuestra patria. Mariátegui hace un análisis de nuestra economía, punto capital, fundamental. Es imposible comprender una sociedad si no se comprende su estructura económica, si no se entiende las relaciones sociales de explotación que eso es la economía social, la economía política. Lo demás son engendros. ¿Qué nos dice del Perú? Lo tipifica muy concretamente; el Perú es un país semifeudal y semicolonial y lo prueba y lo demuestra en su esquema del proceso económico de nuestro país. Mariátegui nos hace un esbozo de las clases en el Perú y de su evolución histórica, nos habla con otras palabras lo que hoy día el pensamiento marxista en el Perú siguen desarrollando bajo el pensamiento de Mao.

Pues bien, Mariátegui no sólo nos hace el esbozo de las relaciones de explotación de nuestra patria, no sólo nos hace el esbozo de las clases, también nos hace aquel esbozo de la evolución de las ideas en el Perú, habla, por ejemplo, del problema literario, algo que debemos estudiar bastante para entender cómo ha evolucionado la literatura en el Perú, cómo ha tenido un carácter netamente clasista. Mariátegui hace una fusión del marxismo-leninismo con la realidad concreta de nuestra patria y como consecuencia sale el mejor, el más profundo, y este análisis real de los análisis de la realidad peruana, y este análisis es el que debe servirnos de fundamento para proseguir el camino en lo teórico que él inició magistralmente. Nadie que haya querido refutar los fundamentos de Mariátegui, lo ha logrado, sólo han hecho esquemas elementales, pero no han podido hacer el edificio que él construyó tan prontamente y en tan corta edad.

Mucho se ha hablado de que los Siete Ensayos son simple obra de periodista, con tono despectivo; incluso un señor, cuyo nombre ensucia la boca con sólo nombrarlo, el sujeto Ravines, decía de qué se puede pensar de Mariátegui, qué tanto hablamos de Mariátegui si Mariátegui había sido un hombre superficial y periodista. Ese sujeto no ha comprendido nada de Mariátegui, naturalmente qué va a comprender si él es de aquellos sujetos que estando con la camiseta se la quitó y se fue al equipo contrario.

Ellos no tienen la concepción proletaria ni el método de Mariátegui, de nada les va a servir la camiseta, porque las cosas con el tiempo y el sol pierden color y quedan amarillo.

El problema por eso no es lo externo, sino estas tres cositas, estas palabritas, tres cosas básicas de Mariátegui, su posición de clase, su ideología y su método. Quien se pone de lado del proletariado, del campesinado y de las clases explotadas en nuestro país está en aptitud de comprender a Mariátegui, quien no se pone en esta actitud, en esta posición de clase, quien está un pie con los explotados y otro pie con los explotadores, quien está prudentemente del lado de los explotados, pero de corazón con los explotadores no pueden comprenderlo, de ahí tanto renacuajo que están echando baba, pero esa baba no llega ni al piso que pisó Mariátegui hace más de 30 años.

UN COMBATIENTE DEL PROLETARIADO

Quisiéramos pasar a otro punto que no se puede desligar del anterior, están unidos como están unidos las caras de esta página o de este papel, dos lados inseparables. Me refiero al problema de Mariátegui como combatiente proletario, gran figura extraordinario pensador y también extraordinario organizador, y primer combatiente marxista militante de nuestra patria. Esto también debemos dejarlo bien claro.

Don José Carlos Mariátegui vino a nuestra patria desde Europa, trajo ideas nuevas y traía una tarea, una misión: trabajar por la formación del socialismo en el Perú, ésta era su misión y la cumplió, trabajó por eso, vivió por eso, se desvivió por eso y murió por eso y siempre se mantuvo imbatible, con la columna vertebral recta sin flexibilidades acomodaticias. Cuando uno estudia un poco, encuentra un plan de trabajo en Mariátegui una especie de desarrollo organizativo del proletariado en nuestro país. En primer lugar, hace un trabajo de preparación de la labor sindical, se nos muestra como un creador del sindicalismo clasista, ya antes había pugnas sindicales en el país, pero Mariátegui sienta las bases del sindicalismo proletario, Mariátegui es el creador de la Confederación General de Trabajadores del Perú. La CGTP es obra de Mariátegui principalmente fue su ideólogo, su mentor, fue quien la constituyó orgánicamente y quien creó sus fundamentos y cartas constitutivas.

Pues bien, uno de los primeros organismos que necesita el proletariado es la estructuración de una central sindical. Mariátegui comprendió perfectamente, pero no sólo lo comprendió, porque Mariátegui no era una persona que comprendía y satisfecha se ponía a pensar sobre su lucidez y entendimiento sino que sintió necesidad de cumplir la tarea que esa comprensión le exigía. Hace toda una labor preparatoria de la constitución de la CGTP. Una institución cualquiera que sea tiene dos partes constitutivas, dos elementos que constituyen cualquier organismo o institución. Primero, una parte ideológica, esto es, la movilización del pensamiento, la formación de un programa, la constitución de unos puntos de acuerdo, la valoración de un estatuto, etc., y una segunda parte, la constitución de los aparatos orgánicos en sentido estricto. Esto Mariátegui lo entendió profunda y genialmente, y siguiendo su esquema marxista Mariátegui fue el que creó la CGTP de nuestra patria.

LA CGTP

Hay una cosa interesantísima: Mariátegui al hacer los estatutos hizo un estatuto sindical, clasista, proletario que sigue aún esperando ver su realización. Esto es irónico, pero más que irónico es muestra de la desorientación que han impuesto después de él ciertos elementos en medio del movimiento sindical de nuestro país. Si Uds. ven los estatutos de la CGTP, en primer lugar van a encontrar una especie de prólogo, de orientación llama Mariátegui, y plantea cómo el proletariado ve el mundo hoy día, cómo hay una lucha que no se puede enmascarar, una lucha que no se puede menos que reconocer, una lucha entre la burguesía y proletariado y plantea a su vez que hay una ideología de clase que hay que seguir para formar un organismo sindical, lo plantea claro y con un lenguaje muy preciso. Luego ¿qué hace Mariátegui?

Mariátegui plantea las bases generales de la constitución orgánica de ese organismo sindical, pero no plantea hasta el exceso que anquilosa y mata, sino con líneas generales puntos básicos para permitir el desarrollo y la iniciativa del pueblo. No podemos decir a la gente cuando bajes una grada pon primero el pie derecho. Hay que dejarles iniciativa, que piensen con su propia cabeza para que comprendan, para que aprendan y no sean eternos menores. Pensaba en el pueblo, que no necesitaba todo el tiempo de una especie de lazarillo porque no es ciego. Esto lo entendía Mariátegui, por eso es que hizo unas bases generales de organización. También Mariátegui cuando trata el problema se refiere a una cosa formidable que no se encuentra en cualquier estatuto.

La única diferencia favorable de los estatutos sindicales es que los actuales están mejor impresos.

Mariátegui plantea inmediatamente las formas de lucha y nos habla de la huelga. ¿Por qué plantea Mariátegui así las cosas? Porque en los organismos también hay que hablarles de las formas que tienen que luchar, porque según lo que uno quiera lograr hay una forma para luchar.

Esto es importante decirlo, porque si uno ve los periódicos en nuestro país, La Prensa, por ejemplo, sostiene que la huelga es un mal método, inadecuado, es sólo un método de agitadores extremistas. La Prensa quiere domesticar al proletariado en el sentido que no vaya a la huelga, sino a la parlamentación, al compromiso, ella quiere que el robado se ponga a discutir sobre las cosas que le ha quitado el ladrón. En toda lucha es fundamental, es importante ver los medios de lucha, las formas cómo se lucha, y lo fundamental y básico es la movilización de las masas, y la movilización de las masas es santa por una razón simple, porque a través de esa movilización práctica el pueblo va abriendo los ojos y va comprendiendo y va librándose del atavismo y va engendrando a los que lo tienen que conducir. Por eso es muy bueno un movimiento de masas, por eso es también destacable este punto fundamental de los estatutos de la CGTP. Pero no solamente toca eso, Mariátegui también se ocupa del problema de la propaganda y la agitación, el pueblo necesita su propia boca para decir su propia palabra, no necesita que otros la digan por él, el pueblo no sabrá decir un lenguaje florido, no sabrá un lenguaje fino, podrá tener errores, eso no importa. Lo importante es que dice lo que siente, lo que ve, lo que necesita y lucha consecuentemente por lo que quiere hasta el fin por más que tenga derrotas, porque todas las derrotas que sufre el pueblo son transitorias, todas, absolutamente todas, Mariátegui se ocupa de eso también y al ver los estatutos nos habla de la propaganda y agitación. Si nosotros echamos un vistazo en todo este largo período desde la muerte de Mariátegui, vemos cómo no se ha comprendido todo este problema, cómo no se ha formado el pensamiento en el Perú, cómo se ha luchado por crear una prensa proletaria que no la hay en nuestra patria, comprendemos cómo mientras la reacción puede gritarnos, todos los días, no encontramos una prensa cotidiana que pueda decirnos la palabra del obrero, no lo encontramos porque no se ha comprendido realmente el problema como lo planteó Mariátegui. Así, pues, si nosotros hacemos este pequeño recuento de lo que plantea en los estatutos de la Confederación General de Trabajadores del Perú entonces se ve la capacidad extraordinaria que tenía Mariátegui y los medios de solución. Mariátegui entendía perfectamente este problema, el problema de que el pueblo es invencible a condición de que se organizará. Lenin, extraordinario en todo sentido decía: “el pueblo es invencible, pero el pueblo es invencible cuando está organizado férreamente, unido sobre los mismos principios”.

LA ORGANIZACION DEL CAMPESINADO

Porque ahí Mariátegui plantea cómo el pueblo tiene primero que precisar su posición ideológica y política; en segundo lugar cómo tiene que forjar su estructura orgánica.

Pero Mariátegui no sólo se ocupa de la organización de los obreros, no termina ahí la gigantesca labor de Mariátegui, ve otra cosa: comprende a nuestro país en sus entrañas y descubre que en nuestra patria hay campesinos, pero Mariátegui no solamente los ve sino que comprende su papel, comprende su destino histórico, qué cosa los oprime. Mariátegui dice que en el Perú hay campesinos que están aplastados por la feudalidad que los oprime. Esa feudalidad que tiene dos expresiones: latifundio y servidumbre, ese maldito afán de explotar, de vivir del trabajo ajeno. Mariátegui comprende esto y dice la causa fundamental, el mal, el origen, la fuente histórica es la feudalidad que aún soporta nuestra patria. Dice nuestro país es semifeudal y, ésa es una montaña que está pesando y doblegando al campesinado peruano, el problema del campesino peruano es el problema de la tierra y el problema de la tierra es el problema de conquistarla. ¿Cómo se conquista la tierra? Mariátegui dice que hay que organizar al campesinado y es el primero que empieza a labrar bajo una concepción correcta, a pugnar desde un punto de vista proletario, infatigablemente por la organización de los campesinos. Mariátegui tiene una obra muy poco leída, porque algunos la consideran una obra no científica sino política. Hay gentes que tienen una ceguera monumental. Mariátegui empieza a ver al campesinado y plantea formas orgánicas y hace un análisis en el trabajo “Esquema sobre el problema indígena”, que fue hecho por Mariátegui para presentarse en una reunión internacional.

Pues bien, Mariátegui analiza la situación del campesinado en nuestra patria, lo que nos interesa es que ahí plantea las formas organizativas del campesinado. Mariátegui dice hay que formar sindicatos campesinos, hay que formar ligas campesinas, plantear la movilización organizativa del campesinado. Mariátegui comprende que sin organización el pueblo es muy frágil y no puede luchar. No se queda ahí, sin embargo. Nos plantea que hay necesidad de construir una alianza obrero-campesina, esto es, uno de los principios fundamentales de todo proceso revolucionario.

Esto señala Mariátegui y más allá todavía. Plantea dos cosas extraordinarias, en lo que se refiere al poder Lenin dice: “el problema de la revolución, es el problema del poder”. Esto es fundamental, todo apunta a conquistar el poder, o a retenerlo, o a mantenerlo. Algunos creen que Mariátegui era un humanista o un humanistoide, deformado liberal burgués. Mariátegui va más allá y dice que hay que hacer otra cosa en el problema organizativo del campesinado: hay que buscar el armamento del campesinado, hay que organizar la fuerza armada del campesinado. Que no se me venga a decir que yo estoy propiciando esto, estoy hablando de Mariátegui, Mariátegui plantea el armamento del campesinado como una de sus formas organizativas necesarias; no solamente plantea eso, plantea que hay que formar soviets esto es correctísimo y aplicable de la A a la Z, total y absolutamente al margen de nuestros pequeññsimos miedos que podamos tener. Así es como plantea Mariátegui las cosas.

EL PARTIDO

Mariátegui resuelve el problema político de nuestra patria, sabe perfectamente que el proletariado tiene formas orgánicas; sindicatos, alianza obrera, armamento obrero. Pues bien, Mariátegui sabía que estas tres cosas que estamos diciendo son nada si es que no existe el cerebro que guió esto. Mariátegui plantea entonces la formación del partido proletario y crea el partido del proletariado en nuestro país. Cualquier persona que estudie el problema de las ideas en el Perú, tiene que reconocer esto. Por ahí Carlos Tapia anda diciendo que Mariátegui no creó el Partido Comunista del Perú, que Mariátegui creó el Partido Socialista, porque Mariátegui era un hombre de un amplio concepto, de un amplio espíritu, Mariátegui no era sectario, no era estrecho, era muy caballeroso en sus ideas. Esto parece una defensa de Mariátegui pero es la peor ofensa que se le puede hacer a Mariátegui. Mariátegui aceptaría todo menos eso, porque es como decirle “tú fuiste un mal hombre, al final te quebraste cuando tenías 35 años”. Hay defensores a los que hay que decirles mejor no me defiendas, porque me hundes y así hay que decirles a esos “defensores de Mariátegui”, que hablan que Mariátegui no fue sectario, fue amplio y democrático, tan amplio que confundía por lo visto explotadores con explotados. Mariátegui creó el Partido Comunista, que no se llamó así al comienzo: se llamó Partido Socialista. De ahí salen el ya nombrado señor Ravines diciendo “podemos probar con documentos y todo”, con su voz temblada, que creó el Partido Socialista y no el comunista; el Partido Comunista lo creé yo, dice el miserable ése.

Pero eso es falso, Mariátegui creó el Partido Socialista, es cierto, pero afiliado a la III Internacional y sometido a los principios planteados por Lenin en el año 19. ¿Cómo es esto que Mariátegui crea un Partido Socialista que no es comunista, pero que está afiliado a la internacional? ¿Eran unos ignorantes que leían este partido no es, pero sin embargo es? Mariátegui da su carta constitutiva, su acta de nacimiento. Mariátegui estuvo presente. También Mariátegui hace el programa de ese partido. Hay que referirse a los documentos que se encuentran en las obras de Martínez La Torre, ahí está el programa hecho por él mismo, el programa del Partido Comunista. ¿Cómo es esto? El no lo crea, pero hace el documento; quiere decir que los de la Internacional no se daban cuenta; él no lo crea, pero lo afilia a la Internacional; él no lo crea, pero le hace la carta constitutiva. Simplemente lo que hay es una conspiración para arrebatarnos esa inmensa figura de Mariátegui.

Mariátegui ha dado su vida y seguía firme y cumpliendo lo que él entendía su deber; participar en la formación del socialismo peruano, y no solamente participó, él lo engendró y desde ese momento el socialismo en nuestra patria tiene esa luminosa filiación. Estamos en un proceso de redescubrimiento de la figura de Mariátegui.

SOMOS LOS LEGITIMOS HEREDEROS DE MARIATEGUI

Queremos hablar de la vigencia de Mariátegui. Primero, debemos hablar de los enemigos de Mariátegui. Ya lo saben Uds. que él murió muy joven, a los 35 años; su obra quedó por hacer y sentó las bases de su obra práctica. Su obra ha tenido muchas vicisitudes: Felonías abiertas, traiciones inconfesadas, oportunistas que quieren bajo su sombra cobijarse. También ha tenido -claro está- personas que consecuentemente han defendido y personas que hoy quieren volver a su figura, a su fuente. Muerto Mariátegui, algunos elementos, algunos sujetos, algunos personajillos cuyos nombres no quiero ni pronunciar, se levantan como abanderados de Mariátegui para renegar sistemáticamente de su pensamiento y para traicionar con la acción lo que ellos decían recibir como legados. Esos supuestos herederos de Mariátegui, ¿cómo obran?, ¿cuál es su práctica? Por sus hechos los conoceréis, cómo actúan hoy y cómo actuarán mañana y el próximo año 1969 con mayor razón. De palabra grandes loas a Mariátegui, llenan columnas de los periódicos para rendir homenaje, convocan a romerías multitudinarias y populares, para levantar la figura de Mariátegui. Tras el nombre de Mariátegui quieren ocultar sus claudicaciones que ya llevan muchos años en nuestra patria, más de 30 años, son antiguos y probados en la traición. ¿A Mariátegui se le puede levantar, reconocer, sin seguir su pensamiento? En modo alguno, cómo pueden haber seguidores de Mariátegui que, a diferencia del Amauta que sostiene que el país es semifeudal y semicolonial, sostengan muy sueltos de huesos y muy desvergonzados ellos, que el Perú es un país dependiente? ¿Cómo es que ellos son seguidores de Mariátegui? Dicen esos personajes, y está escrito en sus pasquines, en sus documentos que hay por ahí, dicen que el pensamiento de Mariátegui sigue siendo vigente, sigue siendo real, concreto que el análisis económico de Mariátegui sigue siendo una realidad en nuestra patria, pero la sociedad peruana es semifeudal y dependiente. Entendámonos, ¿Qué es lo que dice Mariátegui? Mariátegui dice el Perú es un país semifeudal y semicolonial y su categoría de semicolonial irá agravándose y remachándose más a medida que penetre más el imperialismo. Hagámonos una simple pregunta: ¿Ha penetrado más o no el imperialismo desde los tiempos de Mariátegui? La respuesta es: ha penetrado más. Si ha penetrado más el imperialismo, ¿Se cumple o no lo que decía Mariátegui? El nos decía que a medida que penetre más, más semicolonia seríamos y que estaríamos en riesgo de convertirnos en colonia total, esto es, en perder la soberanía en forma definitiva. Mariátegui planteaba, por ejemplo, un frente obrero y campesino. ¿Y qué predican estas personas que se llaman seguidores? Predican hacer un frente con los burgueses. ¿Y dónde están los campesinos y los obreros? Esos no están, excepto algunos que los traen de las orejas, para hacer representar falsamente a los auténticos obreros y campesinos del Perú. Mariátegui dice hay que armar a los campesinos, a los obreros, hay que hacer soviets. ¿Y estos supuestos seguidores, qué dicen? Hay que ir a elecciones, a través de las elecciones vamos a tomar el poder. ¿Qué seguidores son éstos? Me remito a los documentos de Mariátegui. ¿Pueden llamarse estos señores seguidores de Mariátegui? No. Son los ahumadores de Mariátegui, los incendiarios de Mariátegui. Echan mucho incienso para tiznar al santo, para embadurnarlo y para que no le vean cómo fue y cómo es todavía. Mucha romería, mucha palabrería, mucho elevar su figura para prostituir su pensamiento. Mucho hablar de Mariátegui para negar su versión revolucionaria. ¿Son seguidores de Mariátegui? No. Son traficantes, enemigos de Mariátegui, quieren reducir la celebración de Mariátegui simplemente a celebrar su muerte. Muy sintomático. Celebran la muerte porque celebran que muriera ¿comprenden? Cuando más bien debemos alegrarnos que naciera; no debemos celebrar el día que murió sino el día que nació, como las grandes figuras del mundo nadie celebra el día que Lenin murió todos celebran el día que Lenin vivió. Por sus hechos los conoceremos más. No debemos aceptar esto, debemos combatir a todos los que se oponen a Mariátegui, que lo niegan. Pero no solamente Mariátegui tiene este tipo de enemigos.

LOS SUPERADORES DE MARIATEGUI

También tiene sus enemigos solapados. Hay gentes que andan diciendo: ¿Qué año escribió Mariátegui? En 1928 Ah! dicen, en 1928, hace cuarenta años; en 40 años la ciencia histórica ha progresado en el mundo. Los métodos de la investigación han progresado, los Estudioss sobre la historia peruana han avanzado tanto sobre arqueología, sobre historia de la república, sobre la historia del incanato, qué sé yo, han avanzado tanto que “superadores de Mariátegui”. La filiación de estos superadores es la misma filiación de los superadores de Marx. Estos “superadores de bolsillo” no han superado su propia estrechez de mira, son unos mentirosos, son falsarios, son traficantes. Pues bien, ¿Qué hacen esas personitas? Ellos tienen la manía acumulatoria de datos, esa riqueza intelectual de la burguesía. El dato es un concepto burgués, creer que cuanto más datos tengo, más interpretador soy, más comprensión de la situación nacional tengo, es absurdo, es mentira. Ahí no está el problema, todo el problema no está en la acumulación de datos, no somos máquinas registradores simplemente; el problema está en la interpretación, y Mariátegui le puso “Siete Ensayos de Interpretación”, no le puso Siete ensayos de acumulación de datos. Y el problema de la interpretación es el problema de posición de clase, de ideología proletaria y de método materialista dialéctico. Lo que pasa es que sus superadores no han entendido todavía el problema del conocimiento en la burguesía y en el proletariado. Lo que pasa es que estos superadores quieren hacer una interpretación marxista del Perú con la concepción burguesa en la cabeza; eso es lo que les pasa. ¿Qué les sale en consecuencia? un frangollo que ni ellos mismos los entienden y ahí están esas cosas ambiguas: “el Perú es semicapitalista, el Perú es semicolonia, el Perú es neocolonia, el Perú es a la vez semifeudal, pero a la vez es capitalista”. ¿Pero qué diablos es el Perú? El problema es que a esas personas les falta unidad de pensamiento, no porque sean menos inteligentes pueden ser de gran capacidad, de agilidad mental, pero les falta la base es como un edificio que tiene techo, pero les falta cimientos, les falta posición de clase y por eso no pueden ir más allá. Hacen divagaciones, grandes esquemas interpretativos, lúcidos y brillantes esquemas de una etapa del país o de la sociedad peruana actual, pero no van al meollo mismo del problema y, por ende, terminan hablando que en el Perú hay curiosas situaciones de clase o curiosas alianzas. En el Perú no hay nada curioso, porque la sociedad no es curiosa, la sociedad responde a leyes; pero quien no sigue el marxismo no las puede descubrir. A estos amigos, a estos señores que quieren superar a Mariátegui hay que hacerles comprender el problema, hacerles ver que cometen un grave error por cuanto siguen con el sistema burgués en la cabeza y así quieren comprender a Mariátegui. Nunca lo van a lograr.

Uno de los problemas que se debaten más es sobre el carácter capitalista del Perú, porque Mariátegui sostiene que el Perú es semifeudal y eso es correcto. Dicen que Mariátegui se equivocó porque ha dicho que somos semifeudal y nosotros somos capitalistas; es que en el fondo del pensamiento de esas personas no hay mecanismo dialéctico, creen que la revolución no es factible si no hay un gran desarrollo de las fuerzas de producción, ese concepto ya fue superado; Lenin lo hizo papilla y otros lo siguen reviviendo.

Pues bien, hay gente que dice haber superado a Mariátegui, pero ¿dónde está su superación? ¿dónde está el sesudo documento en el cual se nos comprueba que el país es así o asá, o que la revolución tiene tal o cual carácter? Ese es otro problema porque Mariátegui dice que la primera etapa de la revolución peruana es democrática nacional, democrática popular, pero los superadores de Mariátegui dicen no, la revolución es socialista. Finalmente, hay otro conjunto de tergiversadores, toman parcialmente a Mariátegui y empiezan a hacer elucubraciones estrambóticas; por ahí Mariátegui dice algo sobre religión, tiene su opinión sobre la religión sobre el mito, entonces algunos se frotan las manos, las suaves manos de nunca haber hecho nada y dicen: Mariátegui era un místico en el fondo y no era un marxista, era un humanista que sentía y padecía el Perú.

Mariátegui planteó concretamente que el marxismo leninismo es universal. Los superadores se agarran de una frase en la que dice que la revolución en el Perú no será calco ni copia. Mariátegui planteaba el marxismo como verdad universal y esa verdad universal la metió en nuestra realidad; no es como dicen algunos que Mariátegui ha querido meter la realidad en el estrecho esquema marxista, como decía el Señor Víctor Andrés Belaúnde. No. Mariátegui no ha hecho eso. Mariátegui no era insensato, Mariátegui era un hombre marxista y comprendía las cosas y era un científico, aunque era antiuniversitario, pero antiuniversitario de la universidad anquilosada, caduca y feudal que había en nuestra patria, no de la universidad popular que él iluminó con su pensamiento.

Los reaccionarios quieren hacernos un Mariátegui burgués, pequeño burgués, algunos han dicho que Mariátegui era un populista (risas), populista en el sentido de que Mariátegui desarrolla el pensamiento campesinista en el Perú. Mariátegui que no desarrolla la concepción proletaria, sino la concepción desde el punto de vista de los campesinos y esto es una mentira de cabo a rabo, es una traición soberana. Mariátegui es un marxista, no tiene el punto de vista del campesinado, porque si lo tuviera, sería un pequeño burgués revolucionario y nada más.

ESTUDIAR Y DIFUNDIR

¿Qué conclusiones debemos sacar los revolucionarios del pensamiento de Mariátegui? Primero, estudiar y difundir a José Carlos Mariátegui. ¿Por qué estudiar a Mariátegui? Porque en nuestro país se habla mucho de él y se lee poquísimo. Hagamos un examen retrospectivo y veamos si hemos leído los 10 tomitos de Mariátegui. ¿Conocemos los planteamientos políticos estrictamente hablando? ¿Conocemos su punto de vista antiimperialista? ¿Cuántas veces hemos meditado sobre los problemas de Mariátegui? Muy poco.

Mariátegui es un hombre luminoso en nuestra patria, no hay otro de esa talla. ¿Qué figura quieren poner frente al señor Riva Agüero, ese aprendiz fascista que nunca llegó a serlo consecuentemente siquiera? Don Víctor Andrés Belaúnde tampoco llegó a cuajar un pensamiento. Belaúnde es un hombre superficial, que pasa por ser un pensador. Sus trabajos sobre San Agustín no pasan de ser pura palabrería, pura cáscara es ese señor. Hay que difundir el pensamiento de Mariátegui. ¿Qué hemos hecho en el cuadragésimo aniversario de Mariátegui? ¿Lo hemos estudiado a fondo?. ¿Hemos hechos discusiones de base, seminarios sobre los Siete Ensayos?. ¿Hemos intentado tratar de aplicar lo que Mariátegui dijo y seguir su línea para comprender con esta luz lo que nos está pasando hoy día? ¿Hemos levantado esta linterna para poder ver dónde estamos? No lo hemos hecho. Yo concretamente planteo una cosa. Me parece que debemos plantear unas actividades para el cuadragésimo aniversario de los Siete Ensayos. ¿Cómo lo hacemos? Por lo pronto discutiendo. En segundo lugar, me parece que también tenemos otra tarea: el problema de defender a Mariátegui, que es atacado abiertamente, solapadamente.

Mariátegui es una fuente de luz que no podemos permitir que tiendan un velo, no podemos permitir que nos hagan ver con anteojos de otro color, que nos hagan ver negro lo que es rojo, que tergiversen las ideas fundamentales de Mariátegui. No podemos permitir eso, tenemos que defender a Mariátegui, porque si no lo hacemos Mariátegui va a seguir arrumado, vamos a seguir la misma política que los reaccionarios, porque la reacción agarró a Mariátegui y lo encarceló, trató de silenciar sus ideas.

Tenemos que liberar a Mariátegui, porque si no lo liberamos no nos liberamos tampoco nosotros; pero, claro está, no se trata de un problema personal, se trata de liberar a nuestro pueblo. En tercer lugar, me parece que hay que proseguir el Estudios de Mariátegui, no pretendo superar a Mariátegui, no quiero que se me catalogue en el casillero de los superadores, pero sí creo que debemos desarrollar a Mariátegui, tomar su ideología, su método, sus fuentes como base, y desarrollar estos problemas. Por ejemplo: ¿Cómo podríamos ver la economía peruana de 1968 a la luz del ensayo de 1928? Sería magnífico lo mismo en la literatura, en el problema de la tierra y otros problemas. Me parece que ésa es una obligación y los intelectuales debemos hacerlo, los obreros también, los campesinos también porque ahí hay muchos párrafos que se refieren a ellos en un lenguaje sencillo, claro y nítido, muy preciso. Finalmente, y con esto quiero concluir, Mariátegui es un gran ejemplo, que se une con otras figuras de nuestra historia, como por ejemplo, Túpac Amaru.

EL EJEMPLO DE MARIATEGUI

Mariátegui es una figura histórica en nuestro país. No obstante que es reciente, el tiene ya una perfecta dimensión histórica que descuella, es el ideólogo de nuestra patria, no hay otro. Los ideólogos reaccionarios se quedan enanos frente a Mariátegui.

Hay que hacerlo. ¡Qué bueno sería que tuviéramos otros cuántos! Pero estoy perfectamente convencido de que Mariátegui no nacen todos los días, se quedó. El apellido lo pueden llevar sus parientes o no. El problema es el del ejemplo. Lo debemos elevar como figura de ejemplo, como el guía de la revolución en nuestra patria, y nuestra patria está cambiando profundamente y cambiará más. Ya se ha dicho, la historia no puede ser detenida, podrá ser desviada un ratito, nada más. Mariátegui es pues, un ejemplo para nosotros. ¿Ejemplo de qué? Mariátegui es pues, un ejemplo de revolucionario proletario, ni más ni menos. No le aumentamos. Mariátegui no quiere que lo exalcemos, tampoco quiere que le quitemos méritos; si decimos ejemplo de revolucionario, simplemente les quitáramos el apellido proletario, si le quitáramos el proletario, Mariátegui no sería nada más, sería del montón.

UN TEORIQUITO PEQUEÑITO

¿Y qué quiere decir esto? Acudo a Mariátegui para saber de qué se trata, acudo a su labor, a su vida, y encuentro en Mariátegui un desarrollo teórico, un Estudios marxista, leninista de nuestros problemas, un gran teórico del Perú y América Latina.

Debemos seguir ese camino; no estoy planteando que seamos iguales a él, sino sólo seguir su camino. Yo por ejemplo puedo hacer un prologuito, por ejemplo yo puedo hacer algo siguiendo su luz en ese plano y así seré un teoriquito pequeñito, pero estoy por esa senda y si juntamos todas las pequeñas verdades que podamos ir logrando tras el camino de Mariátegui, será un gran río de verdad. ¿Quién tiene más responsabilidad en esto? Los intelectuales, pero no los intelectuales a secas. Nuestra patria, el cambio en nuestro país, el desarrollo no solamente exige intelectuales, sino intelectuales revolucionarios. ¿Qué quiere decir esto? Mao Tse Tung es luminoso y preciso y muy concreto cuando dice que hay que fundirse con las masas explotadas obreras y campesinas. Eso lo dice muy concretamente. Si uno quiere ser intelectual revolucionario tiene que fundirse con las masas, trabajar como ellas, sentir como ellas y pensar como ellas. Pero ése es un proceso porque tengo que dejar mi alto estatus, mi corbata, tengo que dejar eso en muy buena y santa hora, si con eso voy a lograr ser un intelectual revolucionario. Esta es una reflexión que nos corresponde a todos. Esto nos lleva a lo segundo. En Mariátegui hay que ver al hombre de acción. Cuando Mariátegui asumía una tarea, la cumplía, la ejecutaba y cuando tocaba el problema particular, de su salud, de su familia, ponía familia y problemas tras sus tareas.

Mariátegui era muy consecuente, sacrificó todo a su obra porque comprendía esto, porque era combatiente, el que no es combatiente no es marxista leninista.

Tenemos que seguir su camino, realmente al pie de la letra, podemos seguir su camino con dificultad, pero podemos seguirlo.

Creo que algunas ideas han quedado claras, traten de quitar la hojarasca y las muchas palabras, traten de quedarse con el esquema, queden pues, unas cuantas ideas, sobre todo el afán de entronizar el pensamiento de Mariátegui, de defender y de seguir su ejemplo. Está en juego el destino de nuestro pueblo. O entronizamos el pensamiento de Mariátegui o el pueblo no avanza.

Conferencia del doctor Abimael Guzmán Reynoso dictada el año 1968 en la Universidad SAN CRISTOBAL DE HUAMANGA DE AYACUCHO.

1968

PCP-COMITE CENTRAL